Perdió la Real Sociedad contra Osasuna. ¿Y? Si los resultados de la pretemporada nunca resultaron importantes, lo son aún menos en este fútbol moderno cuyas grandes figuras estiran las temporadas hasta mediados de julio. Además, cuando vuelvan las nuestras y tengan que competir apenas diez días después, tampoco podremos pedir peras al olmo. Esto es lo que hay, una especie de peaje a pagar por tanto éxito, por tantos internacionales, y también por una forma de trabajar que se traduce a menudo en lesiones o en molestias. Con once bajas y más de medio once de gala aún de vacaciones, no nos rasgaremos aquí las vestiduras por caer ante un rival que, este miércoles en Zubieta, tiró de toda su plantilla. A ellos ya no les queda nadie en Ibiza, y lo aprovecharon para llevarse de tierras guipuzcoanas una victoria ya clásica de todos los veranos. Que no se repita en Liga.

El partido, eso sí, fue competido, de verdad, y significó un buen ensayo para entrenar un contexto que la Real se va a encontrar en muchos duelos oficiales esta temporada. Osasuna opuso al habitual 4-3-3 txuri-urdin un 4-2-3-1 cuyo mediapunta, Moi Gómez, vigilaba muy de cera al pivote Urko, mientras Budimir quedaba a cargo de los dos centrales, Zubeldia y Jon Martín. El de Lasarte-Oria actuó en el perfil derecho, seguramente por su capacidad para lanzar unas diagonales que se convirtieron en discurso ofensivo de los de Imanol. Con Odriozola y Becker en la banda diestra como opción directa, el equipo blanquiazul buscó volcar el inicio de sus ataques en la izquierda: con Maguna pidiéndosela al propio Jon Martín, con Javi López doblando por dentro, con Brais cayendo a la zona para dar claridad a la salida...

Cuando los realistas hicieron daño, en cualquier caso, fue en el momento en que lograron conectar por dentro. Si Moi Gómez saltaba a algún central, Urko quedaba libre y sus compañeros lograron a encontrarle en más de una ocasión. A partir de ahí, el vitoriano acertó a firmar buenos envíos profundos a esa banda derecha caracterizada por la velocidad. Brais, incluso encimado por su par, también se las arregló para enredar en zona interior. Y un robo guipuzcoano en la sala de máquinas obligó igualmente a Osasuna a correr hacia atrás, en una acción con pase de la muerte de Becker y fallo a bocajarro de Sadiq. Solo se había jugado un cuarto de hora.

El paso de los minutos fue permitiendo a Osasuna, inferior hasta entonces, asentarse sobre el césped. Los rojillos pasaron a emplearse en defensa mediante una especie de 4-4-2 con Budimir y Moi arriba, muy centrados, tapando tanto a Urko como a los centrales. Ensayaron también la presión alta soltando al extremo izquierdo Arnaiz a por Jon Martín, sin aportar ahí Odriozola, libre, las soluciones requeridas. Y comenzaron también a estirarse gracias a la pupa que el propio Budimir, cayendo a los costados para buscar duelos aéreos con los laterales, consiguió hacer a la Real. Un cabezazo de Catena a la salida de un córner, ya al filo del descanso, sirvió de ejemplo sobre cómo el encuentro había ido mutando durante la primera parte.

Tras el intermedio

Cambió aún más la contienda tras el intermedio, nunca sabremos si por la inercia que ya había adquirido o por las ocho sustituciones ejecutadas por Imanol en el intermedio. El carrusel de relevos no sentó bien a la Real, que recibió el 0-1 en una rápida transición oasunista. Salieron los blanquiazules por izquierda a través de Jonathan Gómez. No salió bien la combinación entre Marín y Magunazelaia. Y los navarros aprovecharon la descompensada colocación en que el robo cogió al cuadro local. Budimir sirvió bien a Areso con Aritz fuera de sitio. Jon Martín no llegó a la cobertura. Y el centro del lateral forastero lo remató el propio Budimir entrando con fuerza en el área.

El 0-2 estuvo muy cerca durante los minutos posteriores, pero lo que llegó fue el 1-1 al pagar los rojillos esa actitud inicial de flotar a un zaguero en salida. Lo hicieron con Jon Martín, que condujo solo y aprovechó la escalonada situación de la retaguardia osasunista: sirvió en profundidad a Mikel Goti y este empató al batir a Herrera por el palo largo. El caso es que los de Vicente Moreno enseguida demostraron que sus defensas también saben hacer cosas con el balón. Una maniobra de Herrando, este presionado, les sirvió para burlar una presión alta blanquiazul, y para iniciar una ofensiva que acabó con balón centrado a Budimir, gran maniobra del croata tras fallo de Aritz en el salto y golazo definitivo.

Insistió luego la Real en busca de la igualada, conducida por un activo Mikel Goti, encabezada en ataque por un voluntarioso Carlos Fernández y cada vez más volcada al extremo derecho de un Take Kubo a quien todavía le falta. Sin embargo, el 2-2 tampoco estuvo excesivamente cerca, y el duelo se saldó con derrota txuri-urdin, mínima gracias a un paradón de Marrero a Raúl, ya sobre la bocina.

REAL SOCIEDAD Marrero; Odriozola (Traoré, m. 45), Zubeldia (Aritz, m. 45), Jon Martín (Rupérez, m. 66), Javi López (Jonathan Gómez, m. 45; Balda, m. 66); Urko (Gorrotxategi, m. 45), Olasagasti (Marín, m. 45), Brais Méndez (Goti, m. 45); Becker (Kubo, m. 45), Sadiq (Carlos Fernández, m. 45), Magunazelaia.

OSASUNA Herrero; Areso (Nacho Vidal, m. 78), Catena (Unai García, m. 78), Herrando, Juan Cruz (Bretones, m. 66); Torró, Iker Muñoz (Iker Benito, m. 83); Arnaiz (Rubén Peña, m. 58), Mocayola (Pablo Ibáñez, m. 66), Moi Gómez (Rubén García, m. 58); Budimir (Raúl, m. 66).

GOLES 0-1, m. 48: Budimir. 1-1, m. 54: Mikel Goti. 1-2, m. 63: Budimir.

ÁRBITRO Etayo Herrera (Colegio Vasco). Amonestó al realista Urko.

INCIDENCIAS Partido amistoso disputado a puerta cerrada en las instalaciones de Zubieta, debido a las obras que allí se están realizando.