A lo largo de su trayectoria, el neurólogo Gurutz Linazasoro ha sido reconocido con distintos galardones profesionales, entre ellos el prestigioso Premio Joxe Mari Korta. Sin embargo, la medalla al mérito ciudadano que recogerá este jueves será especial. “He recibido varios premios profesionales, pero este me llega más al corazón”, cuenta este zumarragarra que ha desarrollado toda su profesión e investigación en torno al Párkinson en Donostia.

 “Soy médico, no científico, y creo que eso lo ha tenido en cuenta la gente. Hablo de temas de salud que les interesan mucho y cada día me dirigió a pacientes a los que les tengo que comunicar síntomas que son complejos”, apunta Linazasoro, agradecido por el cariño que ha recibido por parte de la sociedad donostiarra en reconocimiento a su labor. 

Nacido en Zumarraga y residente en Oiartzun, su dilatada trayectoria ha estado ligada a la capital guipuzcoana. “Es verdad que no soy de Donostia, pero toda mi vida está ligada a ella”, señala el que es director del Centro de Investigación Párkinson de Policlínica, además de socio fundador y presidente de Vivebiotech y reciente fundador del proyecto La casa del cerebro, un espacio abierto al público en el que ha depositado su librería particular. “La ciencia me ha servido mucho para conocer a las sociedades. Querer descubrir algo te obliga a leer, por lo que la curiosidad sigue siendo algo fundamental para entendernos”, indica.

Esta curiosidad por querer aprender es la que le ha permitido ir dando pasos en una profesión que parece haber conectado con los ciudadanos. “Un físico nuclear quizás lo tenga más complicado. Yo he intentado siempre comunicarme, porque un estudio que no se comparte se pierde”, expresa Linazasoro, autor de más de 150 artículos en revistas científicas de importante repercusión estatal e internacional.

Esta labor le valió en 2021 el Premio Korta, un galardón “que le llegó mucho” por todo lo que conllevaba. Dos años después, es el turno de la medalla al mérito ciudadano de Donostia. “La palabra para describirlo todo es emocionante”, apunta, al tiempo que asegura que vivirá la entrega del reconocimiento “con mucha emoción, ilusión y gratitud” junto a su familia. “Después de dos años de pandemia, hay ganas de celebrarlo bien. El jueves pienso dejarme llevar y vivir el día”, prevé. El viernes, en cambio, será turno de estar más tranquilo. “El día 20 no suelo salir. Ahí sí se nota que no soy de Donostia”, bromea. No importa, su labor por la investigación y su atención a donostiarras y guipuzcoanos durante tantos años justifican más que de sobra el reconocimiento.