Dicen que el Navarra Arena beneficia a José Javier Zabaleta, un pegador, pero la realidad es que el de Sakana juega bien en cualquier escenario. Con 33 años, tiene aura de leyenda. Todas las miradas se posarán en él este domingo en la final del Campeonato de Parejas. Altuna III-Martija tendrán que capear el chaparrón ante el mejor en su demarcación, bien capitaneado por un Peio Etxeberria en un buen momento.

Es su sexta final del Parejas con seis delanteros distintos (Irujo en 2013, Ezkurdia en 2018, Irribarria en 2019, Elezkano II en 2021, Elordi en 2023 y Peio Etxeberria en 2024).

—Es complicado llegar a las finales y yo he tenido la suerte de alcanzarlas con seis delanteros espléndidos. Cada uno me ha aportado ganas de llegar lejos. Eso contagia al zaguero.

Cada una suele tener su propio significado. ¿Qué diría de la del domingo en el Navarra Arena?

—Estoy con mucha ilusión. Parece que cada año estoy más contento. Eres consciente de que es muy difícil llegar. Hay pelotaris de grandísimo nivel y pelear contra estos rivales año tras año es complicado. Estoy feliz por conseguirlo año tras año. 

“Cada día quiero más. Cuando acabe mi carrera, tendré tiempo de fijarme en lo que he logrado”

Si vence, iguala en la cúspide de campeones del Parejas con Julián Retegi, Juan Martínez de Irujo y Antton Maiz, único zaguero en la lista, con cinco txapelas del Parejas.

—No me pongo a pensar en ello. Hasta que no ocurra, son cábalas. Sinceramente, no estoy en eso. Intento estos quince días preparar lo mejor posible los entrenamientos. Me centro en llegar al cien por cien al domingo.

¿Alguna vez mira al pasado y se pone a pensar en todo lo logrado?

—No. Cada día quiero más. Cuando acabe mi carrera en la pelota, tendré tiempo para fijarme en lo conquistado.

Pura ambición.

—Sí. Cada temporada quiero lograr algo más. Trabajo para eso a diario.

Iñaki Porto

Su nombre está escrito en la historia de la pelota, desde luego.

—Ahora mismo estoy en activo y jugando. Espero dentro de unos años poder fijarme en eso. Queda mucho todavía. Me centro en lo mío. Estoy rodeado de gente estupenda.

¿Sigue lo que dicen de usted en los medios de comunicación?

—Poco, muy poco. Leo algún titular en la página web de Aspe. Tampoco suelo entrar mucho y hay veces que la gente me echa la bronca porque tengo partido y no he avisado. Sí que miro titulares o la prensa en el pueblo de los abuelos, pero no la letra pequeña. No soy de leer y tampoco tengo redes sociales. Prefiero seguir a lo mío. Fíjese, cuando juego bien, sí que veo mis partidos; pero cuando juego mal, los borro.

¿Y el disco duro de su cerebro se deshace de los malos partidos?

—Hay veces que le cuesta. Va por rachas. Siempre intento levantarme el lunes con ganas de entrenar y olvidar así el fin de semana. 

“Peio estaba triste al empezar el Parejas por perder la final del Cuatro y Medio. Le di su tiempo y funcionó”

Es exigente consigo mismo.

—En muchos entrenamientos me veo de lo que soy capaz y luego en los partidos no sale, ya sea por la tensión o por los contrarios o por lo que sea. No me quedo contento porque creo que soy capaz de hacer las cosas mejor.

Peio recuerda que era un crío cuando usted ya jugaba, y ganaba, su primer Parejas con Irujo en 2013.

—Él era un niño viendo a otro niño jugando con Juan. Yo tenía 21 años.

¿Qué aporta Peio Etxeberria como pareja?

—Mucha energía, ganas e ilusión. También poder, esfuerzo. No somos de hablar todos los días. Cada uno tenemos nuestra vida. Nos animamos mucho el uno al otro.

Prosiga.

—Pese a ser navarros y no vivir muy lejos, cada uno tiene sus amigos y su vida. Eso sí, a las elecciones vamos en el mismo coche y hacemos los entrenamientos de frontón juntos. Cuando hay que hablar algo importante, tampoco hay problema.

Sin embargo, la comunicación ha sido muy importante. Contra Laso-Urrutikoetxea en Amorebieta, hablaron con Jokin Etxaniz y se desencadenaron. En el Ogueta, ante Altuna III-Martija, en semifinales, marcó el camino a su compañero a un partidazo.

—En Amorebieta había mucho compromiso. Arriesgué y jugué con una rotura de fibras, con la pierna vendada. De hecho, acabé muy justo y tuve que suspender a la semana siguiente. Peio estaba nervioso, tensionado. Cometimos errores y en el vestuario hablamos. Dio un paso adelante y salieron las cosas. En el Ogueta, Altuna y Martija jugaron mucho. Aguantamos y Peio jugó agresivo. Salieron las cosas. Fueron dos puntos vitales, sí.

“En la presentación solo nombré una combinación como favorita: Altuna III-Martija, y están en la final”

¿Qué Peio Etxeberria se encuentra después de su derrota en el Cuatro y Medio?

—Estaba triste; sobre todo, porque no sacó su juego ante Altuna III. Habían pasado apenas unos días.

¿Le tocó llevarle al diván?

—Le di su tiempo. El Parejas es largo y facilita eso. Empezamos perdiendo ante Ezkurdia-Tolosa (22-11), pero acumulamos una serie de victorias que nos permitió reengancharnos.

Disputan la txapela contra Altuna III-Martija.

—Es la única pareja que nombré como favorita en la presentación. Sus últimos partidos han sido muy buenos. Se compenetran bien.

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Dicen que el Navarra Arena le va.

—Me gusta. Las veces que he jugado ahí me he sentido cómodo. He hecho partidos buenos –ganó la txapela de 2023 con Elordi ante Laso-Imaz- y espero que el del domingo sea el mejor.