NOTICIAS DE GIPUZKOA realizó en 2011 una investigación que puso de relieve la falta de control con la que se gestionaban unos fondos que, en teoría, deberían haber servido para contribuir al desarrollo agropecuario y social del municipio nicaragüense de Somoto, situado a 216 kilómetros de Managua, en el extremo norte del país.

En este reportaje analizamos las personas, entidades y momentos claves de todo el proceso, desde finales de los 90 hasta la actualidad, cuando tras años negando las acusaciones, la socialista Ana Urchueguía ha reconocido los delitos de malversación y prevaricación por la gestión de los fondos de cooperación en un acuerdo judicial que le permitirá evitar tanto la cárcel como la celebración del juicio.

Cambio de siglo: del hermanamiento a la cooperación

La historia que une Lasarte-Oria con Somoto comenzó el 19 de mayo de 1997, cuando el Pleno municipal del municipio de Buruntzaldea, en una sesión extraordinaria, acordó formalizar el “hermanamiento” con Somoto y, por consiguiente, ambas localidades se comprometieron “a colaborar y cooperar entre sí a fin de lograr que sus respectivas ciudadanías obtuvieran un estado de bienestar social”. La firma del documento se hizo efectiva el 14 de junio de ese mismo año.

Para entonces, Ana Urchueguía llevaba diez años como alcaldesa del municipio, que había sido creado en 1986 y que, durante su primer año hasta la celebración de las elecciones, contó con una comisión gestora que también presidió la socialista.

Conocía el Ayuntamiento y tenía un gran apoyo entre la ciudadanía. De hecho, Urchueguía nunca perdió ninguna de las elecciones municipales a las que se presentó hasta su dimisión en 2010, una retirada de la esfera municipal provocada por la sombra de la corrupción que se cernía sobre ella.

El comienzo: OHLOS, CDC y Asodecom

La Oficina de Hermanamiento de Lasarte-Oria (OHLOS), la Comisión de Desarrollo Comunitario, Ayuda al Campo (CDC) y Asodecom fueron las tres entidades principales destinatarias de las ayudas de cooperación de Lasarte-Oria como contrapartes en Nicaragua. Fue el desastre del huracán Mitch en 1998, que dejó 4.000 muertos en el país centroamericano, el que desató una ola de solidaridad mundial que en Lasarte-Oria dio pie a una partida de dinero destinada a la cooperación que se iría repitiendo y aumentando año tras año.

Para gestionar los proyectos que supuestamente se iban a financiar con el dinero enviado desde Gipuzkoa se creó OHLOS en 1998.

Esta entidad es una de las claves del oscurantismo con el que se gestionaron durante años los fondos de cooperación, ya que desde su nacimiento y durante diez años (hasta el 16 de abril de 2008) no tuvo entidad jurídica y, por lo tanto, no existía. A pesar de ello, entre 1997 y 2008 ingresó más de un millón y medio de euros de los lasarteoriotarras en cuentas gestionadas por personas particulares, entre ellos quien sería el administrador de los terrenos que Ana Urchueguía llegó a adquirir en Nicaragua.

La segunda entidad en cuestión es CDC, desaparecida en 2001 tras recibir 75.591,43 euros. La CDC estuvo desde sus inicios adscrita a la propia Alcaldía de Somoto, pero en el año 2000 hubo dos acontecimientos que marcarían el devenir del caso Somoto.

Por un lado, Marcio Rivas, hasta entonces concejal por el Frente Sandinista en Somoto y quien mantenía una relación sentimental con Ana Urchueguía, perdió las primarias de su partido frente a Douglas Prado, quien se convirtió, posteriormente, en alcalde del municipio.

Tras verse fuera del Ayuntamiento y perder el control de los fondos de cooperación que hasta entonces había mantenido como presidente de la comisión, Rivas envió una carta a Urchueguía para proponerle crear Asodecom, como sucesora de la CDC, y con el objetivo de evitar injerencias municipales, por lo que le solicitó que la entidad fuera independiente de un Ayuntamiento que había quedado en manos de su rival.

Ese mismo año, Urchueguía dio un paso más allá para asumir el control de las ayudas y, mediante decreto, se aseguró que la relación con las contrapartes nicaragüenses recayera exclusivamente en la Alcaldía de Lasarte-Oria. Es decir, ella era la única persona a la que rendir cuentas.

El 22 de diciembre de 2000 se creó Asodecom bajo el auspicio de Lasarte-Oria y con Marcio Rivas como presidente. Poco después, desapareció formalmente la CDC y Asodecom asumió, gracias a un resquicio legal que el propio Rivas hizo saber a Urchueguía mediante una carta, el control de todos los bienes de la CDC.

