Antes de dar el salto al resto de capitales de Euskal Herria, las Sesiones Lumière, el ciclo de clásicos organizado por el Instituto Lumière de Lyon y por la Filmoteca Vasca, arrancará mañana en la sala de cine de Tabakalera con la proyección de la último largometraje mudo del cine francés, Dans la nuit, de Charles Vanel. La proyección estará presentada por Maëlle Arnaud y contará con música en directo de Joserra Senperena, que ha compuesto una partitura para este largometraje.

¿El Instituto Lumière colabora con otras cinematecas como lo hace con la Filmoteca Vasca? 

De esta manera, no. Es la única colaboración de este tipo. Es cierto que en la historia del Instituto hubo otras colaboraciones, pero hace tiempo que no hacíamos algo así. Es un gran placer contar con la invitación de la de la Filmoteca Vasca. 

En el espíritu de todas las cinematecas está el de la divulgación. En ese sentido, la colaboración entre cinemáticas para será fundamental.

Es importante saber lo que funciona en los programas de las filmotecas, qué tipo de público tienen y cómo funciona... En definitiva, es importante que las filmotecas hablemos, también de los fracasos. Es muy interesante para saber cuál es el estado de la cinefilia del momento y cómo se puede trabajar para acentuar un tipo de filmografía o de cine. 

Entonces, será importante compartir experiencias con filmotecas de otros países.

También. Por ejemplo, hicimos en Francia una gran retrospectiva del cine francés de los años 30 y no fue un gran éxito. Cuando hablamos con amigos de la de Filmoteca italiana, nos dijeron que allí hubiese triunfado. Concluimos que lo mismo podría haber ocurrido con el cine italiano de los 40: una retrospectiva al respecto hubiese sido un gran éxito en Francia, pero no en Italia.

Habla de la cinefilia, algo que parece inherente al ciudadano francés.

Por supuesto, la cinefilia en Francia no es igual que en otras parte del mundo (ríe). Pero se nota que, en los últimos diez años, la cinefilia y el conocimiento de la historia del cine han cambiando muchísimo. En Francia trabajamos para que la cinefilia siga siendo importante. 

"Es importante que las filmotecas hablemos entre nosotras; también de los fracasos"

Es lógico que exista una querencia por el séptimo arte. No en vano, el cinematógrafo se inventó en Lyon.

Entre los años 50 y los años 80, las instituciones de Lyon no pusieron en valor el hecho de ser la ciudad en la que nació el cine. Al principio, fue bastante difícil convencer al Gobierno de Lyon de su importancia. Fueron cineastas históricos los que hicieron este trabajo de memoria pública. Pienso que ahora sí, la gente sabe que el cine se inventó en Lyon.

El ciclo de Sesiones Lumière se iniciará con ‘Dance la nuit’, que es la última película muda el cine francés. ¿Cómo fue el trabajo de restauración?

Fue muy interesante porque el negativo se encontraba en buen estado. El trabajo de restauración ha podido ser muy bueno y la restauración es estupenda. Nosotros no sabíamos lo que se podía hacer con el material que teníamos; fue una muy buena noticia. Hemos visto un montón de películas de los años 20 y me parece que es una de las más bellas restauraciones del cine mudo. Fue muy interesante trabajar sobre la película, es bastante desconocida. En los 80 hubo unas pocas proyecciones, no se le dio la importancia debida. A su vez, el hecho de que sea la última película muda del cine francés es muy importante, sobre todo, para el Instituto Lumière: las primeras películas de la historia del cine y, por lo tanto, del cine mudo fueron las películas de los Lumière y, ahora, hemos restaurado la última película muda del cine francés. Hemos cerrado un ciclo.

‘Dans la nuit’ se estrenó en 1930 pero cayó en el olvido. 

Sí. Fue algo muy triste para Charles Vanel, que era un actor muy conocido y muy famoso en Francia. Para entonces había rodado como actor unas 40 películas. La decisión de dirigir fue muy importante porque había decidido dejar de actuar. El fracaso de la película fue un gran golpe para él. Se estrenó en el peor momento: todas las salas en Francia se habían preparado para el cine sonoro y no supieron qué hacer con la película. Es cierto que hubo algunas sesiones, porque las salas habían ayudado a producir la película, pero sólo unas pocas. Eso fue tan duro que Charles Vanel decidió romper con la idea de ser cineasta y la película desapareció. Obtuvo buenas críticas pero la mayor parte de la prensa quería hablar del cine sonoro.

Hablaba de algunas proyecciones que se hicieron en los 80. A principios de los 2000 Bertrand Tavernier, antiguo presidente del Instituto Lumière, encargó a Louis Sclavis una banda sonora jazzística para ser interpretada junto a ‘Dans la nuit’.

