El Bidasoa ha derrotado este sábado en Artaleku 32-30 a un Cuenca al que acribilló en la primera parte y sufrió al final para rematar el año. Con esta victoria, el conjunto que entrena Álex Mozas se va a cargar pilas en Navidad con los mismos 21 puntos que el año pasado, aunque puede que a no más de un punto del segundo. La clasificación para la Copa de España, que debería ser un hecho al ser al menos cuarto, quedará en el aire hasta que la Federación Española decida dónde se va a jugar.

El entrenador local, Álex Mozas, había anticipado la víspera que ante un rival cuyas prestaciones le venían mal a los suyos en este momento de temporada por cómo llegaba, quizá era momento de afrontar el choque de otra manera. Introducir variantes no quizá del todo nuevas, pero casi inéditas. Y lo hizo, como en Nava de la Asunción. Skrzyniarz vivió el pitido inicial bajo palos —qué bien le vino esa primera parte para reencontrarse con su mejor versión—, pero en la misma posesión se retiró y entró Esteban Salinas: dos pivotes en ataque para evitar tanto uno contra uno ante semejante defensa, del que Piotr Mielczarski sacó petróleo a las mil maravillas.

En defensa planteó de salida un 5:1 que funcionó a las mil maravillas hasta que su homólogo conquense, Lidio Jiménez, también optó por atacar con siete balonmanistas cuando perdía 4-0. La nave bidasotarra no se alteró y siguió tomando altura de crucero a gran velocidad con los hombres más sanos. Con la necesidad de tener que rotar, Mozas empezó a introducir a jugadores que estaban en convocatoria, que querían aportar, pero muy lejos de su mejor condición.

Lesiones

En el último mes se han agolpado las lesiones en el vestuario dorado. El último en caer ha sido Matheus Francisco da Silva en el último entrenamiento, con una afección en su maltrecha rodilla derecha cuyo alcance está por determinar. Tampoco fue de la partida Dariel García —por él entró el canterano Endika Wamba— y aunque Iñaki Cavero constaba en la convocatoria, no estaba para mucho trote. Esto, con los jugadores cuya situación física era más clara, porque si empezamos a rascar en otros, encontraremos molestias de hombro o tobillo que pedían a gritos el parón navideño como en los casos de Mujika, Nevado o Cavero.

La ficha

Bidasoa 32

Cuenca 30

IRUDEK BIDASOA IRUN Skrzyniarz, González (3), Rodrigo Salinas (3), Valles (1 p.), Mielczarski (4), Tuà (4), Peciña (1); Maciel, Cavero, Jevtic (2), Wamba (1), González, Furundarena (1), Esteban Salinas (5), Mujika, Nevado (3), Nieto (2).

BALONMANO REBI CUENCA Arguillas (1), Freire (2), Tóth (4), Tavares (1), Perbelini (4), Gándara (2), Antúnez (5); Tonicher (1), Aldini (2), Mosquera (1), Roque (3), Martín (3), González, Matos, Pizarro (1).

Parciales. 4-2, 9-5, 12-6, 15-9, 18-11, 19-13; 21-15, 24-21, 27-22, 28-25, 30-27, 32-30.

Árbitros. Ernesto Ruiz Vergara y Alberto Macías de Paz. Por parte bidasotarra, excluyeron a Mielczarski (31’28) y Nevado (47’24). Por parte conquense, a Martín (22’17), Matos (26’39), Mosquera (42’18) y Freire (50’10).

Incidencias. Última jornada de la primera vuelta, la 15ª, disputada en Artaleku ante 1.568 espectadores.

El transcurrir de los minutos no trajo grandes novedades a un Artaleku que como ocurrió contra el Atlético de Valladolid, disfrutaba desde el pitido inicial. El único debe que dejaba la primera parte, en la que el Bidasoa desarboló a su rival manchego, fueron algunos lanzamientos, como dos siete metros marrados. La renta al descanso, de seis goles, pudo y debió ser mayor (19-13).

La reanudación, sin embargo, todo lo que eran claros se tornaron en nubes y estas acecharon en la recta final del encuentro. Los de Jiménez defendieron con mayor contundencia y de una manera más abierta, entendía mejor los planes ofensivos bidasotarras, que empezó a obstaculizar.

Esos problemas en ataque se tradujeron en más lanzamientos fallados que esta vez sí, Cuenca aprovechaba cuando recuperaba, con un estelar Perbelini que lideró el primer acercamiento visitante (del 23-16 al 23-20). En unos momentos en los que un Bidasoa en cuadro estaba perdiendo la puntería, empezó a perder la confianza ante una defensa más porosa. Aun así, penalizar varios errores visitantes le sirvió al conjunto dorado para que Rodrigo Salinas repusiera seis tantos de renta. Pero faltaba casi todo por hacer.

Momento clave

Fue clave el minuto 47, cuando Skrzyniarz desbarató un siete metros que podía haber puesto a los visitantes a dos goles y en la jugada siguiente y también desde la misma línea, Nacho Valles puso el 28-24.

Todo podía haber cambiado en esa jugada de haber salido mal, porque al Cuenca, ya con esa versión competitiva que había mostrado en otras pistas, donde perdió de un solo gol por un solo tanto y en otra tarde, se puso de nuevo a dos goles con otros tantos minutos por delante. Y como en los programas de televisión, era mejor no irse, porque había más: el tercer siete metros fallado lo recuperó el propio Bidasoa, sin apenas gasolina en el depósito. Artaleku volvía a respirar, aún más profundamente cuando segundos después Esteban Salinas realizaba el 32-29 antes del último gol visitante para el marcador definitivo (32-30).

Con 21 puntos, el Bidasoa cierra la primera vuelta entre los cuatro primeros (habrá que ver si en la Copa de España) tras mostrarse un auténtico tirano ante todos los equipos por debajo del séptimo clasificado: ha ganado a todos. El punto de mejora, manteniendo lo bueno, ya sabe cuál es. Si consigue mantener y mejorar, hablaremos de cotas muy altas. Eso sí, después de un imprescindible descanso de Navidad.