El fiscal ha mantenido en el juicio su petición de nueve años de prisión para el eximán de la mezquita de Herrera en Donostia Mohamed Ch. por adoctrinar en el yihadismo a un hijo suyo menor de edad y a jóvenes marginales a través de un centro islámico de la capital donostiarra, donde fue detenido en 2020.

La Audiencia Nacional ha dejado este miércoles visto para sentencia el juicio al marroquí Mohamed Ch., para quien la Fiscalía y la acusación ejercida por la Asociación Víctima del Terrorismo (AVT) han solicitado dicha pena como autor de un delito de adoctrinamiento terrorista en concurso con financiación del terrorismo.

En su turno de última palabra Mohamed Ch. ha reiterado su inocencia: "No tengo nada que ver con el terrorismo, soy pacífico y creo en la democracia, en la justicia, el diálogo y en la libertad de expresión y les pido por favor que me dejen en libertad por mis tres hijos, porque no he cometido ningún delito de sangre ni de violencia ni he robado".

Para el caso de que el tribunal no aprecie dicho delito tanto el fiscal Pedro Rubira como la abogada de la AVT, Carmen Ladrón de Guevara, han planteado de forma alternativa que sea condenado a tres años y seis meses de cárcel por un delito de adoctrinamiento pasivo por los contenidos yihadistas encontrados en su ordenador y en su teléfono móvil así como en sus cuentas de Facebook.

Por otra parte ambos han rebajado de cinco años de prisión a uno su petición de pena para Annas E. al estimar que solo cometió un delito de adoctrinamiento pasivo por los contenidos yihadistas que se le encontraron en sus dispositivos electrónicos y en su cuenta de Facebook.

El fiscal y la letrada de la AVT han estimado que existen pruebas para condenar a ambos y que en el juicio se ha acreditado que tras su paso por la mezquita de Herrera Mohamed Ch. fundó en 2018 la asociación cultural islámica Assafwa, que contaba con un centro en Donostia, que habría utilizado para sus labores de captación y adoctrinamiento de jóvenes.

El representante de la Fiscalía ha mantenido que Mohamed Ch. tenía "un papel directivo de liderazgo" del que se valía para reclutar a jóvenes en situación de exclusión social a través de la asociación Kolore Guztiak, dedicada a la integración, sobre todo de inmigrantes, y que disponía de varios pisos en convenio con la Diputación de Gipuzkoa para aquellos que se encontraban en proceso de emancipación.

Además, que en el momento de su detención estaba realizando actos de captación de tres jóvenes marroquíes en situación de exclusión social y beneficiarios de ayudas sociales proporcionadas por el Gobierno Vasco.

El fiscal y la abogada de la AVT se han referido también a la labor de adoctrinamiento de Mohamed Ch. en redes sociales como Facebook con contenidos llamando a cometer actos terroristas y a financiar a la yihad y a favor de organizaciones como Dáesh, Al Qaeda y las Brigadas de Izzedin Al Qassam.

Han relatado que viajó a Francia para recaudar dinero en diversas mezquitas y que llegó a tener más de cien mil euros en metálico cuyo rastro se perdió aunque ha quedado acreditado que su voluntad era financiar organizaciones terroristas entre ellas las citadas brigadas, relacionadas con los Hermanos Musulmanes de los que era seguidor.

Los abogados defensores de los acusados han pedido la absolución de ambos ya que consideran que en la vista no se ha probado que cometieran dichos delitos.

La letrada de Mohamed Ch. ha precisado que al centro de Assafwa acudían personas a las que su representado ayudaba porque no tenían recursos pero no para captarles para actividades yihadistas y que el dinero que recaudó era para financiar esta asociación islámica que presidía.