Alto en el camino en la Liga Asobal por las Navidades y el Europeo de Dinamarca, Suecia y Noruega. El Bidasoa llega al parón invernal, en el que retomará los entrenamientos el 11 de enero, con los objetivos de media temporada cumplidos en los tres frentes: tercero en Liga, empatado a 21 puntos con el segundo, participará en la Copa de España; y en Europa, superó la eliminatoria de acceso a la Fase de Grupos y también jugará la Fase Principal.

Liga Asobal: 21 puntos. Como en 2024, ¿o mejor?

El conjunto de Álex Mozas repite que la pan y la mantequilla de este proyecto es la Liga Asobal. En ella repite los mismos 21 puntos que el año pasado en 15 partidos que ha tenido que compaginar con otros ocho partidos europeos y sus respectivos cuatro viajes. El resultado final en diciembre es el del año pasado, pero la forma de conseguirlo bien distinta. 

Si en la primera vuelta de 2024 perdió ante Ademar en Irun, empató en Aranda de Duero o perdió en Nava (1 punto de 6 posibles), este año ha empatado ante los maristas y ha ganado los otros dos duelos (5 de 6). Es la tiranía que ha impuesto el Bidasoa del sexto clasificado para abajo, contra quienes, a diferencia de sus rivales por Europa, no conoce la derrota.

Los jugadores del Irudek Bidasoa Irun celebran el triunfo en Nava de la Asunción Daniel Pérez

El contrapunto a esta realidad, que con todo se presume como la vía más segura para alcanzar el segundo puesto al final de temporada, se encuentra en que ha ganado a un equipo del primero al séptimo, y empatado contra otro. De haber sumado algo más (y en varias citas se ha quedado cerca), hablaríamos de un Bidasoa sólido en la segunda posición.

Eliminatoria y fase superadas: plan claro en Europa

El desfallecimiento de mayo provocó que la clasificación europea llegara in extremis. Y en malas condiciones:si el subcampeón de Liga iba directo al sorteo de la Fase de Grupos y como cabeza de serie, el Bidasoa entró en una eliminatoria. Si la fortuna no le sonreía muchísimo, caería en una Fase de Grupos diabólica.

Superó el escollo incómodo del ABC de Braga –una ronda con tanto en juego en agosto tensa al más pintado– pero la Fase de Grupos poco ha tenido que ver con la del año pasado.

El Irudek Bidasoa Irun celebra su clasificación europea en Braga CD Bidasoa

La experiencia continental al club le reportó rápido un análisis de dónde tenía que centrar esfuerzos: el primer día no podía salir a verlas venir contra Potaissa Turda en Rumanía, donde ganó; y se jugaría el pase, si todo iba normal, con el Saint-Raphaël.

El vigente campeón de la EHF European League, Flensburg-Handewitt, estuvo a punto de caer en la jornada inaugural ante los galos, y más cerca aún de perder en Irun una semana más tarde, pero a seis partidos, se ha mostrado intratable. Como los cuatro equipos alemanes: entre todos, han sumado 46 de los 48 puntos que han disputado.

Otro de los que ha hecho pleno será de nuevo rival del Bidasoa en una liguilla de Main Round que parece Champions League: Flensburg, Kiel y Montpellier. Balonmano estelar.

Copa Asobal: al sol canario

Clasificar entre los cuatro primeros al final de la primera vuelta de la Liga ha convertido al Bidasoa, junto al Barça, en uno de los dos equipos que repiten en la Copa de España.

La antigua Copa Asobal se disputará en Telde (Gran Canaria) el 7 y 8 de febrero y el equipo de Mozas se enfrentará al Barça o al Logroño, cabezas de serie. 

El Pabellón Insular Rita Hernández, de Telde, sede de la Copa de España de balonmano BM. Remudas

Con otros frentes muy importantes abiertos, la clasificación a la Copa de la Liga no quitaba el sueño siempre que el equipo sumara el mayor número de puntos posible y terminaba quedando fuera por algún empate a puntos. Aun así, y aunque el primer objetivo serio de la segunda vuelta será la visita al Caserío en en Ciudad Real –donde acaba de caer Granollers–, a nadie le amarga un dulce...

Protagonismos compartidos: cuando uno no tiene el día...

