Cuando todo apuntaba a que seguiría en la Real Sociedad, el equipo realista ha anunciado que Adnan Januzaj (Bruselas, 1995) no continuará en la disciplina realista. Su salida, anunciada junto a la de Nacho Monreal, ha sorprendido a la parroquia realista, que ve cómo termina la era del genio belga sin que haya terminado de explotar a la altura que sus destellos habían apuntado.

El delantero fue pieza clave en los dos partidos de las dos anteriores temporadas que dieron la clasificación definitiva para la Europa League: en el minuto 88 del Wanda Metropolitano marcó el memorable empate con una falta cerrada que termina colándose en la portería de Jan Oblak. El año siguiente, su entrada en el campo en el minuto 82 revolucionó el choque en Pamplona: provocó y sirvió la falta que en el 85' marcó Alexander Isak para conseguir un nuevo pasaporte continental. Esta misma temporada marcó en la goleada al Cádiz (3-0) que en una gran noche de David Silva certificó un nuevo pasaporte europeo.

Más allá de la aparición en estos momentos estelares y clave, la aportación del atacante belga había sido un cúmulo de luces y sombras hasta esta temporada, en la que había alcanzado su mejor momento desde que aterrizó en Donostia en 2017, procedente del Manchester United en una operación que supuso el desembolso de unos 10 millones de euros.

El belga, al que años antes había pedido David Moyes cuando estaba en el banquillo donostiarra, quería poner fin así a una carrera inestable, que tras jugar tres temporadas en un convulso United, le llevó cedido al Borussia Dortmund primero y después al Sunderland. La Real puso fin a aquella época en la que el belga ya era internacional por Bélgica para entonces. Debutó en un Mundial en 2014 en Brasil y en Rusia en 2018 marcó su primer tanto en la máxima cita de selecciones.

Fue el único gol en el triunfo belga ante Inglaterra en el choque que se disputó en Kaliningrado y que le servía al combinado de Roberto Martínez para cerrar la fase de grupos con tres triunfos en tres partidos. La selección belga liderada por Romelu Lukaku terminó colgándose la medalla de bronce. Aplazada por la pandemia del coronavirus, el Europeo de 2020 se disputó en 2021 y Januzaj se quedó fuera de la lista, lo que supuso un contratiempo para de un torneo en el que participaron otros realistas como Mikel Oyarzabal y Mikel Merino.

Fino estilete, desequilibrante y especialista en el uno contra uno, Januzaj había recuperado buena parte de su potencialidad esta temporada. Tanto que había comenzado a convencer a buena parte de la parroquia realista que, reconociendo su gran calidad, dudaban de su juego en la Real.

Su mejor temporada de realista ha sido la que acaba de terminar. En concreto, el final del año 2021, cuando fue el mejor jugador de la plantilla en la fase decisiva en la que el equipo se jugaba el ser o no ser en la liguilla de la Europa League. Fue en la víspera del partido de Mónaco cuando, por primera vez, verbalizó un deseo que no se ha terminado cumpliendo: "Lo tengo claro. Me quiero quedar aquí. Me siento como en casa, me siento muy bien aquí".

Este domingo contra el Atlético de Madrid salió del banquillo para disputar los últimos minutos como jugador realista. Muy pocos en el estadio sabían que Januzaj se disponía a jugar su adiós. Últimos 27 minutos. El genio belga se marcha sin terminar de salir de la lámpara de Anoeta.