Acumulan ya una semana de pretemporada. ¿Cuántas veces se ha pronunciado la palabra ‘Champions’ en el vestuario?

Muy pocas. Ahora estamos mentalizados en adquirir una buena forma y en ponernos a tono para el partido del viernes contra Osasuna, porque ya lo consideramos parte de la competición, aunque no haya puntos en juego. Después arrancará la Liga a mediados de agosto, y ya habrá tiempo de pensar en la Champions más adelante.

¿En qué momento de la pasada campaña pensaron que la cuarta plaza tenía que ser el objetivo?

Cuando nos fuimos al parón del Mundial en puestos de Champions, terceros y viendo que el Sevilla no estaba viviendo su mejor temporada, pensamos que este era el año y que la Liga de Campeones no se podía escapar. Le habíamos adelantado al Atlético de Madrid, teníamos cierta ventaja respecto a Betis y Villarreal y además estábamos haciendo muy bien las cosas. Es cierto que luego vendría un momento de bajón, pero el equipo lo superó de la mejor manera.

Para mí, la clave del éxito final residió en que ese “bajón” al que alude no fue tanto bajón.

Sí, yo me refería a un bajón porque los resultados no fueron los mejores, pero si tú analizas aquellos partidos uno a uno te darás cuenta de que merecimos al menos puntuar en casi todos, y ganar varios de ellos también. Ya ves que al final terminamos cuartos, y la clasificación final no suele engañar: cuando tú haces méritos domingo tras domingo para ganar, incluso cuando vives una mala racha, el fútbol es justo y te acaba recompensando.

Ahora espera una temporada exigente. Y suele costar tras un año tan positivo...

En cuanto a número de partidos, la campaña va a ser como las anteriores. Y a partir de ahí nosotros tenemos muy claro que el objetivo reside en seguir haciendo las cosas igual de bien, mejorando incluso.

¿Dónde está el techo de este equipo?

El tiempo lo dirá. A mí no me gusta ponerle límites a las cosas. Esperemos que el techo no sea este.

¿Pero en qué se puede progresar? ¿Quizás en el acierto para el gol? Se me ocurren pocas cosas más.

Puede ser, sí. Se trataría de ser capaces de acertar más. O de ser capaces de acertar en esas pocas situaciones que te conceden equipos como por ejemplo la Roma. Ahí estuvo la diferencia entre ellos y nosotros. 

Dijo Olabe que no van a la Champions de turismo.

Es que quien piense eso no conoce a Imanol y está muy equivocado. Ya lo demostramos el año pasado en Manchester.

Menuda noche, ¿verdad?

Para mí resultó mágica. Era mi debut en Europa, en un escenario así de importante, marcando el gol de la victoria y con mi familia en la grada. Inolvidable.

En el continente también se hace historia, pero la Liga les ofrece la oportunidad de sellar el quinto pasaporte continental consecutivo, algo inédito en este club.

Vamos a ir a por ello, que no te quepa ninguna duda, pero aquí ya se están haciendo muchas cosas que van a quedar grabadas para siempre: el título de Copa, los cuatro billetes europeos, una cuarta plaza, las rachas de victorias seguidas... Son marcas que van a permanecer y a las que nosotros intentaremos ahora agregar alguna más.

En el vestuario no hablan aún de la Champions. ¿Y del mercado?

Cero. Sí que comentamos la actualidad a nivel más general, cuando se confirman los fichajes: que si este futbolista se va a tal sitio, que si este otro se marcha a tal club... Pero de lo que pueda pasar aquí no hablamos nada. 

El club ya se ha movido y va a seguir haciéndolo.

Si viene alguien, bienvenido sea. Seguro que lo hace para ayudar e intentar mejorarnos.