Bélgica se asoma al día de la marmota. La multinacional francesa Alstom ha decidido volver a llevar la designación de CAF como socio preferente para el Contrato del siglo, por lo que el Consejo de Estado se va a tener que pronunciar otra vez sobre un proceso que supone construir al menos 180 trenes por casi 1.700 millones de euros y, en el mejor de los casos, hasta 600 trenes por valor de 3.400 millones de euros.
Fuentes del tribunal confirman el procedimiento de Alstom contra la sociedad pública ferroviaria, por lo que en las próximas semanas se celebrará una nueva vista oral en la Cámara Sexta del Consejo de Estado, una suerte de tribunal contencioso-administrativo.
La multinacional francesa dará a conocer en ella qué argumentos le han llevado a presentar un nuevo recurso. Hasta la fecha, Alstom ha denunciado que su oferta era 107 millones más barata que la de CAF, además de emplear mano de obra belga.
Al margen de la empresa, parte de la clase política ha insistido en este último argumento de la mano de obra local, pese a que no se puede establecer ninguna restricción en una licitación de carácter europeo, como bien recordó ya en marzo la SNCB. El segundo argumento que ha ganado fuerza entre los críticos es la participación de CAF en un proyecto ferroviario en los territorios ocupados palestinos.
La SNCB se reafirma
Cuando el 23 de julio la SNCB volvió a ratificar a CAF como socio preferente para el Contrato del siglo y reanudar las negociaciones que deberán cristalizar en el contrato definitivo, la sociedad pública animó a la empresa de Beasain a “invitar a considerar esta opción” de emplear “proveedores de servicios locales”, predisposición que había avanzado el consejero delegado de CAF, Javier Martínez Ojinaga, a primeros de julio en una inédita ronda de entrevistas en Bélgica.
Como segundo punto, el consejo de administración belga explicó en su comunicado de elección de CAF que solicitaría a la empresa guipuzcoana “confirmación de que sus actividades cumplen con el derecho internacional y los derechos humanos”. Semanas atrás, el ministro de Movilidad, Jean-Luc Crucke, había restado peso a esta crítica al recordar que la propia Bélgica mantiene relaciones diplomáticas y comerciales con Israel.
Como en cualquier otro procedimiento contencioso-administrativo, semanas después de la vista oral se conocerá la decisión.
Faltó explicar mejor la elección
En el anterior proceso, el Consejo de Estado reafirmó el criterio que marcó el auditor (una suerte de fiscal) en la vista oral, y reprochó a la sociedad pública no haber sido transparente a la hora de explicar los criterios de su elección.
Con la resolución conocida en Semana Santa encima de la mesa del consejo de administración, la dirección de la sociedad pública tenía tres opciones: echar atrás el proceso de licitación que arrancó en 2022 y que retrasaría en otros tres o cuatro años la cada vez más necesaria renovación de la flota; retomar conversaciones con las tres aspirantes (CAF, Alstom y Siemens Mobility) o explicar mejor la decisión tomada.
fiscalización La SNCB, apremiada por las asociaciones de usuarios de trenes cada vez más obsoletos, decidió fiscalizar su propia decisión y sometió a un doble análisis la deliberación conocida en marzo. Pese a que la de CAF era una oferta 107 millones superior (una de las críticas recurrentes a CAF): la propuesta guipuzcoana era mejor que la de Alstom y la de Siemens Mobility.
Doble auditoría: CAF, respaldada
La auditoría fue doble: técnica y jurídica. Su resultado llegó a la reunión del último viernes de junio: el proceso para otorgar la mejor valoración a CAF fue y es correcto, como publicó la SNCB en un comunicado oficial. Algunos medios belgas incluso publicaron que la valoración entre CAF y Alstom (76,3-75,9) habría aumentado como consecuencia del nuevo análisis, que se conoció el día en el que el consejo aplazó la decisión en mitad de grandes presiones.
En un contrato de este volumen no todo se resumía en la oferta económica, dijo la SNCB. Más aún, fuentes conocedoras del expediente también insinuaban que la oferta de CAF y su propuesta de material rodante podía traer otro tipo de ahorros futuros, como en el consumo energético.
El ministro Crucke, llamado a una comisión parlamentaria, explicó que CAF mejoraba en un 4% a Alstom en los criterios técnicos, donde además del precio financiero de la oferta, que incluye la compra del material rodante y el coste de mantenimiento; también contempla las condiciones generales de la compraventa y el calendario de entrega, así como el consumo energético que requieren los trenes.
Los trabajadores de Alstom exigen responsabilidades a sus jefes
Por su parte, este lunes por la mañana, los cerca de 600 trabajadores de la planta de Alstom en Brujas realizaron una huelga espontánea para exigir respuestas a la dirección de la multinacional después de que no ganara el macrocontrato.
La SNCB quiere renovar más de la mitad de su flota de aquí a 2032, y para ello quiere introducir nuevos AM30, un modelo de tren regional que puede circular hasta 160 kilómetros por hora en capitales regionales, así como norte de Francia, Países Bajos y Oeste de Alemania. Algunas unidades rondan los 50 años.
Esa licitación resultaba de vital importancia para la planta de Brujas, ya que confiaba en que el contrato de la SNCB permitiera alargar cerca de una década la carga de trabajo que concluirá en abril del año 2026. En esa fecha deberán entregar los últimos ejemplares de los M7, vagones de dos pisos estrenados en 2018 y que atienden a la red interurbana belga.
Conviene recordar que la licitación, de carácter europeo y ajustado a las normas comunitarias, ha sufrido una fortísima presión sindical y, sobre todo, política, pese a que en primera instancia en febrero salió adelante con la unanimidad de los partidos políticos representados en el consejo de administración de la SNCB.