Ha terminado el Festival. ¿Cree que el documental de Évole sobre Josu Urrutikoetxea se ha olvidado ya?

Yo no lo he olvidado porque me parece un documental interesante probablemente lo vuelva a ver fuera del fragor. Si hablas de la polémica, aún siguen saliendo artículos por ahí de gente que no la ha visto. El debate se ha puesto en el sitio que se tenía que poner: hay gente que ha visto y ha opinado.

Sortu también salió a criticar la parcialidad de su documental

Está clarísimo que les pone de los nervios pero, al mismo tiempo, cuando les han preguntado si debe proyectarse, ellos no entran a decir si el Zinemaldia la debe programar o no, porque eso es cosa del Festival. Me parece estupendo que, una vez de visto, Sortu deteste el documental. Sin embargo, el grupo de demócratas que se refiere a Sortu como herederos de ETA y que defiende la democracia quieren impedir que veamos una película antes de que ellos la vean. Algo raro está pasando. Yo entiendo a Muñoz Molina cuando dice que no lo quiere ver. Yo no voy a pedir a nadie que lo haga, pero quien quiera debe poder hacerlo. 

¿Aún sigue el debate sobre si blanquea o no a eta?

Sólo puedo decir que cargos importantes de todos los partidos democráticos la han visto. Todos tenían claro que no blanquea a ETA, ni a Josu Urrutikoetxea. Cuando digo a todos, por supuesto, no me refiero a VOX, que no considero un partido democrático. En distintos momentos, la han llegado a ver conmigo diez o doce víctimas. Consuelo Ordoñez, a la que desde la diferencia tengo mucho cariño y que, creo que con su permiso, puedo decir que tenemos una relación de amistad, tiene una visión muy crítica de la película. La leo y la leo con interés porque me interesa lo que dice. Y dice que no blanquea a ETA y que se proyecte o no, no es cosa suya. Incluso, ha habido víctimas que nos han llegado a decir que sería interesante que se proyectase en colegios de una manera contextualizada, claro. 

Los jóvenes no saben lo que fue ETA.

Por eso es importante que alguien joven vea cómo era un dirigente de ETA que se permitió el lujo de juzgar, legislar y ejecutar a seres humanos con un discurso, además, que es puro fanatismo y nada más. Uno de los familiares llegó a preguntar tras ver el documental: ¿Y este tipo de gente fue la que mató a nuestros seres queridos? Es tremendo. Ya sé que hay quien defiende que Urrutikoetxea, a partir de determinado momento, estuvo convencido de que había que lograr la paz. Seguro que es verdad, pero antes cometió crímenes espantosos. No sólo es que fuesen espantosos, es que no había discurso. Yo sólo vi a un fanático que cree en una deidad superior que es la organización. Rascas y ¿qué hay detrás de ese señor? Nada y era uno de los que ordenaba matar a seres humanos. Es tremendo.