Estamos a finales de noviembre y la Real Sociedad no pierde un partido desde el 5 de octubre, en Anoeta contra el Rayo Vallecano (0-1). Tras aquel tropiezo que hizo temblar los cimientos del nuevo proyecto txuri-urdin, el equipo ha sumado once puntos de quince posibles en la Liga, y además ha solventado el trámite de la primera eliminatoria de Copa del Rey contra el Negreira, protagonizando una racha que le permite mirar al futuro y a la clasificación con otro talante. Las estadísticas dicen que los de Sergio Francisco han mejorado durante este tiempo. Las sensaciones lo corroboran. Pero, llegados a este punto, también procede recordar que la temporada es larga y que, analizando el fútbol blanquiazul, aún hay aspectos en los que progresar.

Después de una victoria como la del sábado en El Sadar, hay que comenzar por lo positivo, que es mucho y atiende principalmente a los diferentes caminos hacia el gol que viene hallando la Real. Durante las primeras jornadas de Liga, marcadas por resultados que no fueron los mejores, la escuadra txuri-urdin ya acreditó una chispa ofensiva añadida respecto a los meses finales de la campaña anterior. La principal aportación de Sergio Francisco al juego con balón implicó un dinamismo de los atacantes y una serie de permutas de estos con los interiores (Brais y Pablo Marín) que condujeron a una más que aceptable generación de ocasiones. Además, el equipo también hizo daño a sus rivales desde otros registros, apuntando esta última circunstancia al partido de Oviedo: durante la media hora inicial en el Carlos Tartiere, los realistas presionaron con colmillo y se mostraron agresivos y verticales tras robar. Únicamente les faltó acierto para ponerse por delante.

De cara a gol

El equipo sólo se ha quedado sin marcar gol en dos de sus catorce partidos oficiales, las ya mencionadas derrotas ante Oviedo (1-0) y Rayo (0-1). En cualquier caso, su capacidad anotadora sí ha experimentado un repunte con motivo de los últimos encuentros. La Real ha hecho diez dianas en las cinco jornadas ligueras más recientes, una media de dos por encuentro que cabe achacar, lógicamente, al mayor acierto ante la portería rival, pero que también se debe a la consolidación del sistema ofensivo. Los de Sergio siguen siendo dañinos en las contras tras robo, como acreditaron en Elche. Y el sábado en Pamplona le dieron igualmente una vuelta de tuerca adicional a su imprevisibilidad con balón.

Zakharyan, agarrado por Boyomo durante el partido de El Sadar. Unai Beroiz

En El Sadar, el técnico irundarra permitió a Oyarzabal, Zakharyan y Guedes repartirse los tres carriles centrales del ataque. Las permutas entre todos ellos dificultaron a Osasuna fijar las marcas. Y durante la segunda parte, además, la Real se permitió el lujo de terminar apostando por extremos más capacitados para actuar próximos a la cal, Kubo y Barrene, idóneos también para moverse por dentro. Sergio Francisco ha movido el árbol ofensivo y está obteniendo premio. Además, ve partido tras partido cómo los suyos, respaldados por la confianza que otorgan las victorias, se atreven en mayor medida a la hora de sacar el balón jugado desde atrás y de superar líneas buscando hombres libres entre ellas.

Pagando peajes

Ahora que la Real ha progresado en el juego y en la tabla, resulta muy tentador pensar y vender que todo es de color de rosa y que el fútbol txuri-urdin no presenta déficits. La realidad, sin embargo, apunta a que dichas taras sí existen. Lo cierto es que el modo en que penalizan depende de la manera en que los rivales las aprovechan. Y hay que reconocer que, en partidos como los disputados ante Celta, Elche u Osasuna, los contrincantes han podido castigar en mayor medida al equipo blanquiazul. Su defensa del balón parado continúa dejando mucho que desear: lleva cuatro partidos de Liga seguidos encajando en acciones de estrategia o segundas jugadas. Y sigue tocando ajustar aún ciertas situaciones que se producen tras pérdida.

Las transiciones rivales se vienen controlando mejor que en las primeras jornadas. Pero aún se dan acciones ante las que la Real duda a la hora de defender hacia delante tras pérdida. La primera ocasión del osasunista Raúl (minuto 4) se dio tras un robo a Brais que cogió a Jon Martín (rompe el fuera de juego) y Caleta-Car (no aprieta a Víctor Muñoz) demasiado retrasados. Y la segunda oportunidad del punta rojillo (minuto 39), después de un balón largo de Remiro a Oyarzabal cortado por Catena, también cogió a la zaga demasiado cerca del meta de Cascante. Sergio Francisco no está teniendo inconveniente en expresar que el margen de mejora es grande, y seguro que tiene en mente hacer de su Real un equipo menos tierno.