El Bidasoa recibe este martes (20:45 horas) al poderoso Limoges con la idea de ganar, ofrecer una gran noche europea a los suyos y seguir en la pelea por el primer puesto del grupo. El que da el pase directo a cuartos, caché continental y descarga una eliminatoria del calendario. “El objetivo es llegar al final con opciones de ganar, creo que podemos y que vamos a hacerlo”, ha señalado el entrenador bidasotarra, Álex Mozas, que ha apelado al embrujo de Artaleku: “Los días que hemos necesitado y han apretado, como Benfica o Ystads, se ha notado mucho. Esa será la combinación: que estemos bien y que la afición nos ayude”.
El pan y la mantequilla del Bidasoa son la Liga y la Copa, pero a nadie le amarga un dulce como Europa. Sobre todo cuando va bien o muy bien, como en el caso de los guipuzcoanos: lideraron su grupo y encabeza la Main Round, donde el martes encajó una dolorosa derrota primero por no acertar a cerrar el choque en semejante escenario y después, la errada decisión arbitral final.
Con la victoria liguera de oficio en Huesca —ganar en Liga entre Limoges y Limoges era clave—, el Bidasoa quiere dejar atrás el sabor amargo del final del martes pasado, convertir ese sentimiento de “rabia” en combustible —sin que el motor se gripe por extramotivación— y llevar esos grandes 55 minutos hasta los 60. Se propone hacerlo en un Artaleku que apunta a colgar el cartel de No hay entradas.
Primer ingrediente, buen balonmano
El primer elemento que el conjunto guipuzcoano deberá poner sobre la mesa será el balonmano: mucho y bueno para batir al único de los 16 clubes de la Main Round capaz de sumar dos triunfos. Pese a los 55 primorosos minutos que los de Álex Mozas firmaron en Beaublanc, el propio técnico tiene claro que no se pueden despistar: “Es un grandísimo equipo que tiene muchos recursos, mucho presupuesto y juegan bien. Cuando te enfrentas a un equipo con tantísima plantilla, son muchas cosas las que tienes que vigilar”.
“Podemos ganar y la diferencia de goles está ahí, de un gol. Necesitamos la mejor versión del equipo, la mejor versión de Artaleku también. Estoy seguro que ellos van a cumplir al 100% y nos queda a nosotros, los que estamos en la pista”, ha asegurado Mozas, que mezcla la “rabia” del partido de ida con la “tranquilidad” de tener garantizada al menos una ronda europea más.
“Si ganamos, seguimos teniendo opciones de entrar directos en cuartos de final, con la tranquilidad de que estamos ya en octavos de final”, ha expresado, sin esconder “la ambición de intentar hacer historia por primera vez en esta competición y meternos en cuartos”. Dos veces semifinalista de la extinta Copa EHF (ante Alzira, 1994; ante Magdeburgo de Alfred Gislason, 2001), en la EHF European League el Bidasoa no conoce la eliminatoria previa a la Final Four de Hamburgo.
Victoria para mirar a cuartos
La única vía para hacerlo este año será ganar a Limoges y no perder en Lisboa. Paso por paso, el partido de la ida es una referencia para derrotar al poderoso equipo galo, pero no la única. “Vimos cuáles son las claves de lo que tenemos que mejorar en el partido de ida, ellos harán lo mismo, con lo cual quizá lo que valió mucho en el partido de allí no va a valer tanto aquí”, ha reconocido el técnico amarillo, que tiene claro que el punto de mejora el equipo lo tiene en defensa, “el control de los pivotes sobre todo, que nos hicieron daño allí, y de los lanzadores lo que tenemos que mejorar”.
“Con la confianza de que lo vamos a hacer y que vamos a poder contrarrestar un poco esas armas que ellos tienen y que volvimos a verlas en su último partido de Liga, juegan muy bien esas situaciones y nosotros tenemos que apretar y mejorar ahí”.
Frente a la frialdad de Beaublanc salvo en la recta final del duelo, Mozas no duda de que la grada, al borde del sold out, apretará: “Estoy seguro de que les espera un infierno a ellos en cada acción que jueguen, y nosotros dentro de la pista también se lo tenemos que hacer sentir así”.
La emoción de Jon Azkue
Si a la gran noche europea le faltaran alicientes, hay uno más: el regreso en las filas rivales de Jon Azkue y José Manuel Sierra. El caso más especial será el del excapitán oriotarra, que estos días ha recordado que Artaleku es su “casa” y que vivirá momentos “muy especiales” cuando vuelva a Irun.
Limoges quiere la vía rápida
Enfrente, un Limoges que quiere ventilar el pase a cuartos por la vía rápida. Así lo reconoció su técnico, Alberto Entrerríos, minutos después del partido de la semana pasada. Su equipo, el único de los 16 que ha sumado dos victorias en la Main Round, acababa de protagonizar una librada sobre la que quiere construir su futuro: si el Bidasoa hubiera podido amarrar al menos un punto, derrotar a los galos en Irun hubiera sido asegurar el primer puesto. Ahora debe hacerlo y no perder en Lisboa, salvo que Ystads puntúe en la última jornada.
De ahí la trascendencia de la dudosa decisión que tomaron los colegiados Aleksandar Jovic y Nedim Arnautovic. El choque de Artaleku lo dirigirán dos viejos conocidos tanto del Bidasoa como de Irun: Denis Bolic y Christoph Hurich, con el croata Sinisa Rudic como delegado federativo de la EHF. La pareja arbitral austríaca pitó el Bidasoa-Wisla Plock que ganaron in extremis los polacos (28-29) en una lección de orgullo marcada por las bajas locales por la covid.
La vinculación de Rudic con el Bidasoa viene de cuando era colegiado y dirigió en la exitosa Recopa del 1997 junto a Anto Josic en Praga ante el histórico Dukla (25-26). Ya como delegado, debutó en Artaleku en el vibrante empate de Champions ante Tatran Presov en 2019 y estuvo presente en el 23-37 guipuzcoano en Winterthur (Suiza).