Entre 2000 y 2007: años de calma hasta que se desata la tormenta

Entre 2000 y 2007 la vida siguió más o menos placentera a ambos lados del océano. El 18 de noviembre de 2002, la socialista adquirió una casa en la comarca de Aguas Calientes, en el Departamento de Madriz, cuya cabecera es el municipio de Somoto. Al año siguiente, en las elecciones municipales de 2003, revalidó su liderazgo en Lasarte-Oria con el 53,91% de los votos. Su triunfo fue incontestable, aunque todavía, salvo algún informe municipal, nadie ponía en duda lo que se estaba haciendo en la gestión de la cooperación.

En Nicaragua, por su parte, Marcio Rivas también prosperaba. Al menos esos primeros años, porque las sospechas de corrupción le llegaron en 2004, año electoral, desde su propio partido. Hasta el punto de que un rifirrafe con el vicealcalde de Somoto, Mauricio Canija, llevó a Rivas a amenazar al también fundador de Asodecom de la peor manera posible. “Un par de balazos es lo que le voy a pegar” fue lo que le dijo la pareja de Urchueguía a Canija.

Octavillas acusándole de corrupción no impidieron que, en noviembre de 2004, en unas elecciones municipales a las que Urchueguía acudió junto con otros dos miembros de su equipo de gobierno, Lourdes Acevedo e Iñaki Mujika, como observadora internacional, Rivas se convirtiera en alcalde de Somoto.

Su programa electoral no tenía parangón. Prometió el dinero de la cooperación que enviaba, no sólo Lasarte-Oria, sino también otros municipios vascos; y además se vendió como un gestor municipal que les salía gratis a los somoteños porque ya cobraba un sueldo como presidente de Asodecom, entidad que asumió la gestión de 482.162,97 euros enviados desde Lasarte-Oria entre 1997 y 2008.

2007: “Roma no paga a traidores”

Con esta frase respondió Urchueguía a las primeras acusaciones públicas de corrupción que se hacían contra ella en medios de comunicación del Estado: primero en noviembre de 2006 de la mano del periódico Diagonal y, posteriormente, en abril de 2007, con un reportaje de la revista Época.

Su imagen comenzó a deteriorarse, pero no lo suficiente como para perder en las elecciones de mayo de 2008, cuando logró un nuevo triunfo, pero esta vez sin mayoría absoluta, al obtener el 39,85% de los votos.

Seguía teniendo el apoyo social, y tres meses después de los comicios Urchueguía realizó una maniobra que unos años después la pondría en el disparadero de la opinión pública.

En agosto de 2007 la entonces alcaldesa de Lasarte-Oria compró una finca de un millón de metros cuadrados en el municipio de Las Sabanas, a 24 kilómetros de Somoto. El terreno pertenecía desde 2004 a la propia Asodecom. Es decir, adquirió una de las mayores fincas de Nicaragua que había sido comprada, a su vez, por la ONG con el dinero que recibía de cooperación y cuya fundación había sido propiciada por la propia Urchueguía.

Pero de esta finca nada se supo hasta que su existencia fue destapada por la rigurosa investigación que realizó NOTICIAS DE GIPUZKOA en 2011.

A pesar de que en Gipuzkoa se desconocían las propiedades que fue adquiriendo Urchueguía a lo largo de los años en Somoto y alrededores –hasta seis según reconoció posteriormente–, las acusaciones de corrupción desembocaron en una moción presentada por la oposición en diciembre de 2007 en la que se pedía la dimisión de Urchueguía y la creación de una comisión de investigación. Los votos del PSE, EB y PP impidieron que prosperase la solicitud.

2009-2010: comisión y destierro

En noviembre de 2009 el interventor municipal de Lasarte-Oria notificó en un informe la existencia de “irregularidades” en las ayudas, principalmente por la falta de entidad jurídica de OHLOS, lo que hacía imposible que se fiscalizaran las subvenciones como se exige por ley. Esto fue la puntilla para resquebrajar la confianza que hasta entonces los años en el Gobierno le habían otorgado a la socialista para eludir las acusaciones.

El 15 de diciembre de 2009 el Pleno de Lasarte-Oria dio luz verde a la creación de una comisión especial para investigar las ayudas a la cooperación. Tras varios retrasos, la comisión vio la luz el 28 de enero de 2010. Este fue el detonante para el destierro americano de la alcaldesa, que el 23 de febrero de 2010 anunció que dejaba la Alcaldía tras más de 20 años y se iba como delegada de Euskadi a Chile y Perú, con el apoyo del entonces lehendakari, Patxi López.

