Menuda faena más grande. No me estoy refiriendo a la lesión de Sadiq, que por supuesto, sino al celebrado y elevado a los altares triunfo en Old Trafford. Todavía no sabemos muy bien lo que ha hecho el equipo. Ahora estamos obligados a ganar todos los partidos, es decir los cuatro ante el Omonia y el Sheriff, si pretendemos jugarnos a una carta la suculenta primera plaza, que te priva de una eliminatoria, en Anoeta ante el United. Una cita que podría convertirse sin duda en una de las grandes noches de la temporada. Ahora que ya le habíamos cogido el gustillo a competir con la soga al cuello en cada encuentro europeo y a sacar la calculadora para hacer todo tipo de ecuaciones y raíces cuadradas cada vez que la Real no era capaz de sacar adelante un partido... Bueno, eso si podemos alinear a once jugadores en el mes de noviembre, porque de seguir con esta maldita racha de lesiones y con dos partidos por semana casi sin respiro, no me quiero ni imaginar cómo puede llegar al envite la plantilla txuri-urdin.

El club más laureado de Chipre comparece por primera vez en su historia en Anoeta. Lo hace con ese orgullo que caracteriza a los isleños, ese espíritu indomable de saber que la vida no es tan simple como en el continente que tanto les curte. Y por qué no decirlo, de sentirse distintos y especiales, hasta creerse capaces de todo. Que se lo digan al club chipriota que más lejos ha llegado en una competición europea, el Ethnikos Achna, sin duda el más sorprendente campeón de la Intertoto de 2006 (fueron once los que se ganaron el pasaporte a la antigua Copa de la UEFA, que era el premio al cambiar el lioso formato). Este equipo, en teoría medio amateur, es uno de esos ejemplos de máximo optimismo. Acabó en novena posición su campeonato, pero ningún otro conjunto por encima de ellos solicitó su participación, por lo que comenzó ese año su cuarta aventura veraniega por el viejo continente. Nunca antes había pasado una ronda hasta esa edición en la que apeó al Partizan serbio, el Osijeck croata y el Maccabi Petah Tikva israelí. Luego ya en la Copa de la UEFA incluso tumbó al Roeselare belga, antes de claudicar frente el Lens francés. No son de fiar estos isleños por ese sentido de pertenencia del que tanto alardeamos por aquí, y de supervivencia, aunque salvo por el asfixiante calor veraniego Chipre no sea una isla demasiado atormentada por las inclemencias meteorológicas. Que nadie peque de exceso de confianza, porque todavía tenemos fresco en la memoria lo sucedido en los empates con el Rijeka y el Sturm Graz en Donostia.

No es normal, claro que no lo es. Ocho cruzados en nueve años, además de otras lesiones graves como las de las rodillas de Moyá y Monreal, que finiquitaron sus carreras, o incluso la de Ander Barrenetxea y el menisco de Ander Martín. No seré yo quien empiece a buscar cabezas de turco, lo siento, pero no cuenten conmigo para encontrar explicaciones al infortunio. Un componente con el que desgraciadamente debes contar en el mundo del fútbol. El problema es que la desdicha del nigeriano raya la crueldad, sobre todo para él, que, después de pasar por una lista interminable de clubes, había logrado tocar el cielo con su contratación con la Real. Así veía la sustancial mejora y crecida de nuestro club, algo de lo que muchas veces no nos damos cuenta. Pero también para la afición realista, que había pasado del estado de shock tras la repentina venta de Isak a la preocupación porque Sorloth no le parecía lo suficiente para el hueco que dejaba el sueco, antes de alcanzar el éxtasis con la contratación del nigeriano por 20 millones de euros. En la parroquia txuri-urdin siempre hemos sido bastante facilones de conquistar, no nos hace falta mucho para ilusionarnos, yo incluido, y lo hemos vuelto a demostrar con todo lo que se vivió en su triunfal debut ante el Atlético. Te echaremos de menos Sadiq, mucho, pero que sepas que has dado a parar en el mejor balneario posible para recuperarte de la lesión más temida por los futbolistas. Volverás más fuerte y tendrás que marcar muchos goles para rescatar las ganas que teníamos de celebrar los que ibas a anotar este curso...

Conclusión, regresamos al punto anterior (de lesión a lesión y tiro porque me toca). El de que Sorloth no era capaz por sí mismo de ocupar el vacío de Isak. Me decía un miembro del club, “no olvides que acabó bastante mejor la pasada temporada”. No creo. Me gusta el noruego, he defendido su nivel desde su llegada el año pasado, pero es mucho mejor futbolista que delantero (me ha hecho gracia la denominación de “falso nueve” que leía a Butano en Twitter). Si es la solución a la falta de gol, estamos apañados y mi inquietud se dispara. Pero yo pienso que contamos con un clavo al que agarrarnos y no creo que aún sea Karrikaburu, del que me gusta todo en el campo. Y es el nivel de los otros tres fichajes. Cuando estaba en la playa disfrutando de mis vacaciones este verano, se me ocurrió preguntarle a un técnico que trabaja en Primera sobre los tres refuerzos que se habían cerrado hasta entonces: Cho, Brais y Kubo. Lo hice porque tenía la seria duda de que no se ajustaban a las verdaderas necesidades que exigía la evolución del equipo, que, para mí, eran músculo y gol. Su respuesta me tranquilizó: “Creo que han hecho un mercado muy bueno e inteligente. Jugadores que encajan perfectamente en el 4-4-2 en rombo que están decididos a continuar. Brais viene de ese dibujo con Coudet; Kubo tiene muchísima calidad; y Cho es muy bueno. Ojalá pudiéramos hacer un mercado así en nuestro club”. Les aseguro que no es un cualquiera. Me guío por las sensaciones que percibo y mis propias vivencias. Me consta que en Zubieta estaban como locos tras cerrar tres fichajes. A Cho se lo rifaban y se adelantaron a clubes poderosos; con Brais constataron la enorme evolución que ha experimentado el club, que ha podido arrebatarle el mayor activo al Celta; y con Kubo no tenían dudas, le seguían de cerca desde hace años y sabían que iba a dar mucho (también que estaban hundidos por la noticia de esta semana, al considerar que habían dado en la diana).

En solo un mes lo han confirmado, los tres son muy buenos. Ha llegado su hora. No podemos perder más el tiempo en lamentaciones, debemos seguir la doctrina Imanol y pensar única y exclusivamente en los que están. Así ha funcionado y ha logrado sus éxitos siempre la Real. Nuestro gran hándicap es el gol y necesitamos la aportación de todos en esta faceta, no solo de Sorloth. Pocos cuentan con tanta calidad en esa segunda línea, por lo que hay que exigirles mucho más de cara a puerta. Que nadie eluda esa responsabilidad. No se llega a nada con un gol a favor por partido. Sí, es cierto, con la baja de Sadiq se nos ha bajado el suflé que aspiraba a entrar en Champions, ahora, antes de enero, vamos a centrarnos en colocarnos bien en la Liga y en lograr la clasificación para los cruces en la Europa League. Más unidos y convencidos que nunca. Empezando desde hoy, una victoria obligada y si es por varios tantos mejor para todos. Con la receta del Ethnikos Achna: creer y optimismo. Lo que venga después, con Oyarzabal asomando la cabeza a la vuelta de la esquina, seguro que tendrá mejor pinta aún. Vamos a confiar en todos ellos, se lo merecen. ¡A por ellos!