"lo único que pido a un proyecto es seriedad y que tengan confianza en mí". Lo que no pensaba Arturo Álvarez es que esos proyectos iban a llegar desde Paraguay y Portugal, y menos justo después de su peor momento como entrenador, con su salida de mala manera del Alicante, donde recaló tras dejar el Lagun Aro GBC.
Mediada la pasada temporada, Arturo Álvarez se encontraba en Mieres (Asturias), su localidad natal, disfrutando de la familia, los amigos y la gastronomía asturiana, pero deseando volver a entrenar, la única ambición de alguien tan inquieto como él. Más aún tras la frustrante experiencia en Alicante. Cuando recibió la llamada del Alvargómez, de la Liga Femenina 2, empezó a cambiar su suerte. Una de las jugadoras a la que dirigió allí era Claudia Aponte, a quien debieron gustar los métodos del técnico asturiano, ya que lo recomendó a la federación de su país, Paraguay, que entonces andaba buscando un técnico para dar un salto cualitativo. Convencido de los argumentos de Claudia Aponte, el presidente de la Federación Paraguaya, Marcelo Bedoya, llamó a Arturo. "Quiero que seas el seleccionador de las selecciones absolutas masculina y femenina de Paraguay y que te encargues de la formación de los entrenadores del país". Vamos, le ofreció ser el jefe del basket paraguayo. Y Arturo, inquieto, aventurero, "poco perezoso para hacer las maletas", aceptó. No todos los días recibe uno una llamada así.
"Me convenció la magnífica predisposición del presidente y no me lo pienso. Me tiro a la piscina literalmente hablando. Creo que ser seleccionador nacional a cualquier nivel está al alcance de muy pocos", cuenta Arturo, que cogió el avión hasta Asunción, capital de Paraguay, y se encontró con un baloncesto muy distinto al de la ACB o la LEB, donde había trabajado los últimos años, y con un enorme volumen de trabajo, ya que se tuvo que poner al día rápidamente.
objetivos cumplidos
Las dos selecciones disputarán el Preolímpico en 2011
"Compaginar las dos selecciones conlleva mucho trabajo y responsabilidad. Es un no parar", reconoce. Su primera misión fue viajar por el país para ver en directo y hablar con los jugadores, y tratar de cambiar los métodos de un baloncesto que está a un nivel inferior al europeo. "Había que cambiar la ética de trabajo y los métodos. Por ejemplo, ellos no suelen utilizar los medios audiovisuales que usamos nosotros continuamente para el scouting. Pero la predisposición de todos fue muy buena. Un entrenador español está muy bien considerado allí y todo fueron ayudas a la hora de comenzar el trabajo". El objetivo que le marcaron en la Federación Paraguaya fue hacer en el Sudamericano un mejor papel del habitual, ya que el país guaraní ha solido quedar en última posición.
"Cumplimos el objetivo con creces", resalta Arturo. "Llevaban doce años ocupando la última plaza y logramos ser semifinalistas con la selección femenina y ocupar el quinto puesto con la masculina. Estos resultados nos han permitido clasificar a ambas selecciones para el Preolímpico, algo histórico en el país y con lo que nadie soñaba hasta ahora". No está nada mal para una liga, la paraguaya, en la que muchos de los jugadores ni siquiera son profesionales y que tiene un nivel "de LEB Plata o de parte baja de LEB Oro, pese a que el baloncesto es el segundo deporte del país detrás, por supuesto, del fútbol", tal y como dice el propio Arturo Álvarez.
A los buenos resultados profesionales se unió el buen trato personal, así que el extécnico del Lagun Aro GBC está encantado con su experiencia: "Me he sentido muy cómodo y muy querido. La gente te paraba por la calle para felicitarte. Un 80% del tiempo fue dedicado al basket y un 20% me valió para conocer otro país y otro mundo totalmente diferentes al europeo".
cambio de planes
No fue a México y le llamó el Barreirense portugués
Tras conseguir su objetivo de empezar a profesionalizar el basket paraguayo y clasificar a ambas selecciones para el Preolímpico, Arturo volvió a Asturias y pocos días después recibió una oferta de un club mexicano. En un principio aceptó, pero se echó para atrás a ultimísima hora, prácticamente cuando iba a coger el avión. "El contrato nunca llegó a mis manos y me entró el miedo a una poca seriedad del club. Son cosas que pasan", cuenta el asturiano, que tardó muy poco en recibir buenas noticias, y además por partida doble. Justo cuando la Federación Paraguaya anunció que Arturo seguiría haciéndose cargo del baloncesto del país al menos durante 2011 y probablemente hasta 2014, el Barreirense portugués requirió sus servicios. Una propuesta que también tenía su miga, porque el equipo marchaba en ese momento último, con cinco derrotas en otros tantos encuentros.
Sin embargo, Arturo aceptó volver a un país donde ya estuvo dirigiendo al Madeira en 2005. Por ahora, la empresa de reflotar al Barreirense está siendo difícil. "Desde mi llegada hemos ganado dos partidos, uno en liga y otro en copa, pero seguimos abajo y me queda mucho trabajo por hacer", reconoce Arturo, que la próxima primavera volverá a Paraguay pase lo que pase con el Barreirense: "Han confiado el baloncesto a mi persona y es un reto y una responsabilidad altísimas, pero estoy encantado de llevar las riendas de un país en clara evolución en el basket".
Entre tanto viaje, el asturiano de 34 años no oculta cuál es su objetivo a medio-largo plazo: "Volver a España, pero eso no depende de mí, así que estoy abierto a todo".