¿Cómo ve un campeón de Copa que la Real esté de nuevo en disposición de ganarla?

-Hay ganas de esa final porque han pasado muchos años desde la última final. Y más para un equipo como la Real, que en mi época y antes estaba en disposición de ganar títulos, pero que desde entonces no ha estado tan cerca de hacerse con un título, salvo el año del subcampeonato de Liga. Nosotros, que lo hemos podido vivir, es algo muy especial, tanto para el club como para la afición, que lleva mucho tiempo sin vivir algo grande. Muchos aficionados no han vivido nunca la celebración de un título y yo creo que ya les toca.

Y esta Real sí ha demostrado que puede alcanzar otra vez la gloria.

-Pues sí. Futbolísticamente hablando, es un equipo que está demostrando que puede ganar a cualquier equipo. Se codea con los grandes y compite muy bien. Eso sí, una final es muy especial y el favoritismo se iguala mucho. El Athletic, además, ha recuperado sensaciones; ganó la Supercopa y será complicado. Pero la Real tiene tantas o más opciones que ganar que el Athletic.

Un derbi que nunca había vivido una final copera.

-Nunca se ha producido y es una sensación extraña con lo que está pasando con esta pandemia. Va a ser un partido histórico, pero, desgraciadamente, no van a poder estar las aficiones. Es un triunfo del fútbol vasco que hayan llegado hasta ahí Real y Athletic y que no estén el Madrid, el Barça, el Sevilla... Quiere decir que el fútbol vasco goza de buena salud, y será muy bonito.

A nivel meramente deportivo, ¿qué tipo de partido espera?

-Será importante que la Real pueda jugar a lo que le ha llevado al éxito, con su talento y su calidad. Tiene jugadores que le llevan a dominar los partidos y eso es importante. Si consigue imponer su estilo, creo que estará mucho más cerca de ganar. Y si no, será más difícil. Enfrente estará un Athletic que no hace un fútbol tan vistoso pero sí es eficaz y competitivo. Entonces a esa situación también tenemos que llegar, a ser un equipo competitivo y fiable. Luego, en una final el factor mental es muy importante. El equipo tiene que saber llevar esa presión y ahí estará parte del éxito en la final.

¿Cómo valora el trabajo que viene desarrollando el equipo de Imanol?

-Lo más importante es que tiene una trayectoria asentada en el grupo medio-cabecero de la Liga, que eso es muy difícil porque el fútbol de hoy en día está muy igualado. Estar ahí dos temporadas seguidas con Imanol es de destacar. También lo es que tiene un estilo de jugar que le ha llevado al éxito. La progresión que ha tenido el equipo, el estilo que ha marcado y hacerlo con un equipo tan joven y con tantos jugadores de Zubieta es muy importante. Eso quiere decir que hay una plantilla para muchos años que ya ha demostrado con su juventud que puede hacer grandes cosas.

¿Un campeón de Copa qué consejo le puede dar a un aspirante a serlo?

-Lo primero, aunque a veces es difícil, que disfrute del día. Yo he jugado tres finales. La primera fue la que gané, con 21 años, y recuerdo que la disfruté, pero, quizá por mi juventud, era un poco inconsciente de que podría no volver a repetirse. Afortunadamente, se repitió y pude jugar la de Madrid contra el Barça el año siguiente, y también pude hacerlo después con el Celta. Son días de mucha tensión, pero lo tienes que disfrutar porque si lo haces, vas a jugar mejor. Es un momento que no se te va a olvidar nunca. Y ojalá que la ganen para hacer historia.

¿Cómo se pueden controlar esos nervios previos a una final?

-Es verdad que se hace muy largo. En la de La Romareda recuerdo que iba a ser un momento histórico y la semana se me hizo muy larga. Eso es casi más difícil de gestionar que el propio partido. Para mí, es más complicado aislarte esos días antes del partido, en los que la afición se vuelca contigo en la calle, la prensa que también se vuelca... En la Real es verdad que hay jugadores que ya han vivido partidos importantes, con experiencia como Silva o Monreal, internacionales como Oyarzabal o Merino, y sabrán gestionar el partido, pero la semana anterior y las horas previas es más complicado. Y ahí es importante poder relajarte y estar tranquilo.

