La Real Sociedad ha protagonizado en este 2025 el peor año de su historia reciente. Sabíamos que íbamos a echar de menos a Imanol Alguacil y que con la perspectiva del tiempo nos daríamos cuenta de que la época que vivimos bajo su dirección técnica fue más brillante aún de lo que entonces parecía. Ahora llega un Pellegrino Matarazzo que es toda una incógnita, quizás una moneda al aire, una alternativa opuesta al proyecto que acaba de expirar (“necesitábamos una mirada también de fuera para completar aquello que no hacíamos bien el año pasado. Tenemos que construir un nuevo equipo”, expuso Jokin Aperribay en su presentación). Es el cuarto entrenador que toma las riendas de la Real este año, lo que evidencia la preocupante crisis deportiva en la que se encuentra sumida. Lo que está claro es que por estos lares lo conocerían Erik Bretos y pocos más... También es obvio que no se trataba de la primera opción del club para el banquillo, por mucho de que el lunes se empeñaran en afirmarlo sus cabezas visibles (“desde el primer momento tenemos claro que el nombre es Rino”), pero no nos queda más remedio que confiar en sus aptitudes para que pueda sacar al equipo txuri-urdin del pozo en el que se ha sumergido y escape cuanto antes del peligro del descenso, que, por desgracia, aquí ya sabemos lo que supone. No queda otra.
