La Policía Nacional ha detenido este lunes en la Comunidad de Madrid a siete aficionados ultras relacionados con los incidentes violentos que en mayo de 2023 se registraron antes del partido de fútbol Numancia-Cornellà, disputado en Soria, y en el que fue agredido un aficionado donostiarra, Ion Aranburu, que estuvo ingresado en la UCI a consecuencia de los golpes que sufrió.

Fuentes de la investigación indican a Efe que las detenciones se practicaron a primera hora de ayer en distintos puntos de la región madrileña, en una operación impulsada por la investigación que siguen agentes de la Comisaría General de Información de la Policía Nacional desde que se produjeron los hechos.

Ya se realizaron 20 detenciones

De esta manera, estos siete arrestos se suman a las 20 detenciones que en noviembre de 2023 se realizaron en la localidad madrileña de Leganés (nueve), Soria (siete), Zaragoza (tres) y Logroño (una) bajo la dirección de la titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Soria, además de la colaboración de la Oficina Nacional del Deporte (OND).

Entre los delitos que se les imputan a todos figuran los de desórdenes públicos, lesiones, daños, odio y pertenencia a grupo criminal.

Un ataque planificado

Los altercados violentos se remontan al 27 de mayo de 2023 cuando unos 60 integrantes de grupos ultras que celebraban en una capea el aniversario de uno de ellos decidieron desplazarse a las inmediaciones del estadio Los Pajaritos, donde se disputaba el partido de Primera RFEF entre el Numancia y el Cornellà.

Ya en el exterior del estadio, estos grupos se dirigieron al lugar donde se encontraban miembros de un grupo antagónico, según las fuentes que presenciaron los hechos, atacándole, alterando la paz pública y exponiendo a una situación de peligro a las personas mayores y menores de edad allí presentes.

Aficionado de la Real

Como consecuencia de esos incidentes violentos, un aficionado procedente de Donostia, de 44 años, Ion Aranburu, sufrió heridas graves que le llevaron a ingresar en la UCI del Hospital de Burgos (estuvo incluso en coma), según informó este periódico entonces. El hincha guipuzcoano, seguidor de la Real Sociedad, acompañaba en Soria a un amigo, aficionado del conjunto visitante, el Cornellà.

La investigación policial emprendida en aquel momento reveló la planificación de este ataque, en la que participaron grupos ultras tanto de los equipos de fútbol que se enfrentaban ese día como de otros clubes y que manifiestan un gran odio entre ellos por sus enemistades deportivas e ideológicas.

Estos grupos violentos son conocedores del desplazamiento del grupo o afición de ideología contraria, por lo que intentan aglutinar presencia física numerosa para consumar ataques con más contundencia, incluso valiéndose de objetos y medios peligrosos para ocasionar mayor daño. .