Un total de quince familias empleadoras de Gipuzkoa han participado en un espacio de reflexión abierto con trabajadoras del hogar del territorio con el fin de identificar las necesidades de ambas partes, cuyas propuestas ya están siendo trasladadas a las instituciones para mejorar las condiciones laborales del sector, y por extensión la calidad de los cuidados.

Esta iniciativa de SOS Racismo Gipuzkoa tiene su reflejo visual desde este viernes en la plaza de Xabier Olaskoaga de Errenteria, a la entrada del Centro Comercial Niessen, donde una exposición con seis grandes fotografías interpela a la ciudadanía para que reflexione sobre cuestiones relacionadas con el futuro de los cuidados, ni mucho menos despejadas.

¿Quién cuida a quién? ¿Qué valor tiene? ¿Quién lo hará dentro de quince o veinte años? ¿Quién velará por las mujeres que migraron y dedicaron décadas de su vida a cuidar cuando ellas mismas sean destinatarias de esas mismas atenciones? Son algunas de las cuestiones que plantea el proceso de reflexión abierto durante los últimos ocho meses en el seno de la red de trabajadoras del hogar y empleadores aliados que se ha conformado.

Generar espacios de encuentro

“El primer paso ha sido propiciar ese encuentro, generar el espacio para plantear el futuro de esos cuidados”, señala a este periódico Jone Urionaguena, técnica de Educación para la Transformación Social de SOS Racismo Gipuzkoa. Esta entidad trabaja desde hace más de una década en la denuncia de la discriminación que sufren las mujeres migradas empleadas “en el precarizado sector doméstico”, y ofrece a su vez asesoría laboral gratuita.

Tras años de lucha, el Congreso de los Diputados aprobó el mes pasado la convalidación del Real Decreto por el que se reconoce el derecho a cobrar el paro a las empleadas de hogar, con lo que se les garantiza la misma protección social que tienen el resto de trabajadores.

Todos los grupos parlamentarios votaron a favor de la medida, con la sola excepción de Vox, que se ha abstuvo. Tras la convalidación de este decreto, desde el 1 de octubre queda prohibido que las empleadas de hogar sean despedidas con una indemnización de solo 12 días por año. A partir de ahora, accederán a una indemnización de 33 días por año, si la extinción del contrato se reconoce como improcedente.

Además, se elimina la figura del desistimiento, que permitía el despido sin causa, "y, por tanto, sin las garantías del despido para tales situaciones al permitir prescindir de las trabajadoras del hogar sin justificar causa", tal como puntualiza el Ministerio de Trabajo. En suma: los empleadores deberán acreditar las razones para prescindir de un contrato.

Incidencia política

Desde SOS Racismo Gipuzkoa entienden que sigue habiendo motivos para hacer “incidencia política”, y en ese sentido, la red de trabajadoras del hogar y empleadores aliados lo tiene claro: “Un trabajo digno para un cuidado digno”, en palabras de Tatiana Bellorin, durante años empleada del hogar y actualmente asesora laboral del sector en la entidad social.

Mediante esta iniciativa la red quiere evitar que los cuidados no caigan progresivamente “en manos de empresas privadas, que no ofrecen la información suficiente y solo buscar hacer negocio”. SOS Racismo propone crear en un futuro “ventanilla única de información”, y a su vez desarrollar de la mano de la UPV/EHU “un seño de calidad” en el sector que sirva como referencia para las agencias locales.

El próximo viernes, 4 de noviembre, la red presentará en el Centro Cultural Niessen de Errenteria las principales propuestas del proceso de reflexión abierto que quiere explorar las posibilidades de alianza entre trabajadoras del hogar y personas empleadoras. La jornada contará con la intervención de profesionales de la materia.