El Bidasoa, Elgorriaga Bidasoa cuando debutó en Europa, Bidasoa Irun durante años y hoy Irudek Bidasoa Irun, tiene cinco precedentes en los que se puede inspirar para este martes. En su larga historia europea, ha remontado cinco eliminatorias que comenzaron cuesta arriba a domicilio. Como la que afronta en Artaleku ante MT Melsungen, equipo alemán que derrotó a los de Álex Mozas por un gol la semana pasada en Kassel. Ganar por dos o más goles ante el monstruo teutón tiene premio: la Fase Final de Hamburgo.
Para llegar a esa Fase Final el equipo guipuzcoano deberá hacer, como dijo Mozas en el Rothenbach Halle, un partido aún mejor que el que ilusionó a su hinchada la semana pasada. Los iruneses continúan su trabajo toda vez que el partido de Liga correspondiente a este fin de semana y que le hubiera llevado hasta Benidorm se adelantó a hace diez días. Con las entradas agotadas desde hace días, el equipo prepara el duelo del martes.
El Melsungen, por su parte, visitó al Erlangen, el penúltimo de la clasificación al que derrotó sin apuros 25-31 en el regreso de uno de los laterales derechos, el danés Nikolaj Enderleit. Se espera que el otro, el gigantón Dainis Krištopāns, se incorpore para viajar a Irun.
Cinco remontadas en 33 eliminatorias
El equipo guipuzcoano debutó en Europa en la máxima competición continental en la temporada 1987/1988, tras ganar la Liga el año anterior. Toda la trayectoria hasta las semifinales fue miel sobre hojuelas (Gagny, Sporting Neerpelt y Wybrzeze Gdansk) hasta el 22-7 que encajó ante el Tusem Essen.
Una derrota inopinada, un ridículo que escoció durante años y que ayudó al club a mejorar. Por de pronto, fue el principal acicate para derrotar en la vuelta (19-12) a aquel poderoso equipo alemán en el que entre otros jugaba Alfred Gislason, y estrenar una racha de nueve triunfos consecutivos ante poderosos equipos teutones.
A lo largo de su historia, el Bidasoa ha jugado 47 eliminatorias europeas, de las que ha superado 33. De esas, 16 tenían la vuelta en casa y un tercio, cinco, exigieron remontar en Irun.
Cuatro goles ante Stavanger (Recopa, 1988/1989)
Hubo que esperar hasta el año siguiente para que el equipo de Juantxo Villarreal se viera ante un escenario para intentar la remontada. Accedió a la Recopa en octavos, donde ventiló al Hakka Emmen neerlandés, pero ya en cuartos, ante Viking Stavanger, le tocó sufrir.
En la ida en Noruega el equipo bidasotarra perdió 24-20 (10-11 al descanso), lo que dejó la empresa como una “muy difícil papeleta” para la vuelta, como la calificó el corresponsal de El Mundo Deportivo, el célebre Iñaki de Mujika.
Según explicó, “más que sorprender el buen juego de los nórdicos, lo que realmente sucedió fue que el Elgorriaga tuvo un mal día y que no brilló a demasiada altura. Vatne, el lateral derecho, fue uno de los másbrillantés entre los nórdicos. Miguel Ángel Zúñiga, Ivan Sopalovic y Pedro Salcedo resultaron los mejores por el Elgorriaga”.
Aplazado el partido ante Caixa Valencia, Villarreal pudo preparar la remontada durante la semana, algo que culminaría al final de la segunda parte, ya que al descanso se llegó 12-11 y al final, 27-21, que es lo que valió.
Un gol al Girondins (Recopa, 1990/1991)
La derrota ante un histórico francés como el Girondins de Burdeos fue por la mínima (21-20) pudo ser mucho peor, ya que al descanso caía 12-8. Una mejoría en la segunda parte les permitió a los de Villarreal, con Bogdan Wenta en modo estrella (7 goles, 1 desde los siete metros), achicar agua con la vista puesta en el partido de Artaleku.
Un 6-1 de saque le permitió al equipo guipuzcoano dirigir la vuelta con solvencia y sin apuros, a un equipo que demostró ser inferior a Elgorriaga Bidasoa. El 25-19 final (13-6 al descanso) se tradujo en el pase a cuartos de final, con 6 goles de Gislason, 5 de Wenta y 4 de Fernando Bolea. El Bidasoa, sin saberlo, había puesto rumbo al robo de Augsburgo.
Tres goles contra Magdeburgo (Recopa, 1996/1997)
La Recopa y las remontadas parece que van de la mano en la historia del Bidasoa. La tercera de ellas también se produjo en la misma competición, en la que participaban los campeones de las copas. Aquel año, fue el adiós de Elgorriaga como patrocinador y de Juantxo Villarreal como entrenador 22 años después.