En octubre de ese año Ana Urchueguía compareció en la comisión de investigación creada en Lasarte-Oria, donde negó cualquier irregularidad en las seis horas en las que permaneció respondiendo a las preguntas.

2011: investigación y pruebas

El caso se enfrió. Pero en 2011 NOTICIA DE GIPUZKOA publicó las conclusiones de una investigación que reveló más detalles sobre las irregularidades, así como otros aspectos menos conocidos. Entre otras cuestiones, las posesiones adquiridas por la socialista en Nicaragua, que eran administradas, además, por Aquiles García, quien a su vez controlaba una de las cuentas corrientes de OHLOS.

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El 'caso Somoto', a través de las portadas de NOTICIAS DE GIPUZKOA N.G.

Se constató también, mediante escrituras obtenidas en el registro de la propiedad Inmueble del Departamento de Madrid, que Asodecom contaba al menos con doce propiedades inmuebles. ¿Qué pretendía la ONG acaparando bienes inmuebles con dinero destinado a la cooperación?

Este medio de comunicación dio a conocer también los datos de los 35 informes demoledores del interventor municipal, donde quedó demostrado que el 40% del dinero enviado no se destinó realmente al proyecto concreto para el que se solicitó, por lo que se debería haber devuelto, algo que nunca ocurrió.

O los informes de las auditorías en las que se detectaron facturas y recibos sin sellar y que, por lo tanto, pudieron se utilizados más de una vez.

La investigación se completó con el apoyo del entonces periodista de Onda Vasca Xabier Lapitz, quien viajó hasta Somoto para poner voz e imágenes a la investigación. Logró localizar la inmensa finca que Urchueguía compró a la ONG y que la entonces alcaldesa, en una entrevista a este periódico, negó poseer. Otro de los objetivos del viaje fue el de tratar de comprobar in situ los proyectos ejecutados con las ayudas. En su mayoría grandes obras públicas, como un ayuntamiento de estilo neocolonial, una casa de cultura con el nombre de la exalcaldesa, piscinas… Otro de los proyectos de cooperación subvencionado desde Lasarte, Lácteos Froilán, resultó ser un “fraude”, según explicó el ex vicealcalde de Somoto y fundador de Asodecom al propio Lapitz. “Un lavadero de queso. Traen el queso ya hecho, le ponen el sello porque tienen certificado de exportación y lo venden fuera”, explicó, cuando el objetivo primario era el de empoderar a los ganaderos somoteños al producir lácteos con la leche obtenida en Somoto.

Todas las pruebas publicadas por este periódico no impidieron al entonces lehendakari y hoy portavoz en el Congreso de los diputados del PSOE, Patxi López, defender en el Parlamento Vasco a Urchueguía acusando al Grupo Noticias de “comprar con dinero” falsos testimonios y de “mentir”. El 5 de abril de 2009 Ana Urchueguía compareció en el Parlamento Vasco, donde no aclaró ninguna de las acusaciones que se le hacían. Se limitó a admitir que fue un error comprar la finca a la ONG que tutelaba y soltó un golpe de efecto que fue el archivo de una denuncia contra ella que había presentado el concejal de EB y en cuya fase de instrucción sólo participó la propia Urchueguía, sin que se tuvieran en cuenta los informes, auditorías y otras pruebas en las que se constataban las irregularidades.

A partir de 2011: cambio de gobierno, vía judicial y condena

Hubo que esperar hasta las elecciones de 2011, con Bildu al frente del Gobierno municipal, para que fuera el Ayuntamiento de Lasarte-Oria, desde donde antaño se había gestado todo el proceso de malversación de fondos, el que diera comienzo a una vía judicial con vaivenes, retrasos, olvidos e incluso carpetazos. Porque el PSE volvió a gobernar cuatro años después Lasarte-Oria y Ana Urchueguía también volvió a negar, ya en sede judicial en 2015, cualquier relación con los delitos de los que se la acusaba. Resultó un coctel difícil de gestionar y, durante años, pareció que la acusación no iba a prosperar. Pero la voluntad de los distintos representantes municipales de la oposición que han reclamado durante años saber la verdad de lo ocurrido con el caso Somoto derivó, finalmente, en el punto final de una fase de instrucción eterna y el anuncio de la apertura del juicio oral que Ana Urchueguía ha tratado de evitar ahora admitiendo los delitos que durante años negó sin ningún tipo de dudas ante los representantes municipales del Ayuntamiento de Lasarte-Oria, ante el Parlamento Vasco, ante el juez cuando compareció durante la fase de instrucción en 2015 y, en definitiva, ante los vecinos y votantes de Lasarte-Oria que confiaron en su entonces alcaldesa.