Peio Etxeberria acabó el partido del Labrit de Iruñea contento por el triunfo, pero dolorido. Muy dolorido. El pantalón blanco es un chivato: salpicones escarlata de sangre. Esparadrapo suelto y teñido. Llevaba el nudillo del meñique de la mano derecha destrozado y abierto por golpear de un puñetazo el murete de las butacas de cancha de La Bombonera; una acción de rabia innecesaria, aunque fruto de las altas pulsaciones, de la que a buen seguro se arrepentirá durante un tiempo.
Este sábado acabó con la mano derecha muy molesta y le tuvieron que cerrar la herida. Se sometió a exploración en Urgencias. La radiografía realizada a Peio Etxeberria desvela una "una posible línea de fractura en cabeza del quinto metacarpiano de su mano derecha". El pelotari está pendiente de una resonancia magnética en la que se verá de forma definitiva cuál es el estado de la articulación. No obstante, en la cancha, tratado por Txema Urrutia, el galeno manifestó que no se trataba de una fractura porque de ser así “no hubiera podido seguir jugando”. Además, la mala fortuna del zenoztarra se reprodujo en un pelotazo en la cabeza de una escapada de la explosiva derecha de Jon Mariezkurrena. Por suerte, el coscorrón, este más espeluznante por el lugar del impacto, no tuvo consecuencias. En definitiva, en cosa de diez minutos, entre el 12 iguales y el 14-12, a Etxeberria se le agotó toda la mala suerte que le podía quedar en 2023.
El trabajo de Zabaleta
Eso sí, el que lleva un trébol de cuatro hojas en la solapa del frac es José Javier Zabaleta. El de Etxarren se anotó otro partido de los que hacen afición, favorecido además por la potencia de su rival en los cuadros largos. Los buenos rivales se benefician. El duelo de bombarderos fue una gozada y acabó decantándose por el veterano, que además dio todo un clínic de cómo se juega con la espalda en el rebote. Porque sí, Zabaleta no tuvo un partido plácido ante un pegador tan rutilante como Mariezkurrena II, mas fue capaz de sujetar y sumar siete tantos en su cuenta particular. Cinco de ellos del 16-15 en adelante, cuando las pelotas se comenzaron a gastar y pudo sacar todo el potencial que tiene dentro.
En un partido ciertamente extraño, en el que hubo tramos fríos y de errores y otros de quitarse el sombrero, Jaka y Mariezkurrena perdieron el invicto en el presente Campeonato de Parejas después de ponerse 20-19 con una tacada de tres cortadones. En un tanto de 62 pelotazos, la fortuna se alió con el herido. Ya era hora. Peio, más trabajador que brillante, intentó atrasar y le salió una dejada sobre chapa inapelable (20-20). Todos de piedra. Un saque y un derechazo de Zabaleta pusieron el broche de oro al compromiso. Al final, brecha, coscorrón y punto para los de Aspe.