Olentzero y Mari Domingi ya recorren las calles de Donostia para alegría de los y las más pequeñas. Como estaba previsto, al filo de las 12:00 horas han hecho acto de presencia en la plaza de la Constitución, desde donde ha partido la comitiva para recorrer los barrios en los que trabajarán por la noche entregando casa por casa los regalos. O el carbón, claro.

En un miércoles marcado por un cielo que amenazaba lluvia, el paraguas y los chubasqueros han sido imprescindibles por lo que pudiera pasar. Quedarse en casa no era una opción, porque Olentzero y Mari Domingi no volverán hasta 2026. Y además, ¿si no nos ven y deciden dejar carbón por no haberles recibido? ¡Lo importante era ir!

Algunos despistados por la calle...

Como en años anteriores, Olentzero y Mari Domingi se han subido a un elegante coche de época para dirigirse a los barrios. El Ayuntamiento, que en los días anteriores había hecho de portavoz de la comitiva, había invitado a los niños y niñas que quisieran a sumarse en sus bicicletas al recorrido de este año, bastante llano hasta Martutene. Solo había una condición: que tuvieran más de seis años. Aun así, el tiempo inseguro con el que ha amanecido Donostia ha hecho que muchas familias hayan optado por esperar en los barrios. No era cuestión de resfriarse horas antes de la noche más mágica del año.

La primera parada les ha llevado al Puerto, un enclave sin el que no se puede entender la historia de Donostia, para salir de la Parte Vieja por la calle Mayor rumbo a la calle Hernani. Por la calle Urbieta han saludado con alegría a quienes se han topado con la comitiva, algunos, despistados, se les había olvidado que Olentzero y Mari Domingi pasearían por la ciudad al mediodía, pero felices de haberles visto.

La Real también necesita ilusión

Una vez han pasado por Amara después de entrar por la plaza Centenario, han atravesado Sancho el Sabio, Pío XII, Avenida de Madrid y la plaza Aita Donostia, donde a buen seguro habrán pensado en cómo pueden ayudar a la Real, algo que en los últimos años no había hecho falta.

La comitiva pasaría después por el paseo Zorroaga para a través de Riberas, llegar a Loiola y a Martutene, donde la ilusión de las y los más pequeños les esperaba en los alrededores de la plaza Arteleku.

Desde allí han emprendido el camino de regreso, de nuevo por Loiola, por Riberas y hasta entrar por Toribio Alzaga de nuevo en Amara, donde han pasado por la plaza de Irun, Felipe IV, Eustasio Amilibia y por al lado del río Urumea, el paseo de Bizkaia y el de los Fueros.

La llegada a la República Argentina, a la altura del hotel María Cristina, ya hacía indicar que el paseo de la mañana estaba a punto de acabar tras cruzar el Boulevard rumbo a Alderdi Eder. El balcón del Ayuntamiento ha sido un nuevo punto para saludar a las familias, antes de tomar un descanso, regado este año con chocolate caliente y caldo para quien quisiera.

Cartas, desfile y milagro

La agenda de Olentzero y Mari Domingi, nada comparable con lo que les espera esta noche, era intensa durante el día, puesto que a las 15:30 horas se abren las puertas del Consistorio para que los niños y niñas que aún no lo hayan hecho entreguen sus cartas hasta las 17:10 horas, cuando se cerrará la cola de acceso.

Y si a la mañana ha sido el turno del paseo, por la tarde ya toca el tradicional desfile, que incorporará personajes de mitología vasca (Mari, Tartalo, Otxoko, Sorgina, lamias…) y de la Navidad, que con participación de alrededor de 500 personas, cruzará las calles Hernani, Avenida, Loiola, San Marcial, Getaria, Txurruka, Plaza Gipuzkoa, Elkano y Boulevard.

Será la última vez que los niños y niñas de Donostia puedan ver a Olentzero y Mari Domingi. Desde el Ayuntamiento se dirigirán allá donde guardan los regalos, cenarán y tras repasar los últimos planes, obrarán el milagro de repartir los regalos casa por casa en muy pocas horas. Una tarea imposible solo al alcance de Olentzero y Mari Domingi...