Álex Remiro es un portero feliz en la Real Sociedad. Durante el presente verano, el posterior a su tercera temporada en el club, ha prolongado el contrato que le une a la entidad hasta 2027, síntoma inequívoco de que el rendimiento ofrecido por el de Cascante ha resultado óptimo hasta la fecha. Además, deja atrás la campaña de su plena confirmación, por sensaciones y también por estadísticas: se mostró en ella más seguro que nunca y dejó la meta imbatida en 19 de sus 35 comparecencias en Liga. Casi nada. Se trata de un salto de calidad que se explica desde su trabajo, su madurez (tiene 27 años) y también desde la competencia.

“Le debo mucho a Ryan y a su presencia en la plantilla Su competencia es distinta a la que me planteaba Moyá. No es que con Miguel no nos apretáramos el uno al otro. Pero era diferente. Ahora con Ryan peleamos día a día para ver quién juega. Somos muy profesionales y luchamos por el puesto. ¿Si le puede pasar por la cabeza irse de la Real para jugar en el Mundial? Por ambición sí. Pero no creo que le quiten el puesto en su selección, porque es el mejor portero de Australia. Por mí que se quede, por todo lo que me ayuda”, explicó este miércoles el navarro en rueda de prensa , rebobinando a un curso 2021-22 durante el que la alternancia bajo palos llegó a resultar incluso habitual.

Durante esta pasada campaña, Ryan consiguió 'rascar' a Remiro tres partidos de Liga, tres de la Copa del Rey y otros tres de la Europa League

Matt Ryan aterrizó en la Real hace justo un año, en pleno julio, pero durante uno de sus primeros entrenamientos en Zubieta sufrió una lesión de rodilla que le obligó a pasar por el quirófano. Causó baja en las tres primeras jornadas de Liga, pero estuvo ya disponible para la cuarta, en Cádiz (12 de septiembre). Durante los cuatro meses posteriores, hasta la eliminatoria copera de Leganés (5 de enero), navarro y australiano fueron utilizados de forma bastante salteada por Imanol. Con mayor protagonismo para Remiro. Pero con el propio Ryan asomando con frecuencia.

A lo largo del mencionado período, el ex del Brighton emergió en el once en tres partidos de Liga (Granada, Celta y Villarreal), en un duelo decisivo de la Europa League (en el campo del Mónaco) y en los tres primeros encuentros de la Copa del Rey (Panadería Pulido, Zamora y Leganés). Tras la cita de Butarque, restaban por delante otros cuatro meses de campaña hasta mediados de mayo, pero en ellos Ryan solo jugó los 180 minutos de la eliminatoria continental contra el Leipzig. No compite con la Real desde el jueves 24 de febrero, para cuando el crecimiento de su compañero bajo palos resultaba ya toda una obviedad. Cuando la Real quedó apeada por los alemanes, restaban catorce compromisos de Liga. Remiro los jugó todos.

La competencia de Remiro durante sus tres temporadas en la Real.

Lo vivido durante la primera mitad de la pasada campaña contrasta con lo sucedido en la anterior, la 2020-21, durante la que el meta navarro disfrutó, puede decirse, de una plaza fija en la titularidad. De agosto a diciembre, con Miguel Ángel Moyá disponible, solo fue relegado a la suplencia con motivo de un partido contra el AZ Alkmaar en Anoeta. El balear se lesionó luego en la víspera de la visita europea al Nápoles y permaneció en el dique seco durante todo el curso, por lo que no gozó de la participación que sí había tenido en la 2019-20.

Esta última fue la primera campaña de Remiro en el club, marcada, en lo que se refiere a la portería, por tres etapas claras. De inicio, la titularidad fue para Moyá, con el de Cascante debutando de forma puntual en un partido en Anoeta contra el Alavés. Tras la octava jornada de Liga, en la que el Getafe ganó a domicilio a la Real (1-2), Imanol apostó por el cambio y Remiro se convirtió en poco menos que indiscutible. Y una nueva derrota ante el Getafe (2-1), esta en el Coliseum durante la Liga exprés posterior al confinamiento, devolvió bajo palos al mallorquín, titular en las seis últimas jornadas de Liga.