Euskaber es una cooperativa integrada por 36 baserritarras dedicados a la cría y cuidado de gallinas en libertad cuyo objetivo es que puedan vivir “dignamente” de esta actividad. Con sede en Zaldibia pero socios agricultores de todo Euskadi, su apuesta por una oferta de huevos de calidad garantizada ha sido reconocida en numerosas ocasiones. 

Karmele Pikabea, gerente de esta cooperativa, explica que Euskaber asegura la compra de toda la producción de huevos a los baserritarras, a un precio que además varía para que no pierdan margen de beneficios. Los cálculos para establecerlo tienen en cuenta el precio de la gallina y, sobre todo, del pienso que fluctúa con más frecuencia, de tal modo que no incurren en pérdidas y pueden desarrollar su actividad sin presiones externas.

Producto local

Los camioneros recogen dos o tres veces por semana los huevos de la granjas, los llevan al centro de clasificación de Zaldibia y posteriormente Euskaber se encarga de la distribución en los alrededor de 800 puntos de venta repartidos por Euskadi. “Somos un producto local, por lo que nuestra distribución también está muy localizada”, explica la gerente.

El impacto ambiental de esta cooperativa es indudable, dado que con su acción fomenta una actividad, la agraria, que contribuye al mantenimiento del ecosistema y del equilibrio territorial. Sin embargo, Pikabea va más allá al advertir de que “la sostenibilidad ambiental es necesaria, pero también la económica y la social”

Respecto a la primera, la seguridad de los socios de Euskaber de que van a recibir un precio adecuado por sus huevos garantiza una “vida digna” desde el punto de vista económico. Pikabea señala que el hecho de que esta actividad sea rentable es un buen argumento para atraer a jóvenes a esta actividad, como la cooperativa de Zaldibia ha constatado, lo que contribuye a hacer frente al creciente problema de relevo generacional que vive el sector primario en general.

Interior de una granja adscrita a la cooperativa Euskaber. N.G.

Conciliación familiar

En cuanto a la segunda, la gerente de Euskaber cita varios beneficios que su apuesta aporta a las personas implicadas y a su entorno. Por un lado, señala que en el mundo rural hay agricultores y ganaderos que apenas tienen relación con sus hijos pequeños o no pueden cuidar a padres enfermos, lo que no ocurre con los asociados a Euskaber, que tienen facilidades para conciliar. 

Pero también incide de manera positiva a otros ámbitos al preservar la tradición y la agricultura familiar, mantener vivo el entorno rural y cuidar por la calidad del producto kilómetro cero. Las gallinas son camperas y ecológicas “que viven al aire libre sin hacinamientos”, puntualiza Karmele Pikabea.

Medición

Sin embargo, resulta muy difícil medir este impacto social, según admite la gerente de Euskaber, que sitúa como uno de los retos encontrar los indicadores adecuados para “conceptualizar, visibilizar y comunicar más” los efectos positivos de la actividad de la cooperativa.

Con el objetivo de diseñar un sistema de medición del impacto social de Euskaber, han participado en una iniciativa impulsada por la Universidad de Deusto por la que alumnos desarrollan su trabajo fin de grado en esta empresa. Su misión, establecer una serie de indicadores que permitan a Euskaber ofrecer argumentos de peso sobre los beneficios de su acción y seguir creciendo.