John Benjamin Toshack solía decir que cuando tocaban los partidos importantes como el derbi o los enfrentamientos contra los gigantes del campeonato milagrosamente se le vaciaba la enfermería. No sabemos si será por este motivo o habrá influido algo, pero lo único cierto es que, a pesar de las apreturas del calendario y del maratón sin descanso que está afrontando el equipo tras el comienzo de la Champions, la Real es uno de los pocos equipos de la Liga que no cuenta con lesionados en su nómina.
Arsen Zakharyan se ejercitó con normalidad en el entrenamiento que completó la plantilla ayer al mediodía en Zubieta. El ruso, que no puede tener más mala suerte desde que ha llegado, primero sufrió una infección en las vías respiratorias y luego dio positivo en Covid. Todo parece indicar que se ha recuperado del todo y que incluso cuenta con opciones de regresar a la convocatoria después de haberse perdido los dos últimos encuentros y de quedarse sin disputar un minuto ante el Inter de Milán.
En esta ocasión, el habitual entrenamiento del día después contó con muchas caras poco habituales dado el banquillo nivel Champions que presentó la Real en Mestalla. Unai Marrero, Ayesa (que fue el elegido para quedarse fuera de la convocatoria), Odriozola, Aihen, Zubeldia, Le Normand, Zubimendi, Olasagasti, Brais, Barrenetxea, Kubo, Sadiq y André Silva. Traoré y Urko, que fueron sustituidos en el descanso, también completaron parte de la práctica al margen de los que tuvieron más minutos. Asimismo, sobre los que regresaron tocados del encuentro, como Tierney y Turrientes, quienes solicitaron el cambio en Mestalla, todo parece indicar que se encuentran en condiciones de entrar en la lista para el derbi e incluso de optar a mantenerse en el once.
Fue el propio Imanol quien se felicitaba por el hecho de no haber sufrido bajas en la última batalla de Mestalla y que lo explicaba por la rotación masiva que hizo, aunque él prefiera llamarlos cambios: “Es que no se puede aguantar el ritmo. Voy a tocar madera, creo que no hay ningún lesionado serio-grave, pero están cayendo en todos los equipos una barbaridad de jugadores. Si ha habido cambios y estamos todos es porque la plantilla está para sumar. El cansancio que tengamos nosotros también lo tendrá el Athletic. Es verdad que nosotros acumulamos el partido del Inter, que no sólo es el cansancio físico, también mental, y todo lo que supone. Lo que tengo claro es que todos sabemos que esto va a ser muy duro, está siendo así para todo el equipo y, si no hay ninguna sorpresa, por lo menos voy a tenerlos a todos disponibles para el sábado”.
La Real llega al derbi con la moral por las nubes después de haberse llevado tres puntos de oro en Mestalla con la ley, más que del mínimo esfuerzo, del mínimo desgaste. Si todo transcurre con normalidad, es muy probable que el técnico oriotarra introduzca un mínimo de seis cambios respecto al equipo que logró la gesta en Valencia, sobre todo si se tiene en cuenta el cansancio acumulado con el que se presentó a la cita el equipo: Zubeldia, Le Normand, Zubimendi, Brais, Kubo y Barrenetxea. Aihen también cuenta con posibilidades de entrar en lugar de Tierney, al que le está costando acabar los encuentros al haber sido sustituido en los tres encuentros que ha disputado antes de que se cumpliesen los 70 minutos.
Los blanquiazules llegan en un gran momento de resultados. Los tres triunfos en los últimos cuatro encuentros (Granada y Getafe en casa y Valencia a domicilio; la derrota llegó en el Santiago Bernabéu) les han permitido entrar en los puestos europeos, una ubicación que casi no abandonaron en toda la temporada pasada hasta alcanzar la Champions. Los de Imanol son quintos, con doce puntos, dos menos que el Athletic, que es cuarto. Para que se hagan una idea, la pasada temporada a estas alturas, los rojiblancos eran terceros con 16 puntos y hablaban sin tapujos de una posible clasificación para la Champions, mientras que los txuri-urdin eran séptimos, aunque con un punto más, trece, de los que lleva ahora. Cabe recordar que, al final de la temporada, la Real entró en la Liga de Campeones al ser cuarta y que los bilbainos se quedaron fuera de Europa al acabar a 20 puntos. No hace falta ser un matemático para constatar que el empate ante el Getafe de los de Valverde y el triunfo en Mestalla de los realistas provoca que en caso de que la victoria se quede en Anoeta mañana, la Real habrá adelantado de nuevo a un Athletic que llegaba engorilado.
Lo que está claro es que la Champions no quita el hambre de derbi a la parroquia realista. Por tercera vez en lo que llevamos de temporada, se ha colgado el cartel de No hay billetes. Ahora solo queda la posibilidad de hacerse con los carnets que ponen los socios a la venta a través del club. Anoeta disfrutará una noche con un atmósfera casi tan caliente como la del partido ante el Inter.