Exacto. Se encargó para la primera restauración, un trabajo bastante ligero. El Instituto encargó a Sclavis una música especialmente para la película. Hemos vuelto a hablar con él porque queremos que haga algo con esta composición, que era muy buena. En los 2000 Dans la nuit también se proyectó en la televisión francesa a través del canal Arte. Fue muy importante para que la película volviese a la memoria de los cinéfilos.

En Donostia y en Bilbao se presentará con una actuación de Joserra Senperena, que ha compuesto una nueva partitura. En Lyon se exhibió con música en directo. 

Esa es la idea, que en cada lugar se elija la manera de acompañarla. Para nosotros es maravilloso, porque cada vez que veamos a la película con una música nueva, apreciamos cosas distintas. Además, es muy interesante presenciar cómo cada músico transforma en música sus emociones y sus percepciones sobre Dans la nuit.

Hablaba de la cinefilia. Como programadora, ¿ve interés de las nuevas generaciones en el cine clásico?

Sí y no. Depende de a qué nos refiramos con cine clásico. Para mí el cine clásico es el cine francés de la década de los 30. Pero, ahora, para un joven de 20 años el cine de los años 90 es muy antiguo. Es algo de lo que debemos darnos cuenta. Cuando nacieron las filmotecas, la historia del cine constaba de unas pocas décadas; ahora hay más de un siglo de cine. Cuando hablo con colegas programadores noto que muchos programan lo mismo, como si sólo hubieran pasado 20, 30 o 40 años desde el inicio o la expansión del cine. Por supuesto, no hay que dejar a un lado la cinematografía de los años 30, pero hay que asumir que el cine de los 80, 90 y 2000 comienza a pertenecer al pasado. Hacerlo nos llevará a cambiar la perspectiva de lo que es la historia del cine.

En las Sesiones Lumière, además de cine estrenado entre los 20 y los 50, también han incluido películas de los 70 y de los 80 como ‘Apocalypse Now’ o ‘Toro salvaje’.

Una selección como la de estas sesiones sirve para demostrar que la historia del cine es tan diversa como la propia selección. Cuando programamos en el Instituto es muy importante que cada tipo de cinéfilo sienta que hay algo para él, aunque venga sólo una vez al mes. Que sienta que en un lugar así se puede ver de todo porque todas esas películas pertenecen a la historia del cine. 

"La mejor manera de sensibilizar a los jóvenes en contra del patriarcado es que vean películas de los 50 para que se den cuenta de que no se puede hablar así de las mujeres"

Si tuviese que convencer a un joven en la veintena para acudir a ver una película muda en blanco y negro, ¿cómo lo haría?

Para mí hay muchas películas modernas que han envejecido mal y hay otras muy antiguas que se pueden ver con el mismo placer que una película nueva. Algunos códigos de narraciones por supuesto que han cambiado, como lo ha hecho el humor, pero para mí es una evidencia de que hay películas muy viejas que siguen siendo muy modernas en su narración, en el tipo de de historia y en la estética.

Ahora al cine se accede de otra manera, no sólo en salas.

Antes sólo había proyecciones en filmotecas y en salas. Con las plataformas y con Internet la gente piensa que todo está disponible, aunque no sea del todo cierto. Que sea más fácil descubrir la historia del cine, cambia la manera de aprender sobre ella. Tenemos que preguntarnos: ¿por qué va a venir un joven al Instituto Lumière si puede ver la película en su ordenador? ¿Qué tipo de película y qué tipo de servicio proponemos para que la gente piense que es importante ir a la salas?

Es cierto que las cinematecas conservan copias de las películas, pero ante el descenso de la producción del formato doméstico, ¿le preocupa el poder de las plataformas sobre el acceso a las películas? Hace unos años HBO decidió retirar ‘Lo que el viento se llevó’ por considerarla racista, aunque finalmente dio marcha atrás por la polémica que causó la decisión.

Las filmotecas no piensan cuál va a ser recepción de una película en función a los nuevos códigos que imperan en la sociedad. Pero es muy grave que puedan desaparecer películas muy importantes, argumentando que no se quiere más de eso. Por supuesto, esto no significa que no importe el discurso de una película; al contrario, es muy importante. Pero nosotros sabemos situar una película en su contexto y sabemos hablar de una película para juzgarla formalmente o discursivamente. Por ejemplo, es muy grave que Disney cambie los doblajes de sus clásicos para cambiar el sentido de lo que se dice. Además, Disney+ añade en algunas de sus películas un rótulo diciendo, prácticamente, que lo que sigue es una vergüenza. El formato doméstico en esto es muy importante porque no van a desaparecer por decisión de un directivo de una plataforma. 

¿Existe cierto moralismo?

Decir que todo es malo es fácil. Me parece muy grave intentar borrar el pasado, lo que hay que hacer es aprender de él. Por ejemplo, el patriarcado ha sido hegemónico y la mejor manera de sensibilizar a los jóvenes es que vean películas de los 50 para que se de cuenta de que no se puede hablar así de las mujeres.