Y ya van siete. Terrible. La Real Sociedad se llevó los tres puntos de un campo siempre complicado como es el ruidoso Balaídos. Un triunfo que contó con dos héroes inesperados como Zubeldia e Illarramendi. Fueron probablemente los más discutidos en la alineación de Imanol. Pacheco se había consolidado en el eje de la zaga, pero es justo reconocer que antes de caer lesionado el azkoitiarra estaba completando un buen inicio de curso. E Illarra, pues estaba casi desaparecido, sin oportunidades y hasta sorprendió que no jugara ni un minuto frente al Sheriff. Muchos pasaron del ofensivo y poco respetuoso “está acabado” a celebrar como loco el zurdazo que puso adelante al equipo. 

Pero, bueno, también hay que reconocer que la gran mayoría de los hinchas realistas estábamos pensando cuando iba a encañonar el chut con su pierna mala “no chutes, no chutes”. Adentro. Se lo merece, ahí está trabajando sin elevar la voz a pesar de su experiencia y del peso que tiene en la plantilla. Es uno más y así le defienden sus propios compañeros, admiradores de su tenacidad y sacrificio después de vivir una muy mala racha por las lesiones. Lo de Zubeldia fue aún mejor, porque en el descanso el mutrikuarra pagó la amarilla que vio en un error y tuvo que ser sustituido por Merino. En un saque de esquina muy bien trabajado, el defensa cabeceó a las redes el segundo gol, que dio los tres puntos a los realistas. Es cierto que la sensación en los últimos minutos fue sofocante, pero Remiro solo se vio obligado a hacer una parada de mérito.

Saltó la sorpresa en la pizarra de alineaciones. Imanol volvió a prescindir de Mikel Merino por segunda vez en esta semana. Algo le pasa al navarro, de quien el club no ha emitido ningún parte médico y que el año pasado solo le faltó jugar un partido sin una pierna. La acumulación de partidos empieza a pasar factura, como era de esperar, aunque su suplencia probablemente tenía más que ver con una medida preventiva. También llamó la atención que su sustituto fuera un Illarramendi que estaba contando con muy poco protagonismo en este inicio de curso. En total aparecieron seis caras nuevas. Además del capitán, Gorosabel, Zubeldia, Aihen, Zubimendi y Kubo.

Lesión de Aihen

El partido no pudo tener un comienzo más accidentado. A los segundos, las cabezas de Aihen Muñoz y Hugo Mallo chocaron con violencia por el aire y la peor parte se la llevó el navarro, que incluso estuvo muy cerca de ser sustituido al momento. Aunque ya podía haberse ido porque se rompió un poco más adelante. Hay días en los que no merece salir de la cama. Zubeldia fue el siguiente en ser atendido por una brecha que le abrió con los tacos Larsen.

Los dos parones provocaron que el partido adquiriera tarde su velocidad de crucero. No fue una buena primera parte de los realistas, que en varias fases se vieron superados por un buen e intenso Celta. Pero las cosas se le llegaron a poner bien. Sin que hubiese apenas acercamientos de peligro y en una buena jugada entre Gorosabel y Brais, el balón le llegó rechazado a Illarra y este se sacó un zurdazo desde fuera del área que sorprendió a un tapado Marchesín. El mutrikuarra no veía puerta desde agosto de 2018.

Solo cuatro minutos después, Diego Rico metió en largo a Sorloth, que, tras firmar una carrera espectacular, disparó ya desde muy cerca al lateral de la red. Ahí estuvo por primera vez el triunfo. Pero las dos jugadas no plasmaban la realidad que estaba sucediendo. 

El gigante noruego Larsen fue un quebradero de cabeza constante para los dos centrales realistas. Buen jugador y muy competitivo, con reacciones más propias de futbolista sudamericano que de los fríos fiordos. Con el partido encarrilado, Zubimendi, que estaba generoso después de haber firmado su renovación, decidió darle una auténtica asistencia a Iago Aspas, que lleva toda su vida siendo agradecido y sin fallar ese tipo de regalos. 

Una pena, porque el Celta se vino arriba y los minutos finales fueron bastante complicados para la Real, aunque tampoco le generaran verdadero peligro. Si los realistas querían ganar el duelo, ya podían mejorar sus prestaciones, porque el rendimiento individual fue pobre en los primeros 45 minutos.

Cambios

En el descanso Imanol movió ficha y dio entrada a Merino, para proteger a Illarra que estaba con tarjeta. El Celta salió más fuerte y Veiga y Aspas, al que le concedió demasiados metros Gorosabel, probaron suerte desde fuera del área. Pero cuando entró en acción Merino empezó a hacer mejores a todos. 

El navarro tuvo una ocasión de oro al culminar una preciosa combinación entre Sorloth, Zubimendi y Silva, pero no logró superar a Marchesín. En el córner, la Real jugó al despiste colocando a muchos jugadores en el primer palo, Brais volvió a sacar su zurda de seda para poner un centro perfecto que Zubeldia, apareciendo desde atrás depositó en la red. ¡Qué importante era cobrar ventaja de nuevo!

La salida de Carles Pérez dotó de más pólvora a los celestes. Un disparo suyo obligó a Remiro a hacer una gran parada. Los centrales controlaron bien a Larsen. Sorloth se marcó un solo ante el peligro que resolvió con un disparo seco pero demasiado centrado, que detuvo el meta celeste. El punta se quedó sin marcar, entre otras cosas, porque un remate suyo casi al final no pasó un mar de piernas dentro del área y el posterior chut de Rico la atrapó Marchesín.

La Real de Imanol, la de los récords, ya ha superado su mejor racha con el entrenador. Es impresionante lo de este equipo, que se encuentra estirando una de sus olas buenas, que le han permitido instalarse entre los mejores. Y con los pies en el suelo, porque es importante no venirse arriba y ser conscientes de que la derrota se encuentra un día más cerca. 

Los grandes equipos, los que alcanzan la madurez, son los que en los días malos o discretos, también son capaces de ganar. Una trayectoria de ensueño, con la misma puntuación que el tercero. Y lo que queda. Que el ritmo no pare...