La auditoría encargada por el Ministerio de Transportes para esclarecer lo sucedido en el contrato adjudicado a CAF de 31 trenes que no cabían por los túneles aconseja a Renfe, en su apartado de recomendaciones, que analice “las posibles responsabilidades en las que ha podido incurrir la empresa adjudicataria” por haber, según afirma, ocultado información.
Según señalan las conclusiones de esta auditoría, que el Ministerio ha publicado hoy en su página web, CAF conocía de antemano que los trenes encargados incumplían el gálibo y sus medidas eran incorrectas para el trazado al que estaban destinados. El informe cifra en 54 días la antelación a la firma del contrato, pese a lo que la empresa ferroviaria guipuzcoana lo rubricó. CAF ha declinado hacer declaraciones sobre el asunto a este diario.
La auditoría incide en que Renfe conoció el error en 2021 pero no fue hasta dos años después cuando lo hizo público
El 11 de febrero de 2019 Renfe publicó el anuncio de la contratación de 31 unidades de ancho métrico que se destinarían a Cantabria y Asturias, a las que se presentaron además de CAF las empresas Alstom, Bombardier, Talgo, Siemens y Stadler, aunque finalmente sólo CAF y Stadler presentaron ofertas. Junto con el suministro de trenes, se planteaba el de piezas y repuestos y el mantenimiento parcial de la flota por 15 años, sin que en ese momento ninguna de las ofertantes conociera el error del diseño, según indica el informe de la auditoría.
ADJUDICACIÓN
El 24 de junio de un año después se adjudicó el proyecto a CAF con un presupuesto de 197,5 millones que se repartían entre los 162,2 millones de la entrega de unidades, los 10,7 millones de suministro de piezas y los 32,3 para el mantenimiento por el periodo establecido. La auditoría concluye que no fue hasta noviembre de ese año cuando Adif informó a CAF de que había un problema con las métricas, pero no lo hizo a Renfe.
A pesar de conocer el error, prosigue el informe de la auditoría, la firma ferroviaria con sede en Beasain firmó el contrato 54 días después, el 29 de diciembre de 2020. En una reunión mantenida con la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria en enero de 2021, Renfe conoció que el contrato tal y como estaba redactado no podría desarrollarse, ante lo que procedió a su paralización.
En cualquier caso, el informe asegura que ni Adif, ni CAF, ni Renfe avisaron de este contratiempo a las autoridades de Cantabria y de Asturias ni a la que en ese momento era ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, a pesar de que tanto Adif como Renfe dependían de este Ministerio.
La entidad pública también mantuvo una reunión con la Secretaría General de Infraestructuras y la Secretaría de Estado en abril de 2022, en la que tampoco trasladó las incidencias de este proyecto, hasta que en febrero de 2023 se hizo pública la imposibilidad de construir estos trenes como estaban planteados porque no podían atravesar los túneles del recorrido.
SOLUCIÓN
En esta comunicación, Renfe adelantó que se había encontrado una solución que consistía en emplear una unidad de tren ya fabricada que serviría como guía para el diseño del resto de los trenes. En cualquier caso, este incidente retrasó en dos años la puesta en marcha de estas unidades en las vías de Asturias y Cantabria.
La auditoría constata errores cometidos por Adif, Renfe y CAF. En el caso del fabricante guipuzcoano, el informe recomienda a Renfe que analice las posibles responsabilidades de CAF, puesto que en el contrato firmado se establece que “CAF se responsabilizará de la obtención por parte de las autoridades competentes y de los responsables de infraestructuras correspondientes de toda la información necesaria” y que “mantendrá indemne a Renfe de cualesquiera daños y perjuicios que le pueda llegar a causar un incumplimiento cometido”.
CAF inició el pasado mes de febrero la fabricación de estas unidades con un acto oficial al que acudió el secretario de Estado
Del mismo modo, aconseja a Adif que revise sus canales y procedimientos de comunicación para garantizar que la información que facilita en respuesta a las solicitudes que recibe llega también a terceras partes interesadas, como en este caso Renfe, que fue la empresa contratadora.
El pasado 26 de febrero se inició la producción de estos polémicos trenes, que ascienden a 38 junto con otros alpinos, con un acto oficial al que acudió el secretario de Estado José Antonio Santano y los presidentes de Asturias y de Cantabria, Adrián Barbón y María José Sáenz de Buruaga, respectivamente. Las primeras unidades entrarán en servicio en 2026, con tres años de retraso.