Eduardo Coudet, conocido coloquialmente como el Chacho, dejó huella en Vigo. Entrenó al Celta durante dos años, tras su aterrizaje en noviembre de 2020 para relevar a Óscar García. Y a lo largo de aquellos 24 meses casi exactos dotó al cuadro gallego de una marcada personalidad. El 4-4-2 con rombo en la medular, precisamente el esquema que la Real Sociedad ha convertido en habitual, fue su dibujo de cabecera. A partir del mismo, acertó a construir un equipo reconocible, presionante, agresivo, dinámico y con futbolistas de buen pie que ponían su calidad al servicio de una idea colectiva muy característica. El propio Brais Méndez ha atribuido en varias ocasiones al entrenador argentino sus pasos adelante en las tareas defensivas y en los duelos, aludiendo a un proceso muy positivo que la escuadra de Balaídos nunca logró, sin embargo, trasladar a la obtención regular de buenos resultados. 

El relevo

El Celta fue octavo, aunque lejos de la pelea europea, cuando concluyó la Liga 2020-21, circunstancia que generó cierta ilusión de cara al nuevo curso. Pero este vería al equipo celeste navegar sin objetivos en mitad de la tabla (undécima plaza final). Posiblemente la ubicación clasificatoria en tierra de nadie comenzara ya a tensar la cuerda entrenador-club, más estirada aún a raíz de los acontecimientos este pasado verano. La contratación de Luis Campos para ejercer en la dirección deportiva, compaginando dicha labor con las mismas funciones en el PSG, no fue del agrado Coudet. Tampoco ayudaría que un fijo en sus planes como Denis Suárez no pudiera ser alineado debido al desencuentro entre el futbolista y el presidente Carlos Mouriño. Y a todo este cóctel explosivo se le agregó la mala suerte. Porque la escuadra viguesa mereció más en varios partidos del arranque liguero que se le escaparon, incluido el 1-2 ante la Real en Balaídos. A principios de noviembre, la ley del fútbol y de los resultados se llevó por delante a Coudet.

Las cifras tras el cambio

Después de perder en Almería (3-1) en la 12ª jornada del campeonato, el Celta ocupaba la 15ª plaza con once puntos sumados en 36 partidos y solo uno de renta respecto a las posiciones de descenso. Algo más de tres meses después, el equipo es 14º con 23 puntos y tres de ventaja sobre el 18º. Lo cierto es que los fríos números no hablan precisamente de una mejoría notable. Pero existen circunstancias que pueden desmentir esta percepción. Nos encontramos ya a unas alturas de la Liga en las que todo el mundo aprieta, incluidos los conjuntos de la zona roja. Durante esta segunda parte del curso, la fortuna le ha sido de nuevo esquiva al propio Celta en más de una ocasión. Y además el bagaje con el nuevo técnico, el portugués Carlos Carvalhal, es equilibrado: tres victorias, tres empates y tres derrotas en nueve duelos de Liga, con nueve goles anotados y los mismos recibidos.

El técnico

El entrenador luso tiene 57 años y vive su primera oportunidad en la Liga gracias, principalmente, a su papel entre 2020 y 2022 dirigiendo al Sporting de Braga. Con este conjunto ganó en 2021 la copa portuguesa (2-0 al Benfica en la final), imponiendo un sello que tenía en los esquemas de tres centrales y carrileros una de sus principales características. Trató de implementarlo en el Celta nada más llegar, pero poco a poco se ha ido amoldando a las circunstancias del cuadro gallego y parece haber dado con la tecla mediante un 4-4-2 que por fases muta también a un dibujo como los antes mencionados. Doce puntos de 27 no parecen suponer una gran marca, pero las sensaciones con Carvalhal son mejores que los propios resultados.

Con un ex realista

La mencionada final copera de 2021 enfrentó al que entonces era el equipo del técnico celeste con un Benfica cuya delantera ocupaba Haris Seferovic. El suizo regresa esta tarde a Anoeta casi nueve años después, tras triunfar durante su prolongada trayectoria en el club lisboeta y no jugar todo lo deseado en el Galatasaray, donde recaló el pasado verano. El Celta, con el aval de un Carvalhal que le conoce muy bien, recuperó al ex realista para la Liga este enero, de momento como suplente de Strand Larsen.