- El aroma a partido grande, trascendental en el futuro de un equipo dentro de un torneo, corresponde en mayor medida a esos meses del final de invierno o de plena primavera en los que la temporada empieza ya a tocar a su fin. La Real se está acostumbrando, sin embargo, a vivir antes de final de año episodios como el que le aguarda el próximo 9 de diciembre en Anoeta. El cuadro txuri-urdin ha visto cómo sus cuentas continentales se han simplificado hasta el extremo después de la derrota en el campo del Mónaco: a los de Imanol solo les vale ganar al PSV Eindhoven en Donostia para avanzar a los dieciseisavos de final de la Europa League. Si empatan o pierden, mientras, caerán a las eliminatorias de la nueva Conference, el tercer torneo de la UEFA.

El objetivo de la Real debe consistir, sí o sí, en ganar partidos y tratar siempre de optar a los premios más ambiciosos. Esto no quita, sin embargo, para calibrar como merecen los muy distintos panoramas que el cuadro blanquiazul encontraría en una competición y otra. Cabe destacar que la Champions League ha elevado considerablemente su nivel respecto a épocas pretéritas, con el aumento de cupos destinados en ella a las mejores ligas. Y esto ha propiciado a su vez la proliferación de los llamados grupos de la muerte, desde los que caen a la Europa League clubes de mucho caché y potencial. Si el curso pasado a la Real le cayó por esta vía todo un Manchester United, el escenario en el segundo torneo continental apunta a igual de complejo en la presente campaña. El Dortmund ya se ha erigido en coco, pero pueden unírsele aún conjuntos como el Leipzig, el Atlético de Madrid, el Milan, el Oporto o el Barcelona.

La nueva Conference League, mientras, depara un contexto competitivo de nivel más bajo, pero también exigente a tenor de lo que estamos viendo. El Tottenham tiene muchas opciones de quedar apeado ante Rennes y Vitesse. Y la Roma de Mourinho es ahora mismo segunda de grupo, tras ser incapaz de ganar a los noruegos del Bodo Glimt en los dos duelos directos (6-1 y 2-2). El citado partido ante el PSV determinará cuál es la trayectoria europea de la Real este mismo curso.