Su racha victoriosa más larga en Liga han sido cuatro partidos (Alicante, Atlético Valladolid, Villa de Aranda y Cangas) en la que el protagonismo tanto goleador como defensivo (y en portería) ha tenido relevos, como debe tener en cuenta cualquier dirección deportiva como la que lidera Julen Aginagalde.

Ha ocurrido en la misma posición, como en el lateral derecho entre Rodrigo Salinas y un creciente Julen Mujika (el día que el chileno marcó 6/6 en Torrelavega, el errenteriarra salió de vacío; pero el día que Salinas no jugó ante Atlético Valladolid, Mujika firmó 7), y también entre demarcaciones: los días de protagonismo más diluido en la segunda línea, ha emergido la primera, y viceversa.

El jugador del Irudek Bidasoa Irun Julen Mujika, en el partido ante el Recoletas Atlético Valladolid Javi Colmenero

El común denominador en todos los escenarios ha sido la defensa (y la portería): cuando ha funcionado, el Bidasoa ha ganado, o se ha quedado muy cerca. Cuando no lo ha hecho, ha sido un calvario: encajó 20 goles en la primera parte de Saint-Raphaël, y 19 tanto en Torrelavega como en Aranda de Duero. La corrección de la segunda parte llevó a derrotas cortas en los dos primeros, y a una remontada de siete goles en tierras burgalesas (del 19-16 al 32-36).

Ahí han destacado todos los hombres: en porterías ha habido momentos tanto para Maciel como para Skrzyniarz, mientras que en el eje de la zaga Jevtic, que acaba de renovar, se ha convertido en el gran valladar de una zona que cuenta con hombres contrastados como Francisco da Silva, un Furundarena que ha hallado su cuota de protagonismo, un Peciña en forma y la aportación de otros como Nevado o García.

Nombres propios: emerge Mielczarski; sale Díaz

La primera vuelta del Bidasoa deja la irrupción del joven talento Piotr Mielczarski (Lubin, Polonia, 2005). Con el paso de los partidos ha asumido un rol que en un primer momento podía parecer para Alberto Tito Díaz, que ha salido rumbo a Sevilla.

Piotr Mielczarski, seguido de Iñaki Peciña, tras el partido contra el Cangas en Artaleku Arnaitz Rubio

El polaco ha destacado en dos tardes señaladas, en las que ha marcado 9 goles en cada una. Valor tiene la primera, en Alicante, ante un equipo que venía de ganar en Granollers y adonde el equipo bidasotarra llegaba sin Gorka Nieto ni Mario Nevado, y tras perder ante Torrelavega y Logroño. En Europa, el partido del polaco en el decisivo choque ante Saint-Raphaël en Irun y la semana siguiente en Flensburg resultaron estelares.

Mayor regularidad, una cuenta pendiente

Como el Flensburg en Irun, donde supo y mereció ganar a un Bidasoa que lo tuvo contra las cuerdas, el conjunto bidasotarra se ha llevado muchos partidos por ser superior a su rival y saber demostrarlo los minutos decisivos. Eso significa que también ha habido momentos peores que han obligado remontadas, en algunos casos, imposibles de culminar.

Esa falta de regularidad —que, frente a los momentos brillantes, los valles no sean tan profundos— quizá se presenta como el principal punto de mejora para la segunda vuelta.

El último partido del año contra Cuenca lo evidenció. Si en otros partidos el debe había quedado en la primera parte, esta vez los fallos de lanzamiento de la segunda parte minaron la confianza de los bidasotarras, que también perdieron prestaciones en defensa. Así corrieron el riesgo de convertirse en una versión muy desdibujada respecto a una gran primera parte. Aun así, terminó por imponerse un equipo que este año parece haber aprendido a quedarse con los partidos que sí o sí tiene que lograr.

Victoria del Bidasoa ante el Rebi Cuenca para despedirse antes del parón navideño Iker Azurmendi

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Un Bidasoa más regular y maduro, capaz de gestionar mejor esos escenarioscomo hizo en la recta final de Aranda de Duero—, puede suponer dominar mejor los partidos contra rivales de la zona baja de la tabla y, con esa misma baza, que algún gran duelo que ha protagonizado contra grandes como Barça o Flensburg caiga de su lado. Tan cerca, tan lejos.

Decirlo desde la tribuna de prensa es fácil. Conseguirlo, otra historia: pero ya, de 2026.