Toc toc. Llaman a la puerta del Olimpo. Es José Javier Zabaleta. El de Etxarren está en la cúspide del Parejas. Honor. Conquistó este domingo en el Navarra Arena su quinta txapela con su quinto delantero distinto dando un recital de pegada. Empata en el cómputo global con Julián Retegi, Juan Martínez de Irujo y Antton Maiz, el otro zaguero en la lista. El cielo se abre para él. Llega un ventarrón. Truenos. Fuerza de la naturaleza. Su pegada es incuestionable. Obró la victoria. Alfa y Omega. Ejerció de guía de Peio Etxeberria en su primer cetro en la élite ante los correosos Jokin Altuna y Julen Martija, competitivos hasta la médula. Lo de los colorados es digno de estudio: navegando contracorriente, ante el pegador más determinante en un frontón proclive, fueron capaces de agarrarse al encuentro hasta el final. Trabajaron hasta la extenuación en un escenario a la contra e, incluso, estuvieron a punto de darle la vuelta al marcador con 14-21. Es de aplaudir el arrojo y el amor propio de los colorados. El amezketarra se tuvo que ganar el pan lejos del frontis y el de Etxeberri aguantó el terremoto como un campeón. Nada que achacar. Cabeza alta. Mentón alzado hasta el firmamento. Tiraron de orgullo y a punto estuvieron de la revuelta, con más mérito si cabe ante el dominio poderoso de Zabaleta en los cuadros largos. Final inmensa con un epílogo lleno de épica.
Porque el protagonismo que se esperaba de José Javier fue enorme. Un eclipse. Fue el más activo del cuarteto y acabó con números de delantero, terminando el doble de tantos en juego que su compañero, más centrado en el trabajo que en el arte y ensayo, cuestión que le hizo perder incidencia en los tramos calientes.
El inicio bordó el guion navarro. El segundo pelotazo de Peio Etxeberria fue un gancho perfecto. Buen detalle para un descorche. Declaración de intenciones. La mejor manera de quitar la presión. Zabaleta comenzó con confianza: moviendo la pelota con las dos manos, encontrando altura, evitando a Altuna III, el mayor peligro del bando colorado. Peio aprovechó el saque para poner a Martija con la espalda en el rebote. Un derechazo de Zabaleta al nueve fue el 0-3. Empieza la fiesta. Los azules se erigieron dominadores en el peloteo, en virtud del manista de Etxarren.
Alternativa colorada
Jokin, sin posibilidades claras de remate, buscó la diestra de Etxeberria. Los campeones de 2022 encontraron oxígeno con su defensa en el ancho. Zabaleta mandó un zurdazo al fleje superior desde el nueve y medio. Error, pero... ¡vaya pelotazo! A pesar de la sensación de poder azul, el luminoso marcaba el 2-3. Sin distancias excesivas.
José Javier rompió con la izquierda. Hizo daño. Puso la pelota en el nueve para que Martija sufriera. Un saque-remate de Peio Etxeberria fue el 2-5. Clavó un gancho milimétrico.
El factor diferencial del amezketarra entró en juego con el agua al cuello. Pese al dominio rival. Pese a estar contra las cuerdas. Máximo riesgo. Chistera. Varita. Altuna III trazó un magistral dos paredes desde el tres y medio para exhibir en el Louvre cuando contaban 44 pelotazos peleando a la contra. Peio estuvo bien en defensa y Zabaleta castigó, pero el guipuzcoano ve cosas que nadie ve. Está tocado con el don. Encadenó con una dejada soberbia en la punta a respuesta de otra de Etxeberria. Martija se sumó a la fiesta con un derechazo que murió entre los espectadores del rebote. Sumaron con un saque y una escapada del pegador navarro. Voltereta.
