Entrevistado en ETB-1, el alcalde de Donostia Eneko Goia ha realizado una cerrada defensa de la alternativa de Ezkio como nexo de unión de la Y vasca con el ramal navarro del tren de alta velocidad. Goia ha criticado a los que defienden otra solución, es decir, la que prevé conectar la CAV con Navarra por Gasteiz, que es más larga aunque más barata.

A su juicio, defender esta otra alternativa es "egoísta". En ese momento, el entrevistador le ha recordado que eso es justamente lo que defiende, entre otros, el diputado general de Araba, el jeltzale Ramiro González, a lo que el alcalde ha respondido con énfasis que "sí", dando a entender que la postura del dirigente alavés es egoísta.

En su opinión, se trata de una postura "alejada de la visión de país" y al alcalde de Donostia no le cabe ninguna duda de que desde esa perspectiva "la respuesta adecuada" es la unión por Ezkio. "De ninguna manera es algo que se puede poner en duda", ha subrayado.

Goia ha proseguido su discurso señalando que la conexión con Navarra por Ezkio "podrá ser más fácil o más difícil, pero aquí las cosas se entienden luchando y esa debe ser nuestra pelea, tanto de Gipuzkoa, como de Navarra y Euskal Herria, si es que tenemos esa perspectiva de país".

Sorpresa en Araba

Fuentes cercanas al diputado general de Álava han señalado por su parte a la agencia Efe que Ramiro González ha recibido con sorpresa esas manifestaciones de su compañero de partido. A juicio del diputado general, quienes ocupan puestos institucionales tienen la responsabilidad de actuar con respeto, como así lo hace él, ya que considera que se deben respetar las opiniones de los demás aunque no se compartan, y hay que respetar a otras instituciones y a sus responsables.

Ha recalcado además que, como responsable institucional, tiene la obligación de defender aquello que cree que es lo mejor para su territorio y su país, y ha asegurado que lo seguirá haciendo con independencia de que se le descalifique o ataque por ello. 

Guerra de declaraciones

En los últimos meses, se ha abierto en Euskal Herria una guerra de declaraciones que está dividiendo a los representantes políticos e institucionales en favor de una alternativa o de otra.

La caja de los truenos la destapó el Gobierno español cuando el pasado mes de julio, el ministro de Transportes, Óscar Puente, dijo en Iruñea que la conexión por Vitoria era la opción más "plausible", en clara contradicción con los planes que se habían barajado hasta entonces y que tienen en la ya construida estación de Ezkio su prueba más flagrante.

Doble juego de Madrid

A partir de ahí se han sucedido los acontecimientos en forma de posicionamientos políticos, movilización de agentes económicos y rescate de viejos informes para buscar el aval en favor de las posiciones propias.

Desde Madrid, que en última instancia es quien paga la obra, se alimenta un doble juego consistente en calmar las aguas aplazando la decisión a lo que digan los informes técnicos pero, mientras tanto, ir decantando la cuestión hacia la conexión por Vitoria cada vez que tiene oportunidad de hacerlo.

El último ejemplo fue el propio ministro Puente, que en el Senado aseguró que "todas las opciones están abiertas" pero con la coletilla de que la conexión por Vitoria "es más favorable en capacidad y fiabilidad de explotación".