Euskadi ha registrado en lo que va de año más incendios forestales que en 2024, según los datos facilitados por las diputaciones forales. La superficie afectada también es mayor. En total, se han contabilizado 18 siniestros, la gran mayoría accidentales, que han afectado a más de 110 hectáreas de monte.

Bizkaia, la provincia con más incendios

Bizkaia encabeza la estadística con 10 incendios registrados entre el 1 de enero y el 13 de agosto y unas 40 hectáreas quemadas. A pesar del incremento —en 2024 se registraron un total de 6 fuegos— la superficie afectada en la provincia no es muy elevada. “De momento nuestros datos están bien, a pesar de estos días de riesgo”, señala Carlos Uriagereka, jefe del Servicio de Montes.

Sin embargo, lo peor podría estar por llegar, según reconoce Uriagereka: “En Bizkaia no estamos en la peor época, aunque sí hay riesgo alto de sufrir incendios. La época más complicada es en otoño, a partir del 15 de octubre, cuando se ha secado la vegetación".

El histórico de la última década refleja una gran variación en cuanto al número de incidencias. De los 95 incendios registrados en 2014 se pasó a apenas seis en 2024, con picos como el de 2015 (70 fuegos activos) o 2019 (47). Uriagereka recuerda que “cuando son veranos secos y largos, solemos tener un otoño más complejo y con más peligrosidad en caso de que se produzca una ignición”. El precedente más grave de los últimos años tuvo lugar en octubre de 2022, con el incendio de Balmaseda, que afectó a unas 500 hectáreas.

“La peor época para los incendios es el otoño, cuando la vegetación está más seca”

Carlos Uriagereka - Jefe del Servicio de Montes en Bizkaia

Gipuzkoa, la más afectada

Le sigue Gipuzkoa, con 4 incendios, concentrados en los meses de febrero y marzo, y 51 hectáreas quemadas. Las zonas afectadas han sido Hondarribia, con 14,31 hectáreas, y Pasaia, con 13,20 hectáreas, ambos en las faldas del monte Jaizkibel; Ezkio, con 12,66 hectáreas, y Errezil (monte Ernio), con 11,40 hectáreas.

En la provincia de Araba también se han registrado 4 fuegos también que han calcinado unas 20 hectáreas de terreno. Estos han afectado a la Rioja alavesa con tres incendios en Oion y uno en Elvillar.

Aunque el balance supera al del pasado ejercicio, la superficie afectada sigue lejos de las grandes cifras de otras comunidades autónomas. La mayor parte de los incendios se han producido en jornadas de viento sur y baja humedad, condiciones que favorecen la propagación de las llamas incluso en invierno y comienzos de primavera. Todos ellos fueron controlados en pocas horas gracias a la rápida intervención de los equipos de extinción.

El fuego quemó más de 500 hectáreas en la zona de Enkarterri (Bizkaia) en 2022. Oskar Martínez

Comparación con 2024

En comparación con el mismo periodo de 2024, se observa una leve tendencia al alza. A mediados de agosto del año pasado, Euskadi sumaba siete incendios en Gipuzkoa —casi el doble—, con 7,5 hectáreas afectadas frente a las más de 51 de este año en ese territorio. Esto supone una superficie 7 veces menor.

En la provincia de Araba únicamente se registró un incendio forestal de consideración hasta la segunda quincena de agosto, que afectó a 6 hectáreas.

En Bizkaia, por su parte, no se produjo ningún incendio durante el periodo estival. En total, durante el pasado año ardieron 6,55 hectáreas arboladas y 5,35 hectáreas no arboladas. E 82% del terreno quemado eran zonas de matorral.

El balance anual de 2024 fue mejor que el de ejercicios anteriores, con menos siniestros, gracias, en parte, al cuidado de los montes y a una primavera más húmeda.

