La Real ha empatado en el Bernabéu. Tal cual. Antes sonaba en plan machada, ahora parece muy poco probable que el equipo realista se enfrente a los dos gigantes en una semana y pierda los dos encuentros. Tenga las bajas que tenga y sea el momento que sea de la temporada. El conjunto realista llegó bajo mínimos al templo mundial del Bernabéu y se ha llevado un punto sin sufrir demasiado. Con los lógicos apuros por momentos y momentos de sometimiento, como no podía ser de otra manera, pero nada que ver con tiempos pasados en los que no salía de su área y acababa sucumbiendo con claridad. No es que haya completado su mejor actuación ni en la primera parte ni en la segunda, pero ha resistido porque este equipo tiene alma, sabe sufrir, defiende cuando lo necesita en bloque bajo y es capaz de salir indemne de uno de los grandes estadios de la historia del fútbol. Lo cierto es que ha sido un partido gris, sin excesivas ocasiones, en el que Remiro ha sido clave para sellar la meta y la igualada es un botín de los más preciados que confirma que la batalla de la Real está en la Champions.

Los de Imanol volvieron a hacer un ejercicio de resistencia en una de las semanas más atractivas de la temporada. No era fácil competir en Madrid solo cuatro días después de la eliminación en la Copa en Barcelona. Imanol apostó por un once bastante reconocible y esperable. Con las novedades de Aihen e Illarramendi respecto al equipo del miércoles, Tampoco se notó en exceso, porque en este equipo mueves una o dos piezas y tienes una lista de lesionados y todos compiten al mismo nivel.

En la primera parte el Madrid a pesar fue mejora pesar de que la primera ocasión fue de Sorloth a centro de Aihen. Benzema, Vinicius, Kroos y de nuevo Vinicius tras un error flagrante de Brais estuvieron cerca del gol ante una Real inofensiva que solo se acercó en un chut cruzado de Illarra.

Remiro, protagonista

En la reanudación Remiro se erigió en protagonista con dos buenas paradas a Ceballos y a Vinicius. Zubeldia salvó un remate de Rodrygo cuando nos temíamos lo peor. La lesión de Aritz provocó que Zubeldia pasara al lateral y Zubimendi bajara a la defensa. Una pena que Kubo, que regresaba a la que había sido su otra cosa, no acertara en las tres opciones que dispuso cuando la Real logró equilibrar la contienda. En los últimos minutos, Remiro, héroe, se lo merecía, salvó una clara ocasión de Vinicius que fue una pesadilla constante.

Pero en el Bernabéu, en los diez últimos minutos, apenas hubo que recordar ninguna oportunidad local con empate lo que habla muy a las bravas de que la Real, con un once plagado de canteranos, controló y apenas sudó para llevarse un punto de lujo que condiciona la Liga y que refuerza su candidatura para soñar con la Champions. El tema ve muy en serio. Lo sabíamos desde hace tiempo, pero con partidos tan trabajados como el de esta noche, nos reafirmamos. Ojo, a ver si el segundo puesto va a estar en juego...