El Bidasoa ha cedido este miércoles en el Clásico de la Liga Asobal en Granollers en un partido en el que los locales se supieron beneficiar de los errores visitantes en los momentos decisivos (32-29), cuando los guipuzcoanos, muy en pie pese a los condicionantes físicos, apuntaban a la victoria.

Como en anteriores ocasiones —un partido con otras características se resolvió igual el año pasado—, la igualdad fue máxima en la contienda del Vallès. En el comienzo, en el surtido de fallos ofensivos y aciertos en las porterías, sobre todo la bidasotarra, con un estelarísimo Leo Maciel. Arrancaron los guipuzcoanos con dos lanzamientos marrados por Marko Jevtic. El técnico dorado, Álex Mozas, había advertido la víspera de que apostaría por bloques que precisaran pocos cambios entre ataque y defensa. Al menos en la medida de lo posible, porque el equipo llegaba con casi la mitad de sus balonmanistas tocados.

Al brillante Maciel le quiso responder el local Krivokapic al punto que hicieron falta cuatro minutos para que Reguart marcara el tanto inicial del choque. Se repuso rápido el equipo de Mozas, que tras el tanto de Xavi González, dos goles consecutivos de Jevtic —esta vez sí para celebrar su convocatoria con Serbia para el Europeo— pusieron el 1-3 que obligaron a Antonio Rama a llamar a los suyos a capítulo.

Quien mejor captó lo que quería su técnico fue Pablo Urdangarín, que se desdobló en los seis metros para estrenar su cuenta y marcar dos goles consecutivos más para fijar el 5-4 como consecuencia de un contraataque tras robo propio.

Fueron minutos en los que los de Rama consiguieron cambiar el escenario del choque y poner, como quien elige la pelota en el frontón cuando gana un tanto, su propio guion. El parcial entre el minuto 15 y 20 era la peor noticia en una fase que la contienda parecía desbocarse, aunque un Granollers justo parecía seleccionar sus carreras: el equipo guipuzcoano encajó cinco goles (del 6-6 al citado 11-8). Inasumible cualquier día, una losa en el Palau d’Esports.

El del 77 vallesano era el segundo nombre del primer acto junto al de Maciel, que volvería a asomar en momentos delicados de la primera parte. Fue en la primera opción que tuvieron los catalanes para irse cuatro goles arriba (11-8) y el último balón que detuvo con 14-12 antes del descanso.

Tras Maciel, Valles

En esos malos momentos, que el hijo del exbidasotarra Julio Fis, Marcos, quiso ahondar, en las filas bidasotarras asomó un segundo gran nombre: Nacho Valles. El central madrileño entró con asistencia a Esteban Salinas y con gol, que dio continuidad con jugadas decisivas como el 12-10 que lanzó con rabia (el Bidasoa acababa de superar una sequía de cinco minutos por mediación de Cavero), o el 14-12 doloroso para los locales cuando agonizaba el pasivo. El Bidasoa se iba tras un 0-2 de parcial.

Ambos entrenadores echaron mano de convocatorias en apariencia bastante completas —en la guipuzcoana faltaba el lesionado Dariel García; volvía Mujika, lejos de su plenitud—, aunque la procesión de cómo estaba cada balonmanista iba por dentro. Más si hablamos de los dos equipos de la Liga Asobal que han logrado pasar a la Fase Principal de la EHF European League.

El descanso permitió recuperar a un mejor Bidasoa, que pese al 15-12, igualó la contienda y la llevaría al 17-19 por mediación de Rodrigo Salinas en el minuto 38. El chileno redondeaba un 0-4 de parcial en el que los bidasotarras castigaban al más puro estilo Granollers, penalizando sus errores en cuanto entendió cómo cerrar a Figueras en el centro de una defensa muy pendiente de los lanzadores locales.

Ficha técnica

32 - Granollers (14+18). Krivokapic, Franco (5, 3 p.), Urdangarín (4), Fischer, Palomino, Reguart (5), Guijarro (5); Panitti, Román, López, Freitas (4), Fis (4), Figueras (5), Povill, Armengol, Duran.

29 - Bidasoa (12+17). Maciel, González (5), Rodrigo Salinas (3), Nieto (2, 1 p.), Mielczarski, Tuà (2), Jevtic (3); Skrzyniarz, Cavero (4, 2 p.), Peciña, Furundarena, Esteban Salinas (2), Mujika, Nevado (4), Francisco da Silva, Valles (4).


Parciales. 1-0, 2-3, 6-6, 11-8, 13-10, 14-12; 17-15, 18-19, 21-22, 24-23, 27-26, 32-29.

Árbitros. Marín Lorente y García Serradilla. Por parte vallesana, excluyeron a Urdangarín (41’45) y Fischer (50’45). Por parte bidasotarra, a Nevado (16’33), Xavi González (39’55), Jevtic (40’09, 49’56, 59’20; descalificado), Cavero (44’10) y Valles (54’38).

Incidencias. Penúltima jornada de la primera vuelta en un desangelado Palau d’Esports de Granollers ante unos 500 espectadores.

Un rosario de exclusiones

Un buen Mario Nevado en esos minutos rescató a los suyos del pasivo con el 21-23, la última ventaja visitante de dos goles. En realidad, la última, porque pese a sobrevivir a las dos exclusiones simultáneas de González y Jevtic —un desigual arbitraje: siete (seis de ellas, a partir del minuto 39...) frente a dos—, el Bidasoa empezó a desajustarse poco a poco.

Un gol encajado en protesta, algunas exclusiones evitables como los agarrones con jugador superado o una nueva pérdida a la salida del tiempo muerto como en la primera parte se traducían en acciones que igualaban una contienda al más puro estilo Clásico de Asobal. Y así los guipuzcoanos perdían sus ventajas. No tanto porque los locales fueran letales en sus superioridades, sino porque rompieron la hoja de ruta visitante, que tampoco encontraban consuelo en portería propia desde el minuto 38.

Con la vigilancia puesta en los Reguart —gran dirección— o Fis —Urdangarín casi inédito en la reanudación—, asomó la solvencia de las alas vallesanas y el empuje de Freitas, que marcó sus cuatro tantos del minuto 42 en adelante, y servía para equilibrar la casi nula aportación de los guardametas locales.

Franco puso desde los siete metros —infalible— en ventaja de nuevo con el 25-24 segundos antes del parcial del minuto 50, y aunque los bidasotarras empataron a 24, a 25 y a 26, una nueva pérdida en inferioridad dio pie al 28-26. En la recta final y aunque el desarrollo fuera diferente al del 2024, el choque se iba.

Recuperación y Cuenca

El capitán bidasotarra, Gorka Nieto, apuntaba en la víspera las ganas de desquitarse de los ‘uy’ que habían protagonizado en los meses anteriores: triunfos que se les escaparon en días señalados por el canto de un duro. Quizá por algo más, porque el gen competitivo del equipo compensaba muchas de sus carencias esos días, pero la victoria terminaba por ser esquiva. Se repitió ante el Granollers, que en las postrimerías amagó con hacer una brecha difícil de salvar en la penúltima jornada de Liga en Artaleku.

La renta final fue de tres goles (32-29) y las ganas lógicas del desquite que proponía Nieto —y toda la plantilla, cuerpo técnico, club y afición, para qué engañar— deberán esperar a otra ocasión señalada. Con menos errores, menos condicionantes físicos y mejores vientos.

Lo que no esperará será el final de la primera vuelta este mismo sábado en Irun (20:00 horas) ante Cuenca. Una cita imprescindible para darle un buen colofón al 2025. Los 21 puntos esperan.