El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, ha sido elegido este sábado nuevo presidente del PP con el 98,35 por ciento de los votos válidos de los compromisarios congregados en Sevilla en el XX Congreso Nacional del partido.

Feijóo, único candidato a la elección, se hace así con las riendas del partido en sustitución de Pablo Casado, que renunció al liderazgo de la formación tras la grave crisis interna desatada por su enfrentamiento abierto con la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso.

La presidenta del cónclave sevillano, Teófila Martínez, ha anunciado al plenario que en las votaciones celebradas esta mañana en el Palacio de Exposiciones y Congresos de Sevilla han participado 2.670 compromisarios de los 3.111 que componen el censo, y de los que han emitido votos válidos 2.633 representantes.

Finalmente, Feijóo ha conseguido 2.619 votos, que representan el 98,35 por ciento de los emitidos válidamente; además, se han depositado 44 papeletas en blanco y ha habido siete votos nulos.

Feijóo, que presentó 55.580 avales al formalizar su candidatura, logró en la primera vuelta el apoyo de los afiliados al cosechar 36.781 votos -el 99,63% de los votos válidos emitidos-, que supone el apoyo del 88% de los casi 42.000 militantes que se habían inscrito para participar.

De esta manera, Núñez Feijóo se convierte en el noveno presidente que ha tenido en su historia el Partido Popular, fundado en plena Transición democrática, en 1977.

Antes de él lideraron la formación Federico Silva Muñoz, Félix Pastor, Manuel Fraga, Gerardo Fernández Albor, Antonio Hernández-Mancha, José María Aznar, Mariano Rajoy y Pablo Casado, de los cuales dos han sido presidentes del Gobierno (Aznar y Rajoy).

Tras conocer los resultados de la votación, Feijóo ha subido a la tribuna para ofrecer su primer discurso cómo líder del partido. "Gracias por elegirme presidente del PP pero esta elección solo es el principio porque lo importante de verdad ahora es seguir juntos para que los españoles nos elijan para gobernar su futuro. Gracias a todos de corazón", ha proclamado, para hacer una mención especial a la dirección saliente y a su "amigo" Pablo Casado.

En su intervención, Feijóo ha reivindicado a su formación como el "partido de todos" para la "España de todos", la "España común" que no se enfrenta ni quiere polémicas estériles, en oposición al Gobierno de Pedro Sánchez y a Vox, y ha defendido que son los únicos que saben gobernar.

El nuevo presidente del partido ha sostenido que el PP sale "a ganar" y "no a esperar a que los partidos del Gobierno pierdan". "No se trata de esperar por el turno para gobernar, que seguro que va a llegar: no vamos a esperar a que caiga el Gobierno como consecuencia de su propia ineficacia, no hay que resignarse", ha recalcado Feijóo.

Hasta entonces, el PP hará oposición pensando en lo que a España le vaya "mejor" y firmará pactos porque sus adversarios son sus rivales políticos, no España, ha argumentado Feijóo, lo que no ha sido incompatible con una intervención repleta de críticas al Ejecutivo y en la que también ha marcado distancias con Vox, sin mencionarlo.

Feijóo quiere dejar atrás una España dividida y se ha preguntado por qué hay que enfrentarse por la igualdad, por la violencia, por el rechazo del terrorismo o por la paz. Propone en cambio dejar atrás "polémicas forzadas" y enfrentarse a los "problemas reales".

"El PP es hoy el mejor y único instrumento para que España logre el cambio que necesita, un cambio profundo, como todos, profundo y tranquilo, del que no está excluido nadie, ningún español. A España se la puede amar de muchas maneras, pero hay que dejar fuera el conformismo, el rencor, la revancha y la división", ha exclamado Feijóo, que pide guardar las "soflamas" y empezar "de una vez a trabajar como adultos en la política española".

Feijóo ve "hambre de cambio" y cree que España está esperando al PP porque siempre le espera "en los momentos difíciles" y porque merece "más" que un "Gobierno desbordado por la realidad", "dividido" y "triunfalista" y por eso el PP ofrece "fiabilidad, madurez, sentido de Estado y un rumbo claro".

El líder del PP ha pedido respetar la Constitución, la unidad y la soberanía de España, porque la integridad del país "no se negocia con nadie" y está por encima del PP, y ha ofrecido su apoyo al Gobierno para "cesar a los ministros que hacen oposición" y "no depender de nada ni nadie de los que quieren fracturar España".

También ha cargado contra Sánchez por su giro unilateral respecto al Sahara y ha argumentado que la política exterior "no es cosa de un hombre, sino de todos los españoles", al tiempo que ha ofrecido una alternativa que sí baje los impuestos y que defienda al tiempo los servicios públicos.

Ha avisado Feijóo de que el PP no va a ser el que "quieren otros partidos" y ha argumentado que "moderación no es tibieza, diálogo no es sometimiento" y por eso no les van a "intimidar" ni con presiones, ni con descalificaciones ni con propaganda. "En el sentido de Estado nos localizaran, es bien fácil, de ahí no nos moverán", ha argumentado.

"Lo que nos distingue del resto de partidos en el Gobierno y en la oposición es que nosotros sabemos gobernar", ha recalcado el nuevo líder de los populares, que ha destacado además que "gobernar significa desgastarse para que no se desgaste tu país".

Feijóo ha pedido también unidad a su partido, en un discurso que pone el broche final a una jornada en la que no se han revelado nuevos detalles del que será su equipo y en la que el PP, también el europeo, ha cerrado filas en torno a su liderazgo.