“La vigilancia es fundamental para evitar que algún rescoldo reactive las llamas”

Javier Vergara - subinspector del Organismo Autónomo de Bomberos Forales de Araba

Verano complicado en el Estado

La situación en el Estado es bastante más complicada. Hasta el 13 de agosto se se han contabilizado un total de 201 incendios. Aunque la cifra es notablemente inferior a la de años anteriores la superficie afectada es mucho mayor. Hasta el la noche del miércoles se habían quemado 105.106 hectáreas, según datos del Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales. El dato se ha incrementado notablemente en el último mes. Hasta el 6 de julio, se habían contabilizado 20.466 hectáreas afectadas por las llamas.

La superficie calcinada en lo que va de 2025 es más del doble que la que ardió durante ese mismo periodo en 2024, cuando se habían registrado 219 fuegos que arrasaron más de 42.000 hectáreas. No obstante, el peor año de incendios forestales en el Estado, según este sistema, fue 2022. Entonces se produjeron 493 incendios que quemaron 306.555 hectáreas.

Prácticas de los guardas forestales de la Diputación Foral de Gipuzkoa Arnaitz Rubio

Lucha contra el fuego

En Euskadi, la lucha contra el fuego combina coordinación, tecnología y experiencia. Cada provincia adapta sus planes según la geografía y el clima, y la prevención es clave para minimizar riesgos.

En Araba, el Departamento de Montes aplica un plan que combina vigilancia, trabajos forestales y refuerzos estivales. Javier Vergara, subinspector de Bomberos Forales, explica que el operativo incluye guardería forestal, técnicos, bulldozers, cuadrillas de apoyo y medios aéreos, y que los seis parques de la provincia suman más de 180 efectivos.

“Cuando se recibe un aviso, se confirma la ubicación y los factores como viento o proximidad de viviendas, se actualiza la información en ruta y, ya en el lugar, se evalúa el terreno antes de decidir la estrategia” explica Vergara, quien deja bien claro que la protección de las personas es prioritaria. “Una vez controlado el incendio, la vigilancia activa es fundamental para evitar que algún rescoldo mal apagado reactive el fuego”, añade.

En Bizkaia, Carlos Uriagereka, jefe del Servicio de Montes, subraya la importancia de la implicación de todos: “Tenemos que estar alerta y concienciados todos: la administraciones, los equipos de extinción y la sociedad”.

“Proyectos como ALERT nos permiten coordinar protocolos con otras regiones”

Departamento de Equilibrio Territorial Verde - Diputación Foral de Gipuzkoa

La prevención, según Uriagereka, es esencial: “Hay que establecer cortafuegos, cuidar caminos, pistas y accesos al monte, mantener limpios los entornos y aclarar vegetación. También es fundamental la ganadería extensiva, la limpieza de líneas eléctricas y el control de quemas autorizadas. Todo lo que se haga en prevención evitará o minimizará episodios e impactos graves”.

Respecto a la intervención directa en las tareas de extinción de los incendios, Uriagereka recalca: “Las intervenciones deben realizarlas los profesionales y estar perfectamente coordinadas; no pueden improvisarse ni dejarse en manos de voluntarios para evitar fatalidades”.

¿Qué ocurre si aumenta la intensidad de las llamas y el incendio se agrava? “Buscamos zonas de oportunidad, lugares donde el fuego baje de intensidad, y trabajamos de forma indirecta con líneas de defensa alejadas, contrafuegos o quemas de ensanche. También se intenta poner a salvo a la población con confinamientos o evacuaciones preventivas y se protegen infraestructuras críticas. Todo esto lo coordina el puesto de mando avanzado”.

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Colaboración con otras regiones

Gipuzkoa trabaja estrechamente con otras regiones para mejorar la respuesta ante emergencias. “Proyectos transfronterizos como ALERT nos permiten intercambiar información, compartir protocolos y disponer de herramientas operativas comunes con Nafarroa, Aragón y departamentos franceses”, explican desde el departamento de Equilibrio Territorial Verde de la Diputación Foral de Gipuzkoa. Esta colaboración se refleja en acciones concretas, como la participación de helicópteros de Euskadi en incendios en Carcastillo o de Nafarroa en el Aralar guipuzcoano durante el verano de 2023.