Brais Méndez ha convencido a todos en Vigo esta temporada después de la gran y, para algunos, inesperada metamorfosis que ha protagonizado en la última temporada y media. Según cuentan, desde que el entrenador Eduardo Coudet aterrizó en tierras gallegas no se cansó de elogiar al mosense y trató de añadirle a su indudable calidad una mayor capacidad de sacrificio. Con la confianza del argentino, Brais ha logrado convertirse en un futbolista mucho más completo y asentarse en el puesto de interior derecho.

Según publicó Atlántico en un reportaje, la campaña pasada fue la que más jugó al superar los 3.200 minutos sobre el campo entre Liga y Copa (3.035 y 172) en 40. En 36 de ellos titular, lo que también supuso un récord personal, y se mantuvo sobre el campo sin ser sustituido en 20 de ellos, igualando la marca que ya había alcanzado el pasado curso.

Su participación en el juego también creció. Nunca había dado tantos pases (39,5 por encuentro) ni había sido tan preciso (80,3%), tanto en los de la larga distancia como en los de corta. Además, incrementó también de forma notoria sus regates (1,9 por jornada). Es decir, un futbolista ideal para un futbolista de un equipo que basa su juego en la posesión.

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En la mayoría de los duelos ha sido el segundo jugador con más kilómetros recorridos, solo superado en ese aspecto por Denis Suárez. Completó más entradas que nunca a los rivales, robó más balones que nunca, haciendo menos faltas que el pasado año, aunque se llevase las mismas ocho cartulinas amarillas.

El lunar negro del curso se podría ver en los goles marcados, cuatro, lejos de los nueve del anterior curso. Aunque en cambio ha dado cinco asistencias, por ninguna en la anterior, lo que certifica que su participación en los goles ha sido la misma. En la 2018-2019 explotó con seis goles y siete pases.