Lejos queda ya aquel lunes de mascarada en Tolosa. Late el Carnaval en la localidad guipuzcoana. Días de feria. Días de diversión a raudales. 7 de marzo de 2011. En la calle bulle la algazara. En el Beotibar aparece un muchacho alto y de ancha espalda junto a Yves Xala, que unos meses después se llevó la corona del Manomanista en la famosa final que levantó a Aimar Olaizola y en la que amenazó con llevar a los juzgados a la Liga de Empresas por no permitirle un aplazamiento por una apendicitis.
Ese chico de apenas 19 años se llama José Javier Zabaleta, que es reclutado por Aspe para el Campeonato de Parejas de Primera como sustituto de Abel Barriola, lesionado con “problemas en la muñeca izquierda” que a la postre le acabaron impidiendo jugar aquella final. El de Etxarren había debutado el Día de Reyes de esa misma campaña; es decir, apenas tres meses antes. Olaizola y Aritz Begino esperan en la cancha tolosarra. Manejan el marcador: 18-14 y 21-20. Se llegan a cantar posturas de 100 a 30 que algunos cogieron. El partido acabó 21-22 para el fino delantero de Lekuine y el de Sakana. Sorpresa. Voltereta. Bolsillos llenos para los insensatos.
Aspe volvió a tirar de él una campaña después. Actuó en lugar de David Merino en el Labrit de Iruñea. En esa segunda aproximación, Zabaleta hincó la rodilla. 19-22. A raíz de ese instante, Zabaleta se instaló en Primera. Perenne. Figura. Un año después ganó la txapela con Juan Martínez de Irujo. Directo al Olimpo: pegada, encuentro, elegancia, físico, regularidad.
Trece años después de la suplencia con Xala en el Parejas, con 33 años cumplidos y a punto de disputar su sexta final, se erige como la principal figura de la modalidad en activo. Ha sido titular en once ocasiones y solamente se ha quedado en una fuera de la liguilla de semifinales. Ha pisado seis veces la cita por el cetro y cuatro entorchados decoran su palmarés (2013, 2018, 2021 y 2023). José Javier es el pelotari en activo con más títulos de la especialidad, seguido de Beñat Rezusta, Joseba Ezkurdia, Julen Martija y Danel Elezkano, con dos. Por debajo quedan Mikel Urrutikoetxea, Jokin Altuna y Aitor Elordi, con uno.
Sexto delantero distinto
En la final del Navarra Arena ante Altuna III-Martija, Zabaleta afronta su sexta prueba por el título con su sexto delantero distinto. “Eso es una buena prueba de que se amolda y funciona muy bien con cualquier delantero”, cuentan sus rivales. Con Martínez de Irujo se proclamó ganador en 2013 en la infausta final en la que Pablo Berasaluze, que jugaba con Jon Ander Albisu, se rompió el tendón de Aquiles. Tardó cinco campañas en volver a un partido de tamaña trascendencia. Junto a Joseba Ezkurdia arrasó con Elezkano II-Rezusta en la final de 2018 en el Bizkaia (22-9). Una campaña después, vio la cruz junto a Irribarria ante los mismos adversarios y en el mismo escenario (22-19). También en Bilbao fue absoluto protagonista de la victoria con Danel ante Peña II-Albisu en 2021 (22-7). El año pasado, asimismo, se unió a Elordi, debutante en el Parejas, para abrocharse la lana ante Laso-Imaz en el Navarra Arena (13-22).
Peio Etxeberria es el sexto pasajero. El de Zenotz explica que se pusieron las cosas claras desde el inicio y que eso ha favorecido su tránsito en el presente campeonato.
Estadísticas brutales
La final será el partido número 189 del pegador de Etxarren como titular en el Parejas –el 191 global si se tienen en cuenta sus dos suplencias en 2011 y 2012–. Hasta la presente edición, de hecho, nunca había suspendido un compromiso. Fue en la decimotercera jornada por un problema muscular en el muslo. Su récord se paró en las 186 actuaciones, disputadas con Xala (2011), Titín III (2012), Martínez de Irujo (2013), Joseba Ezkurdia (2014, única edición como titular en la que ha quedado fuera de semifinales, 2015 y 2018), Danel Elezkano (2017, 2021 y 2022), Iker Irribarria (2019), Erik Jaka (2020), Aitor Elordi (2023) y Peio Etxeberria (2024). De sus 188 duelos como titular, ha ganado 122. Tiene un 64,89% de porcentaje de triunfos. Terrible.
Tras el Parejas de 2015, que terminó el 12 de abril, se tuvo que operar de una calcificación en el tendón de Aquiles del pie derecho y cuando estaba recuperado le salió una verruga en la mano como una moneda de cinco céntimos. Volvió a las canchas el 29 de febrero de 2016. Estuvo once meses parado entre pitos y flautas. Ese año le tocó ver el Parejas desde el sillón de casa.