En un congreso sin debate ideológico y en el que se ha pasado de puntillas por el enfrentamiento entre Isabel Díaz Ayuso y Pablo Casado que provocó el cónclave, y que han dado por superado, el PP se ha situado ante todo en el centro e incluso ha recalcado que abre puertas y ventanas a votantes de izquierda, derecha y centro.

La aspiración es volver a recuperar las mayorías de José María Aznar y Mariano Rajoy, que como el resto del partido han bendecido al nuevo líder, aupado también por barones autonómicos satisfechos con un partido que ahora sí reparte poder entre los territorios y donde Andalucía tiene un papel clave, con la máxima "lealtad" ofrecida por Juanma Moreno para conseguir un PP moderado y "en la centralidad".

EL DECRETO ANTICRISIS, SU PRIMERA PRUEBA DE FUEGO

El barón gallego toma las riendas de la formación con el reto de convertirse en alternativa al Gobierno de Pedro Sánchez y frenar a Vox ante el nuevo ciclo electoral que comienza este año con las elecciones andaluzas.

El jefe de la oposición tendrá su bautismo de fuego este mismo mes con su primera decisión política clave: el sentido del voto del Grupo Popular en la convalidación en el Pleno del Congreso del real decreto ley de medidas para afrontar la escalada de precios.

Por lo pronto, Feijóo ya ha avisado a Sánchez que debe "rectificar, modificar o enmendar" su plan, o estará "invitando" a los 'populares' a no apoyarlo en la Cámara Baja, máxime cuando hay malestar en el partido por haber obviado la bajada de impuestos a la que se comprometió en la Conferencia de Presidentes de la isla de La Palma. Sin embargo, el jefe del Ejecutivo tiene esperanzas de que el PP apoye ese decreto y se sigue "agarrando a ese clavo", según admitió hace un par de días ante los periodistas antes de abandonar el Congreso.

Precisamente una de las principales incógnitas de esta nueva etapa es cómo será la interlocución entre Sánchez y el nuevo líder del PPy si habrá margen para fraguar pactos de Estado, algo que no ocurrió con su antecesor, Pablo Casado, salvo el acuerdo para renovar el Tribunal Constitucional, el Defensor del Pueblo y el Tribunal de Cuentas.

De hecho, el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) lleva más de tres años con su mandato caducado y está por ver si Sánchez y Feijóo consiguen consensuar su renovación. El barón gallego se ha mostrado dispuesto a alcanzar pactos de Estado sobre cuestiones que son "importantes" para el país y ha dicho que el PP tiene la "obligación de escuchar y responder" a las propuestas que se le hagan, si bien cree que hacer "pactos europeístas, atlantistas y constitucionales no es fácil" con el Gobierno de PSOE y Unidas Podemos.

LA RELACIÓN CON VOX Y LA INVESTIDURA DE MAÑUECO

En las filas del PP admiten que el actual clima de descontento social y la falta de diálogo del Gobierno con algunos sectores tampoco ayuda a alcanzar consensos. En cualquier caso, se espera que Sánchez reciba a Feijóo en Moncloa en breve, tras ser coronado oficialmente líder del primer partido de la oposición en el cónclave de Sevilla de este fin de semana.

La relación con Vox es otra de las incógnitas en este momento. Feijóo apuesta por construir un "espacio de centralidad" alrededor del PP para conseguir un "cambio democrático" en España y quiere recuperar votantes de ese partido que en su día apostaron por el Partido Popular.

De hecho, está pendiente la investidura del candidato del PP a la Presidencia de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, que ya será con Feijóo al frente de Génova 13. El mandatario gallego tendrá que decidir si asiste a esa toma de posesión y si es así, allí coincidirá con Santiago Abascal.

PREPARAR LAS PRÓXIMAS CITAS ELECTORALES Y FIJAR CONGRESOS REGIONALES

A nivel interno, Feijóo deberá culminar el proceso de renovación interna que comenzó su antecesor poniendo fecha a la decena de congresos regionales pendientes, entre ellos el del PP de Madrid que elegirá previsiblemente a Isabel Díaz Ayuso como nueva presidenta del PP madrileño.

Además deberá preparar al partido para afrontar el próximo ciclo electoral que, en teoría, tendrá como primera parada las elecciones andaluzas de este año, en las que Juanma Moreno aspira a revalidar el Gobierno aunque, según las encuestas, su compañero de viaje en la nueva legislatura podría ser Vox.

En mayo de 2022 será el turno de las elecciones municipales y autonómicas y después vendrán las generales siempre que Pedro Sánchez mantenga su compromiso de agotar la legislatura, como ha repetido en sus últimas intervenciones públicas.

SU SUCESIÓN AL FRENTE DE LA XUNTA DE GALICIA

Con carácter más inmediato, Feijóo tendrá que organizar su sucesión al frente de la Xunta de Galicia. Hace unos días ya dijo en Orense que "a partir de la primera semana de abril" prevé empezar a "concretar" cuál es la fórmula elegida para la sucesión. En las quinielas figura el vicepresidente primero, Alfonso Rueda, como el mejor situado para hacerse con el bastón de mando.

Además, ya ha firmado su dimisión como presidente de los populares gallegos. Los estatutos de la formación recogen que no es posible compaginar el liderazgo del partido a nivel nacional con el de la organización en Galicia.

Aunque en las filas del PP dan por sentado que Feijóo ocupará un escaño en la Cámara Alta como senador por designación autonómica, en el equipo de Feijóo han señalado a Europa Press que en este momento no hay nada decidido. Un acta en la Cámara Alta le permitiría debatir una vez al mes con Sánchez, en las sesiones de control, y convertirse en presidente del Grupo Popular, al tiempo que le garantizaría el aforamiento.