El que a buen seguro es el director vasco más influyente de la historia del cine, Víctor Erice (Karrantza, 1940), recibirá el segundo Premio Donostia de la 71 edición del Zinemaldia. Lo hará, además, presentando el que es su primer largometraje de ficción en 40 años, Cerrar los ojos, en el mismo escenario donde hace medio siglo consiguió la Concha de Oro por su ópera prima, El espíritu de la colmena.
Con una filmografía corta, apenas cuatro trabajos de larga duración a sus 83 años, Erice se ha convertido en una de las principales referencias de las futuras hornadas de cineastas de todo el mundo, desde los surgidos en Euskadi como Estíbaliz Urresola hasta los más alejados, como el japonés Hirokazu Koreeda. Ahora, el Zinemaldia busca darle su correspondiente homenaje por todo ello con un Premio Donostia que le ata, una vez más, a la capital guipuzcoana.
Aunque nació en Karrantza (Bizkaia), Erice pasó su infancia y primera juventud en Donostia, a donde regresó con uno de sus primeros trabajos tras diplomarse en la Escuela Oficial de Cinematografía de Madrid. Lo hizo en la edición del festival de 1969, en la que presentó Los desafíos, en la que dirigió uno de los tres episodios junto a José Luis Egea y Claudio Guerín y que les hizo ganar la Concha de Plata a la mejor dirección.
El idilio con el certamen donostiarra continuó con su primer largometraje en solitario, El espíritu de la colmena (1973), protagonizado por la entonces pequeña Ana Torrent junto a Fernando Fernán Gómez y que le valió la Concha de Oro a la mejor película del festival. Coescrita junto a Ángel Fernández Santos, el filme se ha convertido en una de las mejores películas de la historia del cine español y engloba gran parte de los intereses de Erice: el mundo rural, la infancia y la poesía.
Hasta una década después ocupada entre la publicidad y la televisión, el cineasta no regresó al cine. Lo hizo con El sur, una historia ideada por la que por entonces era su pareja, la escritora Adelaida García Morales, y que, pese a competir en Cannes y ganar el Hugo de Oro a la mejor película en Chicago, el director siempre ha tachado de incompleta al haber paralizado su rodaje el productor donostiarra Elías Querejeta.
Una vez más, Erice pasó prácticamente una década alejado de la gran pantalla hasta que en 1992 rodó el documental El sol del membrillo sobre el pintor realista Antonio López, ganador del Premio del Jurado y de la Crítica Internacional en Cannes
A partir de ahí, pasó a participar únicamente en largometrajes colectivos como Ten Minutes Older: The Trumpet (2002) y Centro histórico (2012) y proyectos paralelos fuera del cine como la exposición Erice-Kiarastomi, junto al cineasta Abbas Kiarastomi, y las videoinstalaciones Fragor del mundo, silencio de la pintura para el Centre Pompidou de París, y Piedra y cielo para el Bellas Artes de Bilbao.
Regreso al largometraje
A sus 83 años, Erice ha regresado al largometraje de ficción con Cerrar los ojos, un trabajo que no ha estado exento de polémica ya que, tras seleccionarse fuera de competición en el festival de Cannes, el director decidió no viajar a la ciudad gala para su presentación y publicó una carta abierta en la que aseguraba que el certamen francés no le había comunicado que el filme no iba a optar a la Palma de Oro.
Tras este paso accidentado por Cannes, el filme se verá en el Teatro Victoria Eugenia de Donostia, donde hace exactamente 50 años el propio Erice presentó su primer largometraje, El espíritu de la colmena. Allí mismo recibirá el Premio Donostia el 29 de septiembre de manos de la actriz Ana Torrent, protagonista de ese primer trabajo y también miembro del reparto de su nuevo filme, en el que están Manolo Solo, José Coronado, María León y Petra Martínez, entre otros intérpretes.
Las entradas para la gala del Premio Donostia y la proyección del filme, que llegará ese mismo día a las carteleras, se pondrán a la venta el próximo 4 de septiembre. Erice será el segundo nombre homenajeado en la edición de este año, ya que antes, el día 22, durante la gala de inauguración del festival el actor Javier Bardem recibirá su correspondiente Premio Donostia.
