“Se cierra un ciclo”. Fue uno de los mensajes que me escribió una amiga periodista el lunes por la noche tras saberse que la exalcaldesa de Lasarte-Oria admitía los delitos de prevaricación y malversación de fondos con las ayudas a la cooperación del municipio. Sí, se cierra pero ha sido un proceso demasiado largo desde que en 2011 este periódico apostó por liberar a unos periodistas para dedicarse exclusivamente a investigar qué estaba pasando en Lasarte-Oria con ese dinero. Fueron semanas de largas jornadas enterrados entre papeles, de frustrantes trámites para lograr los documentos oficiales en Nicaragua, de entrevistas interminables con personas valientes que sólo querían que se supiera la verdad... Ya antes de que desembarcáramos en este tema y posteriormente, hubo muchas otras que no se rindieron y siguieron luchando, pese a las manos negras que intervinieron para que la denuncia pública no terminara en el juzgado. A todas ellas les doy las gracias por haber permitido con su trabajo confirmar que el esfuerzo realizado valió la pena, que ni mentíamos ni manipulábamos, como nos acusó sin reparo el entonces lehendakari, Patxi López. Nuestro objetivo no era otro que esclarecer la verdad sobre este caso de corrupción haciendo periodismo. Al final, el tiempo ha puesto a cada uno en su sitio.
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