Se acercan el ‘Black Friday’, el ‘Cyber Monday’ y la Navidad. Aumentan las compras. Y también las estafas. En estas semanas previas a las fiestas, las bandejas de entrada de los correos electrónicos se llenan de ofertas, las redes sociales se convierten en un escaparate incesante y los consumidores reciben un auténtico bombardeo de anuncios que prometen descuentos irrepetibles. Pocos evitan las mareantes promociones. Sin embargo, la presión por no dejar escapar una ganga es tan grande como el riesgo de caer en un engaño.
Consciente de este escenario, Cyberzaintza, la Agencia Vasca de Ciberseguridad, ha lanzado la campaña “Respira. 1, 2, 3. Clic” con un mensaje que apela a lo esencial: detenerse un instante antes de hacer clic. La recomendación llega en un momento delicado, y no por casualidad. En los nueve primeros meses del año, la Ertzaintza ha detectado 19.379 delitos informáticos en Euskadi, de los cuales 17.099 son estafas. Las cifras reflejan que una de cada cuatro infracciones penales que investiga la policía vasca se produce ya en el entorno digital, una tendencia que se agrava cuando el consumo se dispara.
La explicación es sencilla. A medida que aumentan las transacciones online, aumenta también el interés de las redes de ciberdelincuentes. Estas organizaciones o estafadores individuales actúan de forma oportunista, intensifican su actividad en fechas de alto consumo y aprovechan las prisas, la emoción y la sensación de urgencia que envuelven a los compradores. Campañas como el ‘Black Friday’, que se inicia mañana, y el ‘Cyber Monday’, que se celebrará el lunes 1 de diciembre, que funcionan cada vez más como una antesala de las compras navideñas y propician una gran acumulación de operaciones, crean el escenario perfecto para el fraude.
“El perfil de los estafadores se ha sofisticado en los últimos años, y podemos ver mes a mes cómo las modalidades delictivas evolucionan”
Estafadores sofisticados
El auge, no obstante, no solo está relacionado con el volumen de compras, sino con la transformación del estafador digital. La oficial de Investigación de la Ertzain-etxea de Donostia, Olenka Bernaola, observa una evolución clara: “El perfil de los estafadores se ha sofisticado en los últimos años, y podemos ver mes a mes cómo las modalidades delictivas evolucionan”. Si antes muchos engaños se identificaban por faltas de ortografía o webs rudimentarias, ahora los mensajes son pulidos, creíbles y adaptados al lenguaje corporativo real. La investigadora lo atribuye en parte a los avances tecnológicos, y alerta de que actualmente “el nivel de formalidad del contenido ha aumentado, incrementando el riesgo de inducir a error a las víctimas”.
Además, la estructura que hay detrás de cada delito también ha variado. Bernaola confirma que se dan delitos cometidos por estafadores aislados, especialmente en engaños de baja escala, pero advierte que detrás de fraudes más complejos suele haber una gran organización. “Cuando se requiere una mayor sofisticación o recursos para llevar a cabo la estafa, suelen operar de manera organizada”, asegura. No hay un único patrón, sino un modelo de delincuencia flexible y en constante cambio.
Poniendo el foco en las víctimas, los hábitos de consumo tienen también una influencia directa. Buena parte de los compradores decide adelantar los regalos de Navidad aprovechando las ofertas de noviembre, lo que multiplica el tráfico digital y, por desgracia, el número de decisiones impulsivas. Esa inmediatez, según los expertos, es la pieza clave que los estafadores explotan. Bernaola explica que “no existe un perfil único de víctima”, pero sí factores que incrementan la vulnerabilidad. “Personas con escasa experiencia digital o que actúan con impulsividad ante las ofertas corren más riesgo de caer en el fraude”, señala. La urgencia, el miedo a perder un descuento y el exceso de estímulo son la materia prima del engaño.
“Personas con escasa experiencia digital o que actúan con impulsividad ante las ofertas corren más riesgo de caer en el fraude”
Consejos
Las recomendaciones que ofrece Cyberzaintza ante la llegada de las campañas son sencillas y efectivas. Algunos de los consejos son evitar acceder a tiendas desde enlaces de anuncios dudosos, teclear la dirección en el navegador para asegurarse llegar a la web oficial, revisar que la URL empiece por “https://” o “shttp://”, desconectarse de redes WiFi públicas antes de introducir datos bancarios, comprobar opiniones de otros usuarios o usar tarjetas virtuales o métodos de pago con protección adicional. Además, mantener contraseñas robustas y activar la autenticación en dos pasos siguen siendo, según la agencia, dos de las barreras más eficaces frente a los accesos no autorizados.
Las consecuencias de estas estafas no son menores. Además del dinero perdido, en ocasiones los afectados deben enfrentarse a largos procesos para recuperar su información y su seguridad digital. Muchas víctimas tardan en darse cuenta del fraude porque los cargos no siempre se realizan de inmediato, lo que dificulta la reacción. En los casos más graves, los delincuentes no solo capturan datos bancarios, sino que realizan compras fraudulentas durante días, aprovechando que el usuario no detecta la actividad sospechosa en su cuenta.
Por ello, Ertzaintza y Cyberzaintza insisten en que, si se sospecha haber sido víctima de un fraude, la denuncia es fundamental. Conservar capturas de pantalla, correos, mensajes o justificantes ayuda a reconstruir el delito y facilita la investigación. Las denuncias pueden presentarse tanto en comisaría como de forma telemática.
"Las estafas digitales han experimentado un incremento en los últimos años, impulsado por la mayor digitalización de la sociedad”
Cada vez más
La tendencia, desgraciadamente, no parece detenerse. Según Bernaola, “las estafas digitales han experimentado un incremento en los últimos años, impulsado por la mayor digitalización de la sociedad”. Solo en Gipuzkoa, en 2024 se recogieron 6.543 denuncias por estafas informáticas. Entre enero y octubre de este año ya se han registrado 5.951, y aún quedan por contabilizar los meses con mayor consumo del calendario. Todavía no han llegado las denuncias derivadas del “Black Friday” o de Navidad, recuerda la oficial, que prevé una subida adicional.
Cada año, con la llegada de noviembre y diciembre, el fenómeno se repite. Sube la emoción por las compras y, con ella, sube también la actividad criminal. Entre la búsqueda del mejor precio y la avalancha de ofertas, la prudencia se vuelve un elemento imprescindible. En tiempo de compras, detenerse un instante puede ser la mejor inversión. Solo hace falta respirar, contar hasta tres… y entonces, hacer clic.