Como decía la canción, todo sigue igual para las autoescuelas de Gipuzkoa. Los días pasan y los examinadores no llegan. Y el enfado de los alumnos comienza a ser monumental. “Ni han venido ni sabemos cuándo se van a incorporar. Seguimos igual que el día de la movilización”, confiesa a NOTICIAS DE GIPUZKOA Arantxa Bravo, portavoz de la Asociación de Autoescuelas del territorio.

Decenas de profesionales se manifestaron en Donostia la semana pasada en demanda de más personal cualificado para dar salida a los casi 5.000 alumnos que se mantienen a la espera de ser llamados para examinarse del carné de conducir.

El descrédito institucional se abre paso en el sector en la medida en que diferentes escenarios con distintas fechas se han ido sucediendo con el mismo resultado: no hay noticias de los nuevos examinadores. Se sabe que hay cuatro asignados para el territorio, pero la situación por el momento no ha variado. “Primero se dijo que venían para el 2 de mayo, luego la semana siguiente. Ya estamos a mediados, este miércoles San Isidro en Madrid, y seguimos sin saber nada. Nos están vacilando. En las autoescuelas tenemos la sensación de que nos están tomando el pelo”, reconoce abiertamente la portavoz de la entidad guipuzcoana.

El mismo día es que se movilizó el sector el pasado miércoles 8 de mayo con lemas como Si no te examinas, el responsable es la DGT, la delegada del Gobierno en el País Vasco, Marisol Garmendia, avanzaba a los periodistas en Irun la incorporación de cuatro nuevos examinadores. “Necesitamos algunos días, pero insisto en que llegarán”, aseguró, dejando incluso la puerta abierta a que alguno de ellos pudiera comenzar a trabajar esta pasada semana.

Malestar

Por el momento nada de ello ha ocurrido, con el consiguiente malestar en los centros de enseñanza. “Si te dicen que van a mandar cuatro refuerzos desde la primera semana de mayo y ya estamos a día 15 sin que hay venido nadie, ¿qué tenemos que pensar? ¿Alguien nos está tomando el pelo, no? Es como si el jefe le dice a un empleado que tiene que hacer un esfuerzo más, a la espera de que la semana que viene se incorporen dos compañeros. Pero estos no llegan, ni en una semana, ni en dos ni en tres. ¿No le parecería a ese trabajador que le están tomando el pelo?”. Esa es la sensación que tienen en las autoescuelas del territorio, que a diario ven caras largas entre los alumnos, padres con el mismo enfado, y profesores tratando de calmar las aguas como pueden.

Los exámenes de conducir en Gipuzkoa se realizan en Donostia, Azpeitia y Beasain. Son los evaluadores asignados a la capital guipuzcoana quienes se van desplazando al resto de municipios en función de las necesidades, de tal manera que hasta diciembre del año pasado le correspondía a cada centro una convocatoria de examen cada doce días hábiles, en torno a dos pruebas por mes, lo que permitía ir dando salida al alumnado.

Ahora las cosas han cambiado. Los recursos actuales a pie de calle han provocado que las pruebas se estén realizando cada quince días hábiles, con el consiguiente tapón de alumnos. Por si fuera poco, a la falta de evaluadores se une la falta de personal administrativo. “Nos seguimos enfrentando a un problema por partida doble. No es que sólo nos falten examinadores, ya que tampoco hay operadores de información, como se conoce al personal de administración para gestiona el trabajo del examinador”, denuncia Bravo.

A las puertas del aluvión de estudiantes de verano

Actualmente hay en Gipuzkoa seis examinadores, uno de ellos acogido a una excedencia por paternidad. De los otros cinco, tres ven condicionada su labor porque tienen que compatibilizarla con tareas administrativas. De modo que en la práctica todo ello se traduce en que el territorio cuenta con la mitad de los nueve examinadores que le corresponden, una situación que, sobre el papel, se resolverá cuando lleguen los cuatro nuevos asignados.

Y entretanto, a tirar de paciencia y resignación en un sector que acoge por estas fechas la época de mayor trabajo. Entre mayo y octubre es la temporada alta para las autoescuelas. Obtener el permiso de conducir es para muchos jóvenes uno de esos deseos inaplazables cuando se alcanza la mayoría de edad y se da por finalizado el curso escolar a las puertas del verano.

La selectividad se celebrará en Euskadi del 5 al 7 de junio, tres días en los que alrededor de 12.000 estudiantes de Bachillerato lucharán por obtener la nota necesaria para acceder a la carrera que desean. En las autoescuelas saben que después de ese fin de semana, el mismo 10 de junio, se matriculará un número importante de alumnos.

Unos días más tarde, el 13 de junio, la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) publicará los resultados. Y a partir de ahí muchos jóvenes también se ven liberados para dedicarse al carné, un objetivo que durante este periodo estival parece que, inevitablmente, va a estar condicionado. “Son alumnos que se quieren sacar el carné pero, tal y como estamos, no lo van a poder hacer este verano. Creo que vamos a pasar un verano bastante penoso”, sospecha la portavoz de la asociación.

Exámenes teóricos bloqueados

El tapón es imaginable teniendo en cuenta que a los cerca 5.000 alumnos que se mantienen a la espera de su cita se sumarán en breve estos nuevos estudiantes matriculados tras el curso escolar. La portavoz de las autoescuelas señala que si la bolsa no ha crecido más durante estas últimas semanas es porque “en Tráfico, que saben como estamos, han bloqueado los exámenes de teórica”.

Sin posibilidad de hacer el teórico, la bolsa de aspirantes al práctico no engorda. “Si antes nos daban en una semana las citas de teórica, ahora hay que esperar un mes. Han parado la ejecución de exámenes teóricos, aunque también puede ser debido a que tienen problemas en oficina al no contar con el personal suficiente”, sopesa Bravo.

La entidad pide que mientras no lleguen los cuatro examinadores y “arreglan su situación”, que al menos se abra la posibilidad de traer uno o dos más de refuerzo desde Bizkaia, como ya ha ocurrido en el territorio desde enero hasta Semana Santa. Sería algo así como figura de evaluador en comisión de servicio para reforzar una jefatura que está en peor situación. “Y es que además nos consta que hay gente que estaría dispuesta a venir aquí”, añade Bravo.