Esa semifinal tenía un toque especial para algunos integrantes del club: los que conocían que a la vuelta de un partido en Ciudad Real, el penúltimo de la primera vuelta, Villarreal había trasladado a Beñardo García su decisión de terminar la etapa como entrenador del Bidasoa.
Era un añadido más para intentar la heroica ante el poderoso equipo alemán, que derrotó al Bidasoa en el histórico pabellón Hermann-Gieseler-Halle, y cerrar esa era con la tercera final europea consecutiva tras ganar la Copa de Europa de 1995 y ser subcampeones de la de 1996 contra el FC Barcelona. En diciembre de 1997 llegaría la cuarta, con la Supercopa de Europa.
Muchos bidasotarras guardan el partido de ida en sus retinas. Incluso más que la vuelta, ya que en tierras alemanas Nenad Perunicic firmó 13 de los 23 goles dorados. Ni el marcaje individual que ordenó Lothar Doering pudo con el lateral balcánico, principal culpable de que la eliminatoria llegara viva a Artaleku.
En Irun, pese al arranque alemán, más poderoso que el local, los guipuzcoanos igualaron la eliminatoria para el descanso (13-10) y durante una segunda sufrida parte, se terminó llevando el pase a la final (23-18) contra Veszprém. Ese título cerró la Década Gloriosa.
Desde Rusia sin amor, pero con un carro de goles… (Copa EHF, 2000/2001)
Las dos últimas son las más épicas. Ambas fueron en la misma temporada, la 2000/2001 con Julián Ruiz en el banquillo bidasotarra. La primera fue tras una derrota sonrojante a orillas del Mar Caspio, cuando el equipo guipuzcoano fue zarandeado por el Dinamo de Astrakhan de Pavel Bashkin (que recalaría en Logroño) con un 30-22 que ponía muy difíciles las cosas.
Aquel equipo, que ese verano había perdido a Julio Fis rumbo a Ciudad Real y había incorporado a Mladen Bojinovic para escoltar a los Patrick Cazal, Christophe Kempe, Aitor Etxaburu, Juan Domínguez, Nacho Vico y en portería, Javier Barreto y Gurutz Aginagalde, tragó hiel y cuajó una actuación que aún se recuerda en Artaleku (28-19).
Si el Real Madrid invoca el Espíritu de Juanito para sus grandes noches del Bernabéu, aquel diciembre del año 2000 nació el Espíritu de Astrakán para el Bidasoa. Como acuñó Julián Ruiz, sus jugadores habían tenido “el corazón caliente y la cabeza fría”.
La última remontada europea, desde Szeged (Copa EHF, 2000/2001)
El camino a las semifinales de la segunda competición continental en el año 2001 llevó al Bidasoa a Hungría. Allí se enfrentó a un Pick Szeged que, a la sombra del Veszprém, empezaba a andar un camino que le llevaría a ganar la Copa EHF en 2014.
Dirigido por el histórico entrenador Dragan Djukics, aquel Pick Szeged contaba con jugadores como Zsolt Perger en portería y otros como el exAsobal Róbert Fekete, Daniel Buday (Veszprém, Rhein Neckar-Löwen, Kadetten...), Nikola Eklemovic (ex Veszprem o Wisla Plock) y el que sería balonmanista bidasotarra Akos Doros, que en la ida firmó 6 goles.
Ese encuentro se jugó en Hungría, donde el equipo de Ruiz se propuso sobrevivir. Más después de que al filo del minuto 20 Aitor Etxaburu viera una roja. El 15-11 del descanso no hacía presumir nada bueno, pero para el minuto 55 la distancia era de un solo gol, que es lo que logró con el 28-27 final.
Las bases para la remontada estaban puestas, lo que el equipo lograría gracias a un Artaleku que lo llevó en volandas al 26-23, aunque los 60 minutos fueron largos. En el minuto 10, los magiares vencían 4-6, a lo que el equipo irundarra respondió con un 6-0 de parcial en los seis minutos siguientes. El mismo resultado que en el descanso de la ida (15-11) alertaba al Bidasoa de que no podía cometer los errores de Pick Szeged en Hungría si quería estar en semifinales.
Y casi se le escapa: el 20-14 del minuto 42 se tornó en 21-19 del minuto 49. Así habría tensión hasta el final.
25 años después
La vivida contra Pick Szeged es la última eliminatoria que ha superado el Bidasoa tras perder a domicilio en la ida. En total ha disputado 47 rondas, de las que ha superado 33, la última, la épica contra el poderoso Kolstad. Seis las disputó íntegras en Artaleku, 10 las pasó jugando primero en Irun y otras 17, con la vuelta en casa, incluida la particular eliminatoria ante PAUC. A todas ellas este martes quiere sumar contra MT Melsungen una más. Y visto el premio, no es una remontada cualquiera.