Agur a Ezequiel Equi Fernández. El argentino no será el futbolista que reforzará el centro del campo de la Real Sociedad este verano a pesar de ser el reconocido objetivo número uno que se había marcado el club en este mercado de verano. Y de que a principios de julio estuvo muy cerca de poder cerrar la operación que incluso fuentes autorizadas del Al-Qadsiah consultadas por este periódico mostraran su convicción en que era una operación que “se iba a hacer”.
Siempre según la versión saudí, al haber convencido al futbolista que estaba como loco por recalar en Europa, el precio estaba muy claro y su única pretensión de obligado compromiso era recuperar toda la inversión que había hecho en la incorporación del futbolista que oscilaría entre los 20 y los 25 millones de euros, con objetivos deportivos por cumplir incluidos.
Como no pensaba llegar a esa cantidad, la Real frenó las conversaciones, en lo que fue interpretado en Arabia como una medida de presión bastante poco efectiva para un club que tiene el dinero por castigo y que, además, no tenía la más mínima intención de traspasar al futbolista más importante de su equipo. En Arabia pasaron del "se va a hacer seguro" al "solo se hará si quiere la Real".
Aviso de Al-Qadsiah
Ante la falta de comunicación y la consiguiente paulatina decepción del futbolista, Al-Qadsiah movió ficha y lanzó un serio aviso de que ese era precio inicial pero que su cláusula ascendía a los 50 millones, cantidad que iban a exigir si no se agilizaban las conversaciones, ya que el tiempo pasaba y tenían que prepararse con fichajes en el caso de que se quedaran sin el sudamericano.
El mismo día que este periódico publicó dicha información, en plena gira de Japón, la Real llamó para volver a negociar pero las peticiones rondaban ya los 30 millones de euros. Tras ese nuevo contacto, las fuentes saudíes confiaban aún en que finalmente "se haría". Pero ya era un precio al que nunca iba a llegar el club realista, ya que se hubiera convertido con diferencia en la contratación más cara de su historia por encima del club de los 20 millones que se abonaron por Sadiq y por Óskarsson.
Operación finiquitada
Después de su gira por España, en la que se ha enfrentado contra Levante y Sevilla en sendos encuentros amistosos, la Real no ha hecho ningún amago en lanzar una nueva ofensiva por lo que Al-Qadsiah da por finiquitada la negociación. Su sensación es que ya no van a hacer nada porque entre otras cosas ya le han comunicado al futbolista que ellos no pueden permitirse a estas alturas cerrar acuerdos que no se acerquen al precio de su cláusula y, por si fuera poco, ya había otro club, que el propio Equi veía con buenos ojos, que había tomado la ventaja sobre la Real.
En el seno de la entidad saudí no han entendido muy bien ni la forma de negociar de la Real ni que, después de vender a Zubimendi por 70 millones, diez más de lo que decía su cláusula, quisiera hacerse con el cerebro de su equipo por una cantidad inferior a su valor real.
La Real discrepa
La versión de la Real es muy distinta. Desde que el primer día de la pretemporada Jokin Aperribay reconociese que había “conversaciones abiertas” por Equi Fernández e Igor Julio (ya es casualidad que salga a la prensa a reconocer eso y luego no venga ninguno de los dos; adivina, adivinanza: ¿lo hizo queriendo? ¿era una manera de despistar?) y siempre según su versión, no volvieron a tener más contacto con los árabes hasta que estaban en Japón. Es decir, casi un mes después. “No nos cogen el teléfono”, llegaron a explicar, una versión muy poco convincente y creíble cuando incluso los medios, como éste, no tenían excesivos problemas para contactar con sus gestores.
Esto invitaría a pensar que quizá no estaban tan interesados. El problema es que el propio presidente manifestó en privado que iban a apurar todas las posibilidades para intentar contratar a Equi.
Reforzar la 'sala de máquinas'
Y luego está Sergio Francisco, que marcó como una de sus máximas prioridades contratar un refuerzo para la sala de máquinas: “Más de lo que le falta, hablamos de un punto de energía en el centro del campo. Sobre todo los momentos sin balón, que es una situación clave”. Y posteriormente, ya sin micrófono, no tuvo problemas para destacar que Equi respondía a ese perfil, en una clara demostración de que era el jugador que más le gustaba y que esperaba.
Una pena, porque Equi Fernández se habría convertido en uno de los posibles fichajes que más había ilusionado a la afición en los últimos veranos. Joven, preparado, argentino, internacional y con una proyección extraordinaria. Ahora la dirección deportiva deberá dar paso al plan B para el que ya ha entablado conversaciones, algunas más avanzadas que otras, con futbolistas y en las que se encuentran jugadores como Antonio Blanco y demás jugadores. Eso sí, la Real va tarde, porque uno de los mejor colocados solo se iba a poder hacer si lo hacían con celeridad porque no podía esperar. Y ya han pasado casi dos semanas por lo que todo invita a pensar que sería otra alternativa ya descartada.
Llegados a este punto y una vez finiquitada la carpeta Equi, por lo que ha podido saber este periódico, no es descabellado pensar que la dirección deportiva no piensa precipitarse y que incluso la Real va a comenzar la Liga sin ningún refuerzo en la medular y que éste aterrice en las dos últimas semanas de mercado. Si no se produce ninguna salida inesperada, sería el tercer y último fichaje para esta campaña al menos hasta la ventana de invierno. Sin olvidar que la incorporación de ese medio y en función de su perfil podría motivar que algún futbolista optase por salir cedido en busca de minutos. En resumen y tal como certificó Sergio: “Que nadie espere una barbaridad de fichajes”...