Donostia. Si el Lagun Aro GBC no ganó ayer en Bilbao, no lo hará nunca. Es increíble que el equipo guipuzcoano de nuevo se volviera de vacío del derbi jugado esta vez en Miribilla como ya ocurrió en años anteriores en La Casilla o en el BEC. El equipo de Laso tenía el triunfo en la mano. En un partido jugado de poder a poder, con todos los ingredientes que debe tener un buen duelo de basket, el Lagun Aro terminó cayendo, con prórroga de por medio, por 92-86. Pero debió haber resuelto antes de ese tiempo extra, cuando tenía al rival noqueado y la victoria en el bolsillo. Sus propios errores y también la mala fortuna impidieron ganar un derbi que habría subido hasta el infinito la moral de jugadores y aficionados.
La jugada de la que se hablará durante días llegó cuando faltaban seis segundos para el final del último cuarto. Domen Lorbek había hecho su trabajo anotando sus dos tiros libres y poniendo al Lagun Aro tres puntos arriba (73-76). Fotis Katsikaris pidió tiempo muerto para preparar una última jugada a la desesperada. Obviamente, la única opción para el Bilbao Basket era meter un triple y forzar así la prórroga. El objetivo del Lagun Aro, por tanto, era hacer falta y que su rival no llegara ni siquiera a ese triple. Pero no solo tiró uno, sino dos. Primero fue Vasileiadis, que falló. El balón salió despedido a ocho metros, Aaron Jackson lo cogió del suelo y se elevó para anotar y empatar sobre la mismísima bocina. Tanto que los árbitros se pasaron un buen rato viendo repetida la jugada en el monitor de la mesa de anotación para decidir si había sido válida. Fue buena. El americano hizo lo mismo que Salgado había hecho cinco años antes.
Se puede hablar de mala suerte, que la hubo, pero el Lagun Aro podía haber evitado ese desenlace haciendo falta. O bien Laso se la jugó a defender, o bien los jugadores no supieron hacer esa falta. Fatal en cualquiera de los dos casos. Es incomprensible que, con tres arriba, permitas al rival tirar no solo uno, sino dos triples para empatar en solo seis segundos, aunque también es cierto que la jugada fue rara y embarullada. Un regalo que un equipo de la categoría del Bilbao Basket no suele perdonar y que le hizo llegar pletórico de moral a la prórroga, donde un estelar Mumbrú -con tres triples consecutivos- acabó por hundir a un Lagun Aro que llegó tocado a esos cinco minutos extra y que ni siquiera pudo poner resistencia a un rival muy superior.
Fue una verdadera pena que esos seis segundos finales tiraran por la borda el excelente trabajo realizado por el Lagun Aro antes. Porque el equipo de Laso jugó ayer su mejor partido precisamente desde el derbi ante el Bilbao Basket en Donostia. El equipo empezó blando y llegó a ir perdiendo por quince puntos en el minuto ocho. Pero luego se puso las pilas y jugó como no lo había hecho en los últimos tres meses. Duro atrás, con las ideas muy claras, con un Jimmy Baron Jr. simplemente excelso, con un juego interior dominante y, además, con un Lorbek estelar, aportando desde el banquillo esos puntos que tantas veces se han echado en falta.
Baron lidera la remontada La mejor versión del Lagun Aro se vio cuando peor estaban las cosas, con 23-8 en el marcador y con un Bilbao Basket que jugaba a placer. A Laso le salió mal el experimento de poner a Alfonso Sánchez y Tskitishvili en el quinteto inicial, porque ambos jugaron fatal. Fue con la entrada de Baron y Miralles cuando el equipo empezó a funcionar. El americano metió catorce puntos en un segundo cuarto sublime y, secundado por el acierto de Lorbek (tres triples antes del descanso), metió de lleno al Lagun Aro justo antes de enfilar vestuarios (40-37).
Los de Laso siguieron a lo suyo en la reanudación, dominando el ritmo del partido con un Salgado que, superados los nervios iniciales, también se animó a anotar. Por momentos, el Lagun Aro parecía muy superior y, con un parcial de 1-17, se puso ocho puntos arriba (54-62). El vizcaino empañó esos buenos minutos con una pérdida de balón y unas protestas que le hicieron llevarse una técnica. Tenía razón, porque los árbitros le castigaron primero con una falta absurda y luego no vieron falta en un posible empujón al propio Salgado en la última jugada del cuarto, pero las protestas no venían a cuento y le costaron caras a su equipo. El de Santutxu se mostró luego muy crítico con el arbitraje.
El Bilbao Basket aprovechó la circunstancia para apretar el marcador (64-64) y ésa fue la tónica hasta el final. Sin embargo, un triple de Lorbek y dos tiros libres de Baron dieron cuatro puntos de renta al GBC (70-74) a menos de dos minutos. Antes del fatídico último triple de Jackson, Miralles había fallado dos tiros libres y el propio Jackson había errado un tiro fácil. Pero pocos segundos después se resarció con ese triple que sus rivales nunca debieron permitirle tirar.
Sin opciones en la prórroga ¿Por qué no hizo falta el Lagun Aro? La pregunta rondará la cabeza de jugadores y técnicos durante mucho tiempo. Con tres puntos arriba, solo hay una opción: que el rival no tire triple. Pero tiró dos. Y metió el segundo, lo que llevó el partido a la prórroga, que fue un monólogo vizcaino con un Lagun Aro que, tras el mazazo, había bajado los brazos. Una pena, porque entre una cosa y otra, el equipo no acaba de despegar. Cuando juega mal pierde y cuando juega bien como ayer, también. La zona de play-off está ya a cuatro triunfos, con lo que el equipo de Laso ha perdido todas sus opciones de luchar por algo bonito e ilusionante demasiado pronto. El técnico tendrá mucho trabajo de motivación por delante para que sus jugadores no se dejen llevar por la comodidad clasificatoria.