Con el 7-5, los azules pidieron un descanso. Cónclave. Peio Etxeberria regresó con las ideas claras. Movió a Altuna III y evitó placidez en su zona de influencia. El zenoztarra cruzó un gancho y terminó con una volea al txoko. Martija, a kilómetros, no alcanzó el cuero. Una dejada a la chapa del campeón del Cuatro y Medio y un rebote de Zabaleta con la izquierda colocaron el 7-8. Peio marró un saque para poner el tercer abrazo en el marcador. 8-8.
Duelo de tacadas
Y el duelo se endureció. En un debate superior a los 50 pelotazos, Peio encontró El Dorado en el txoko. Los colorados, sometidos, pero irreductibles como los juncos, que se doblan pero nunca se rompen, resistieron el asedio de los navarros, con las ideas claras. Un error de diestra de Etxeberria puso el 9-9, la cuarta igualada. Zabaleta bajó la pelota con un cortadón que rozó la pared izquierda del Navarra Arena, con el consiguiente lío para Altuna III. El amezketarra llegó con tiempo, pero en la pintura del multiusos iruindarra es complicado meter la mano a esa velocidad. Los azules subieron el ritmo. Una marcha más. José Javier fue un martillo pilón. Etxeberria apretó clavijas. Altuna trató de buscarse las habichuelas en el enredo. Mal asunto. El duende o la vida. El pegador encontró pelota en el dos y medio y atornilló a Martija en el siete, con la espalda en la pared. Salvaje. Zabaleta desencadenado. Zabaleta, pura dinamita. Tic tac... ¡Boom! Al primer descanso largo se llegó 9-12 con una escapada de Julen. El dominio navarro se tradujo en un boquete entre Altuna III y Martija. El azul golpeaba del siete; su rival, en cambio, del diez.
El regreso del descanso llegó el tanto más largo del partido. Se cruzaron 113 pelotazos en la misma dinámica. Los colorados se abrazaron a la resistencia como tabla de salvación. Altuna falló una apertura forzada. El más difícil todavía. Triple salto mortal con tirabuzón. Complicado. 9-13.
Mas los campeones de 2022 tienen un ADN especial. Contra viento y marea. Se levantaron. ¡Están vivos! Altuna III terminó una dejada y una parada al txoko. A Zabaleta se le acumuló el trabajo sin romper a Martija. Julen acercó posiciones. Metió un derechazo atrás. Peio tiró un gancho al colchón. 13-13. En apenas un parpadeo. Zabaleta cometió su tercer error con un pelotazo arriba. Etxeberria adoleció de presencia en ese tramo. Se desencadenó después.
La presencia de Zabaleta
Pero el de Etxarren, con números de delantero, enlazó un derechazo a 96 kilómetros por hora que no llevó su homólogo en la zaga. El 14-15 fue un saque de Peio. El 14-16 fue el segundo error de Martija de la final. Nueva distancia azul. El séptimo tanto del martillo de Sakana fue el enésimo derechazo al diez. Se registraban ya 575 pelotazos a buena. Cometió dos errores Jokin, el segundo a la vuelta de un saque.
El 14-20 fue el cuarto saque de los navarros. Forzado Altuna III a la hora de entrar a cualquier pelotazo, en busca de la piedra filosofal desde posiciones alejadas, no fue capaz de cambiar el signo, superado por el abanico de golpes de gracia de Zabaleta. El 14-21 fue un error propio. Pero la final no terminó ahí. A José Javier se le escapó la derecha al colchón. Y puso incertidumbre.
Altuna no se rindió. El pelotazo 702 de la final fue un voleón al txoko. Una escapada de Zabaleta apretó el marcador. El de Sakana se bloqueó. Error 404. Y Jokin encontró el camino en el saque-remate para anotarse el cartón 18. Peio perdió incidencia y cedió paso a su compañero. La tacada colorada trajo pimienta hasta el 20-21. No apto para cardíacos. Altas pulsaciones. Tras un debate con los nervios de punta, el 20-22 fue un derechazo del veterano al rebote. El octavo de su cuenta. El mejor cierre posible para el pelotari más determinante del encuentro. Toc toc. ¿Quién es? A sus pies, Zabaleta.