Dadie, además, fue protagonista de la final que ganó la Real por ser la sorpresa de la alineación de John Toshack.

-Así es. Había tenido problemas de lesiones en el último tramo de la temporada y no había jugado prácticamente nada, ni las semifinales, pero Toshack apostó por mí para la final. Me comentó, además, varios días antes que iba a jugar, pero que no lo podía decir. Incluso eso fue una presión añadida, que un jugador de 21 años no pueda decir que iba a jugar la final de Copa. Fui la sorpresa del once y esa semana la tuve que vivir con es presión y fue algo difícil de gestionar todo eso. Y el momento del partido fue el momento en el que estuve más tranquilo de toda la semana. Además, estaba rodeado de jugadores experimentados, como Arconada, Larrañaga, Gorriz, Gajate, Zamora, Bakero, Begiristain, López Ufarte... Es decir, un equipo muy asentado que me arropó mucho porque yo era el benjamín de la final. Y la verdad es que estuve mucho más cómodo que durante la semana.

Una final que contó con todos los ingredientes: un estadio lleno de aficionados, la emoción de la prórroga y los penaltis...

-¡Y con un calor insoportable! Fue dura por eso. Las dos aficiones se hicieron sentir mucho. Me pareció una final muy larga por la prórroga y los penaltis y se hizo duro. Pero como terminó bien todas las sensaciones son buenas. Años después jugué una final similar con el Celta (la perdió ante el Zaragoza, tras empatar a cero, en 1994) en un Calderón lleno, con prórroga y penaltis, y al final la perdimos. Y la sensación es totalmente diferente. Por eso, la de 1987 fue inolvidable.

Además, la Real ganó en una tanda de penaltis en la que marcaron jugadores jóvenes como Musti Mujika y Martín Begiristain (también lo hicieron Bakero y Larrañaga).

-Compañeros míos ambos en el Sanse también. Un penalti lo puede tirar cualquiera, entre comillas, como yo lo hice en la final con el Celta (lo marcó en una tanda que ganó el Zaragoza por 5-4), pero ellos, siendo jugadores con poco bagaje en la elite, supieron asumir la responsabilidad. Esto es lo que hace también a un equipo importante. Como la generación de ahora, en la que hay jugadores jóvenes que tienen su importancia en el equipo de Imanol, como Gorosabel, Zubimendi, Guevara, Barrenetxea... Jóvenes pero preparados para asumir ese tipo de situaciones. Y si tuvieran que tirar un penalti, yo creo que están preparados para hacerlo.

Bueno, pues 33 años después, en los que han pasado tantas generaciones de jugadores que no han podido conseguirlo, a ver si llega un nuevo título.

-Todos los que han pasado por el club durante estos 33 años tienen su esperanza de que el trabajo realizado en este periodo y esas ocasiones en las que se estuvieron a punto de llegar a un situaciones para lograr un título sirva para esta vez se pueda conseguir. Es el premio también para todos los que han pasado por el club desde 1987. Es la recompensa para ellos, así como para los entrenadores y la afición. Para todos es muy importante este día.

¿Cómo cree que va a terminar esta final?

-Veo difícil que vaya a ver un marcador abultado. Se vio en la Supercopa, en la que tanto Real como Athletic jugaron de tú a tú a Barça y Real Madrid. Juegue quien la juegue una final, es muy difícil que el partido se rompa y lo normal es que se decida por pequeños detalles. Quien marque primero puede ser importante; o quien logre imponer su estilo juego... Pero creo que será con un marcador corto. En cualquier caso, pase lo que pase, aunque se decida en los penaltis, yo espero que el título se lo lleve la Real.

Las voces de otros protagonistas

- Alberto 'Bixio' Gorriz: "Es crucial confiar en tus compañeros".

- Jesús Mari Zamora: "Las finales se juegan con la cabeza".

- Los héroes de 1987.