El debate sobre la paciencia con los entrenadores de fútbol siempre estará a la orden del día. Existe por un lado el grupo de los tranquilos. Es decir, el de los aficionados que reclaman calma y amplitud de miras a la hora de gestionar el banquillo de turno. Y enfrente figuran los defensores del cambio, esos seguidores más proclives a los golpes de timón para la dirección técnica de un equipo. Más allá de esta disparidad de criterios, eso sí, se encuentra una máxima unánimemente aceptada y que apunta a la efectividad del relevo en el corto plazo: cambiar de preparador casi siempre genera una mejoría de resultados en los partidos posteriores al movimiento, teoría que la Real Sociedad ha conseguido llevar a la práctica durante los últimos lustros.
La estadística alcanzó la mayoría de edad (18 años) este pasado verano. Y nos habla del saldo de los entrenadores txuri-urdin en el partido de su debut, ahora que se avecina el de Pellegrino Matarazzo el próximo domingo contra el Atlético de Madrid (Anoeta, 21.00 horas). Desde que la nueva Real de Chris Coleman iniciara su andadura en agosto de 2007 perdiendo contra el Castellón en Anoeta (0-2), los siguientes trece estrenos en el banquillo blanquiazul muestran un sobresaliente balance de nueve victorias y cuatro empates. Es decir, sin derrotas. La última data de aquel duelo que implicó en su día el regreso realista a la categoría de plata. Y todos los cambios de técnico que se han dado a partir de entonces han logrado al menos sumar un punto en el siguiente encuentro. Prolongar la racha este mismo domingo significaría una buena noticia, esperando el rival que espera...
Dos cambios en el mismo curso
Precisamente aquella campaña 2007-08, la posterior al descenso, es la última en la que la Real ha acometido dos cambios durante una misma temporada. Es cierto que desde entonces ha habido cursos con tres entrenadores en el historial, el presente ejercicio entre ellos, pero siempre con interinidades de por medio. Durante la citada 2007-08, mientras, Coleman dio primero un paso al costado tras la llegada al Consejo de Iñaki Badiola, y este destituiría luego al recambio del galés, José Ramón Eizmendi, para situar en el cargo a Juanma Lillo. Tanto el de Ikaztegieta (1-3 en Córdoba) como el tolosarra (2-1 remontando al Hércules en Anoeta) debutaron obteniendo sendas victorias.
Los siguientes tres estrenos se produjeron en circunstancias más pausadas, tras cambios de entrenador acometidos durante sendos veranos. Así, Martín Lasarte, Philippe Montanier y Jagoba Arrasate vivieron sus respectivas puestas de largo en primeras jornadas de Liga: con el uruguayo se empató en Las Palmas (1-1) para iniciar el camino hacia el ascenso, con el francés se venció al Sporting (1-2) en El Molinón en el debut de Iñigo Martínez y Carlos Vela, y con el de Berriatua se ganó al Getafe (2-0) en Anoeta gracias a goles del mexicano y de Seferovic. La etapa del actual entrenador del Mallorca al frente de la Real duró sólo año y medio y, tras una mala racha, dio paso a una momentánea reacción del equipo: ganó 2-1 al Atlético con la dupla interina que formaron Asier Santana e Imanol Alguacil, y empató luego en Riazor contra el Deportivo (0-0) en el aterrizaje de David Moyes.
Justo doce meses después, en noviembre de 2015, la llegada al banquillo txuri-urdin de Eusebio Sacristán (victoria 2-0 contra el Sevilla) abrió una etapa de cierto sosiego en la dirección técnica de la Real, hasta que dos años y medio después se produjo el cese del vallisoletano. Imanol debutó con empate sin goles en Ipurua ante el Eibar (0-0), Asier Garitano hizo lo propio en verano de aquel mismo 2018 venciendo a domicilio al Villarreal (1-2), y la segunda etapa del oriotarra comenzaría igualmente con triunfo sonado a domicilio, este en el campo de todo un Real Madrid (0-2).
Sergio y Ansotegi
La era de Alguacil comenzó aquella tarde de Reyes en el Bernabéu y marcó después una época en la historia del club, regalando a la entidad y a su entorno seis temporadas y media de tranquilidad y de buenos resultados. Aquel ciclo, sin embargo, terminó tocando a su fin, mediante un desenlace que nos sitúa ya en los tiempos actuales y que habla de un período de mayor inestabilidad. El elegido para sustituir a Imanol fue Sergio Francisco, quien comenzó su aventura en el banquillo realista empatando ante el Valencia en Mestalla (1-1). Cuatro meses después del estreno, sin embargo, fue destituido para dar paso al interino Jon Ansotegi, quien solventó con apuros el estreno ante el Eldense en Copa (1-2).
