Jaione Camborda (1983) ha hecho historia en el Zinemaldia y se ha convertido en la primera mujer donostiarra en ganar la Concha de Oro. Así lo ha anunciado este sábado el jurado de la Sección Oficial, dirigido por la cineasta Claire Denis, en la gala de clausura de la 71ª edición. El tribunal ha reconocido con la máxima distinción competitiva del Festival su largometraje O corno, una cinta centrada en la feminidad y en la condición “mamífera” de dar a luz de las mujeres, tal y como explicó la propia cineasta en una entrevista concedida a este periódico hace unos días. “Es muy especial para mí recibir este premio en el Zinemaldia, en la ciudad que me vio crecer”, ha asegurado. La casualidad ha hecho de que la realizadora haya ganado este premio, 50 años después de que Víctor Erice se convirtiese en el primer vasco en lograr la Concha de Oro en 1973 por El espíritu de la colmena.

Es un premio, a su vez, que refuerza el sector creativo vasco. No en vano, se trata de la primera película en hacerse con este trofeo, tras pasar por el programa de residencias Ikusmira Berriak, coorganizado por el Zinemaldia, Tabakalera y Elías Querejeta Zine Eskola.

O corno, además, representa un tercer hito histórico. No en vano, se trata de la primera película rodada en gallego que ha competido en la Sección Oficial del Zinemaldia: “La diversidad no hace más que enriquecernos y hacernos más libres”. Camborda, que lleva años asentada en Galicia, ha querido agradecer a todas aquellas instituciones que apostaron por sacar el proyecto adelante. “No es fácil financiar un proyecto de autor”, ha asegurado la realizadora, que ha subido al escenario del Kursaal acompañada por las otras dos productoras de la cinta, María Zamora y Beatriz Vázquez.

Visiblemente emocionada y vestida de blanco, Camborda se ha dirigido al jurado –además de Denis, lo han compuesto la actriz Fan Bingbing, la productora Cristina Gallego, la fotógrafa Brigitte Lacombe, el productor Robert Lantos, la actriz Vicky Luengo y el director Christian Petzold– para trasmitirles lo “especial” de la ocasión, dado que los consideró “referentes” para ella. Así, girándose hacia Denis, ha hablado de aquellas que “abrieron camino” a la mujer en el séptimo arte e “iluminaron” a generaciones posteriores “en esta especie de nebulosa que es la vida, y que a través del cine y otras artes nos enseñaron un poquito más”. “Me gustaría compartir este premio con todas estas cineastas que están por venir y que serán referentes para las siguientes”, ha concluido.

Por cuarto año consecutivo, una mujer se alza con la Concha de Oro. En 2020 fue Dea Kulumbegashvili con Beginning. Al año siguiente fue para Alina Grigore por Blue Moon. Hace doce meses, en cambio, la Concha fue para el otro lado del Atlántico en manos de Laura Mora por su Los reyes del mundo.

Al igual que ocurrió en la pasada edición, el jurado oficial ha fallado un palmarés repartido. De hecho, el tribunal ha concedido un Premio Especial del Jurado a la atrevida película Kalak, en la que Isabella Eklöff, coautora de Border, relata una historia de abusos sexuales intrafamiliares y sus consecuencias, puesta la mirada desde los márgenes. El equipo liderado por Denis ha destacado de Kalak que permite al espectador introducirse en un mundo desconocido “por completo con unas interpretaciones sorprendentes y empáticas” y que cuenta con “una manera de mostrar el país –es una película danesa rodada en Groenlandia–, sus conflictos y su belleza escondida a través de un verdadero arte cinematográfico”.

La de Eklöff ha sido la única propuesta de la Sección Oficial en lograr dos reconocimientos del jurado. Además del citado premio, Nadim Carlsen ha sido condecorado con el galardón a Mejor Fotografía.

Tanto O corno como Kalak suponen dos segundas películas de sus realizadoras. Otro segundo largometraje que también se ha llevado premio, ha sido Great Absence, de Kei Chika-ura. Su protagonista, el veterano actor japonés Tatsuya Fuji, ha ganado la Concha de Plata a mejor interpretación por su papel de un anciano con alzhéimer. No lo ha ganado sólo, dado que se ha trado de un premio ex aqueo compartido con el argentino Marcelo Subiotto, protagonista de Puán, sobre un hombre de mediana edad que desea hacerse con una Cátedra de Filosofía en la Universidad de Buenos Aires. El jurado también ha decidido reconocer a esta comedia argentina con el Premio a Mejor guion, que ha ido a parar a manos de María Alché y Benjamín Naishtat.

Hovik Keuchkerian, por su parte, ha destacado en el apartado de Mejor interpretación de reparto, por su papel de El alemán, en la película Un amor, de Isabel Coixet, que, además, ha sido galardonada –fuera de la competición oficial– con el Premio Feroz, reconocimiento que otorga el colectivo de informadores cinematográficos del Estado.

Por último, la taiwanesa Un viaje en primavera, una hermosa película sobre el duelo en la tercera edad se ha hecho con la Concha de Plata a Mejor dirección, que han recibido visiblemente emocionadas sus responsables, Tzu-Hui Peng y Ping-Wen Wang.

Isabel Herguera, premio Zinemira

Otra donostiarra ha sido premiada en la ceremonia de clausura del Zinemaldia. Isabel Herguera se ha hecho con el Premio Irizar al Cine Vasco por su primer largometraje, El sueño de la sultana, película que también competía por la Concha de Oro. Esta cinta de animación, se basa en el libro homónimo de Rokeya Hossain, escrito a principios del siglo XX, en el que imaginó la creación de una utopía feminista en el que las mujeres ostentaban el poder y el conocimiento. En su discurso de agradecimiento, Herguera, que ha tardado diez años en terminar este proyecto, ha recordado que cuando encontró este libro en la India lo primero que hizo fue recordar a todas las mujeres que le habían precedido y pensar en todas las que vendrían después. A renglón seguido quiso agradecer a los productores su apuesta por un “proyecto arriesgado”, para el que concedieron “total libertad”.