El embarazo de Pedroche no le impidió hacer su habitual estriptis en Antena 3, en TVE dieron la bienvenida a 2003 (sí, Obregón se confundió), en Telecinco Risto Mejide se rompió un dedo jugando a ser el obrero de los Village People, en La Sexta no hubo chanza con el “más periodismo” de Ferreras y en ETB tuvieron casi tantos presentadores como en el resto de canales juntos. Así fueron las campanadas en todas las cadenas… y en Twitch, donde Ibai rescató a Igartiburu para acompañar a García.

CARNAVAL EN ATRESMEDIA

Pedroche está embarazada pero poco, como dice el chiste, así que protagonizó su habitual despelote de fin de año, disfrazándose de saco de patatas hasta el filo de la medianoche, que decía Carrascal, y luego con la audiencia secuestrada por el morbo, se despelotó enseñando tetilla, barriguita y cacha, frente al señor mayor trajeado de al lado. Que viva la España del destape aunque, quién lo diría, entrábamos en 2023. La cadena sexualizó la cita un año más paseando a Pedroche desnuda (y pixelada) por los platós y dio lo que anunció, carne, aunque cada año la excusa sea más peregrina, esta vez la paz, y hasta Pedroche dio un discurso propio de un certamen de misses hablando del tema, sin que nadie le preguntara, afortunadamente, qué sabe de Rusia.

Fueron, pese a todo, unas campanadas de trámite, con Pedroche y Chicote leyendo anuncios a destajo, que si de un seguro, que si de un refresco, que si de un coche… y de esa cerveza que le jugó una mala pasada, cuando pese a coger una sin alcohol, que está embarazada, el realizador le pilló haciendo aspavientos en plan yo no me bebo eso ni loca. Pero el desplante a la cerveza tendrá una segunda lectura, cuando se queje el patrocinador, como también lo tuvo el saco de patatas, cuando Pedroche presumió de ir vestida con una tienda de campaña de refugiados traída para ella desde Pakistán y para disfrazar el absurdo de solidaridad clamaba “aquí dentro ha vivido gente” aunque en casa se tradujera por el antojo de esta señora ha servido para quitarle el refugio a alguien. Lo mejor, el momento final, ella medio en bolas asomada en el balcón diciendo “soy una paloma”. Chicote replicando, “pues ten cuidado, no te dé por volar”.

En La Sexta, las campanadas fueron también un Carnaval. Dani Mateo se disfrazó de Freddie Mercury aunque pareciera un rey mago de saldo. Nada más empezar salió al balcón con un megáfono que se partió en dos, dejando claro que todo el presupuesto para esa noche había ido a parar a Antena 3, mientras Cristina Pardo prefirió evitar el chiste de “más periodismo”, que ya es tradición en la sexta campanada, en el año negro de los audios de Ferreras.

TVE REGRESA A 2003

Con gritos a Joshua, los Morancos y Ana Obregón perpetraron su viaje al pasado para dar la bienvenida al 2003 (Ana Obregón dixit) entre chistes viejunos, villancicos con la letra cambiada y recuerdos a los muertos, mientras Anita la fantástica les quitaba la palabra a sus compañeros (visiblemente desconcertados) diciéndoles una y otra vez que eso no tocaba, para apropiarse del guion. Fue un terrible guirigay, en el que faltó la cordura de Igartiburu para poner orden y reposo, perpetrando las campanadas más erráticas de la historia de TVE, solo por detrás de aquellas de Marisa Naranjo, que dejó a la audiencia sin tomar las uvas. Obregón confundió Rusia con China cuando habló de la guerra de Ucrania, mientras que el realizador le privó del momento lágrima al enfocar a los Morancos cuando ella se disponía a lanzar un beso al cielo y tampoco dudó en cortar a los tres cuando andaban a lo suyo para meter anuncios en la cadena sin anuncios. Lo único que quedó claro es que los mandamases de TVE se esfuerzan demasiado por contentar a Atresmedia.

MEDIASET, ACOJONANTE

Risto Mejide y Mariló Montero, los tipos más antipáticos de Mediaset, se disfrazaron en Torrejón de Ardoz de obrero de la construcción, a lo Village People, con su casco a juego, sin que afortunadamente cantaran ni bailaran. Lo que sí hicieron fue destrozar con un mazo unas figuras hechas con 300 kilos de hielo que simbolizaban el 2022 y, de paso, Mejide se rompió un dedo en directo. Violencia gratuita para la noche de fin de año y publicidad gratuita de medicamentos en el canal que lo cobra todo: “Tómate un Nolotil o el Traumeel que es acojonante, te lo quita (el dolor) radical”, le recomendaba ella en un trapicheo de medicamentos con tono cuñado cuando pensaba que no la escuchábamos.

Sabedores del mal rollo que podía dar la UTE (Unión Temporal de Egos) Mejide-Montero, la cadena de la rima fácil acabó convirtiendo el dúo cascarrabias en cuarteto con el contrapunto del chico-para-todo Antonio Castelo y la actriz navarra Virginia Riezu. Castelo, tras regalar una mención a Antena 3 (Manolo y Benito), sentenció las campanadas de Mediaset con una frase, “parecemos imbéciles”, mientras que Riezu se confundió y, desde una grúa que manejó con evidente dificultad, mandó al carajo el nuevo año: “¡Fuera 2023!” Pues vaya recibimiento.

ETB Y SU MEDIA DOCENA DE PRESENTADORES

Euskal Telebista se fue a Gasteiz con el piloto automático puesto y desdobló su emisión para contar hasta doce en euskera, en ETB1, y en castellano, en ETB2, para confluir en el tramo final ambas emisiones, como el año pasado, con su media docena de presentadores juntos: Aitziber Garmendia, Nerea Reparaz, Julen Telleria, África Baeta, Ane Ibarzabal y Egoitz Txurruka. Tocaban a dos uvas por presentador. Pese al overbooking, estuvieron elegantes, correctos y sin estridencias, que ya es mucho, visto lo visto en las otras cadenas. A destacar el buen papel del debutante Txurru y la vistosa sorpresa musical desde la azotea.

…Y TWITCH

Ibai Llanos dio el campanazo al quedarse con los dos mitos campaneros por excelencia de la tele, repudiados ahora por la misma tele: Ramón García y Anne Igartiburu. Dicen que la audiencia ha caído este año, porque el pasado, la chavalería conectó con sus móviles bajo la mesa mientras en la tele del salón salía Pedroche, y esta vez Ibai se ha ganado saltar al televisor grande en no pocos hogares: menos pantallitas pero más audiencia. Fueron unas campanadas desde Twitch imitando a la tele convencional (también en la sobreexposición publicitaria), en las que Ibai dejó brillar a Igartiburu, a quien vimos más gamberra, y a García, siempre tan solemne, sin prometer ya la vuelta de ningún programa del pasado tras el chasco del Grand Prix.