La Liga y la Real Sociedad se hallan metidas de lleno en el parón invernal del campeonato, tras semanas convulsas en cuanto a la actualidad txuri-urdin. Junta de Accionistas, declaraciones del presidente, cese del entrenador, interinidad en el banquillo, nombramiento de un nuevo técnico, presentaciones... Ahora, pasada la tormenta, ha llegado ya la calma, en forma de incertidumbre respecto a lo que puede significar la nueva etapa con Pellegrino Matarazzo al frente del equipo. El futuro, en un juego tan complejo como el fútbol, nunca resulta predecible, menos aún figurando de por medio un técnico recién aterrizado desde Alemania. Pero al menos la hemeroteca aporta algo de tranquilidad en clave blanquiazul: los relevos en el banquillo que Aperribay ha activado con la temporada en marcha, cinco con el actual, siempre han mejorado los resultados del equipo en el corto plazo (y a veces también en el largo).

Moyes en 2014

Los primeros años del presidente en el cargo implicaron movimientos y cambios de entrenador. Pero estos (salidas de Lillo, Lasarte y Montanier) se produjeron en verano, entre campaña y campaña, otorgando tiempo al técnico entrante para tomar el pulso a la plantilla durante la pretemporada. Así, la primera destitución ejecutada por Aperribay en plena Liga no se produjo hasta casi seis años después de su acceso al Consejo de Administración. Sucedió en noviembre de 2014, cuando Jagoba Arrasate fue cesado y, tras una interinidad a cargo de Asier Santana e Imanol Alguacil, asumió los mandos del equipo David Moyes.

El escocés heredó una situación complicada que la mencionada dupla maquilló ganando al Atlético de Madrid en Anoeta (2-1) y sacando a la Real de la zona de descenso. Y, afortunadamente, el ex del Manchester United logró dar continuidad a esa línea de recuperación. Cogió a los txuri-urdin en la 15ª plaza con los mismos puntos que el 18º, y sumando luego 37 en 27 jornadas (1,37 por encuentro) logró vivir un final de campeonato tranquilo, sin agobios. El cuadro blanquiazul acabó la Liga 12º... Aunque lo que vendría en el siguiente curso supuso ya otro cantar.

David Moyes, junto a un joven Erik Bretos el día de su debut, en Riazor frente al Deportivo (noviembre de 2014).

David Moyes, junto a un joven Erik Bretos el día de su debut, en Riazor frente al Deportivo (noviembre de 2014). EFE

Eusebio en 2015

El posterior mal arranque con Moyes implicó precisamente el segundo cese activado por Aperribay durante una Liga. Afectó al propio técnico escocés, y supuso a su vez la llegada al club de Eusebio Sacristán, quien asumió el cargo durante el parón de noviembre (de 2015) con el equipo 16º y empatado a puntos con el 18º. Se trataba de una situación prácticamente idéntica a la de la campaña anterior y que el vallisoletano pudo revertir con mayor brillantez que su predecesor, sumando 39 puntos en 27 jornadas (1,44 por partido) y llevando a la Real a la 9ª plaza final.

La escuadra txuri-urdin pareció construir con él unas bases más sólidas que un año antes, adquiriendo una personalidad y un estilo propios que aportaron sus frutos en el largo plazo. En la segunda campaña de Sacristán al frente, el conjunto guipuzcoano se clasificó para la Europa League. Aunque luego el concurso en esta misma competición complicaría la tercera y última temporada del técnico de La Seca.

Cifras de los técnicos entrantes después de los cuatro ceses previos de Aperribay.

Imanol (I) en 2018

Se torció la cosa hasta el punto de que, en marzo de 2018 y con el equipo en tierra de nadie, ni sufriendo por salvarse ni mirando tampoco a Europa, Eusebio fue destituido (junto al director deportivo Loren) para que Imanol Alguacil concluyera la campaña con el cartel de interino. La reacción con el oriotarra al frente resultó fulgurante, ya que la Real comenzó empatando en Ipurua frente al Eibar y ganó después tres encuentros consecutivos.

Llegó a coquetear incluso con meterse en la pelea por los puestos continentales, pero la casi imposible remontada se vio frustrada por una inesperada derrota en el campo del ya descendido Málaga. El balance con Alguacil, antes de que este regresara al Sanse a final de Liga, resultó muy positivo: 16 puntos en 9 partidos (1,77 por encuentro), con 5 triunfos entre los que se incluyeron un recordado 3-0 al Atlético de Madrid y un 3-1 al Athletic en el caliente primer regreso a Anoeta de Iñigo Martínez.

Imanol, durante su debut en Ipurua, en abril de 2018. Ruben Plaza

Imanol (II) en 2018

La vuelta de Alguacil en el banquillo del primer equipo se comunicó durante aquel mismo 2018, el 26 de diciembre con el despido de Asier Garitano. El técnico oriotarra regresó al cargo, esta vez con un contrato de año y medio respaldándole, y reactivó de nuevo a un equipo que pasó de mirar por el retrovisor a rozar el acceso a la Europa League. En 21 jornadas, la Real firmó 9 victorias y 5 empates, sumando 31 puntos (1,47 por encuentro) y quedándose a un paso de la 7ª plaza, que implicaba premio continental.

EL 'EFECTO MATARRAZZO', DIFÍCIL DE PRONOSTICAR

Pellegrino Matarazzo inició sus únicas experiencias como primer preparador, en Stuttgart y Hoffenheim, durante las campañas 2019-20 y 2022-23 respectivamente, generando impactos bastante diferentes. El repaso a las cifras globales hasta final de campaña dice, para empezar, que los equipos del nuevo técnico realista no protagonizan grandes reacciones. Su Stuttgart subió a la Bundesliga tras ganar con Matarazzo sólo la mitad (8 de 16) de los encuentros que le restaban en la categoría de plata germana, sumando 27 puntos de 48 posibles (1,68 por encuentro). Le dio para pasar de la 3ª plaza (promoción) a la 2ª (ascenso directo), sin alardes, igual que el citado Hoffenheim 2022-23 se salvó de aquella manera con Rino a los mandos: en las 15 jornadas finales obtuvo únicamente 17 puntos, bagaje discreto pero suficiente para pasar de la 14ª a la 12ª plaza, aunque sin abrir mucha brecha respecto al agujero.

Así analizadas, ambas trayectorias, previas a dos muy buenas segundas temporadas con Matarazzo, parecen similares. Pero si miramos al cortísimo plazo, resultaron muy distintas entre sí. En Stuttgart, el equipo empezó sumando 13 puntos de 15, para luego iniciar una mala racha (4 partidos sin ganar) que hizo peligrar el ascenso. En Hoffenheim, mientras, Rino perdió sus 5 primeros encuentros de liga, antes de protagonizar luego una reacción clave para la salvación. 

El equipo txuri-urdin finalizó 9º, pero habría acabado dos puestos más arriba en caso de ganar el decisivo duelo con el que cerró la Liga en el campo del Espanyol. Ganaron los pericos 2-0 gracias a sendos goles anotados en la segunda mitad, marcando el primero de ellos justo después de que Willian José desperdiciara una clarísima ocasión. Aquella plantilla de los Oyarzabal, Zubeldia, Barrene y Merino sumaría en verano a Remiro, Monreal, Le Normand, Odegaard, Portu o Isak para empezar a hacer historia...