La última previsión oficial apunta a que la nueva prisión de Zubieta esté construida hacia abril o mayo de 2024, aunque “un pequeño retraso” hace probable que no esté finalizada hasta el verano, según indica Alfredo Gómez López, director de la cárcel de Martutene. El traslado de internos, previsto en un día, se llevaría a cabo tras el periodo estival. 

Lleva casi un año al frente de la dirección. ¿Desgasta mucho el cargo?

Es verdad que el director tiene la última palabra en muchas cuestiones, y ahora sí que no hay red, lo que decidas, va a ser el camino, y tienes que acertar. Pero bueno, durante diez años he sido subdirector del centro, y además una cárcel no sólo la dirige el director, existe un órgano colegiado para tomar decisiones. 

¿Y en el día a día son muchas las decisiones a tomar?

Son muchas cuestiones domésticas: la ubicación de internos en una celda u otra, la modificación de horarios por alguna actividad extra; cuestiones sobre la vida regimental de los internos, como por ejemplo suspender el tercer grado de una persona por algo que está haciendo mal.

¿Se suspenden muchos terceros grados por mal comportamiento?

No son muchos, pero tampoco es algo excepcional. Hay recaídas de internos que salen en tercer grado para el tratamiento de deshabituación de drogas. Quizá no era el momento adecuado para salir. Son apuestas que se hacen, y en ocasiones conviene frenar, es mejor dar un paso atrás.

¿De cuántos reclusos estamos hablando?

A día de hoy -20 de diciembre- tenemos 337 en Martutene, 305 hombres y 32 mujeres. De ese total, 272 son penados, con una sentencia firme, y otros 65 se encuentran en situación preventiva, a la espera de juicio. Hay 129 extranjeros, que representan el 38% del total. Se trata de un porcentaje que ha ido aumentando en los últimos cinco años, ya que se venía situando en torno al 30%. Es un colectivo que está sobrerrepresentado, ya que la extranjera supone en torno al 11,5% del total de la población vasca. El porcentaje de extranjeros en situación de prisión preventiva ronda el 30%.

¿Está aumentando la población penitenciaria?

Es algo que se viene observando paulatinamente. Entre 2019 y 2021 la cifra rondaba los 275 reclusos, pero durante los dos últimos años, desde que se asumió la transferencia, hemos recibido internos guipuzcoanos que se encontraban fuera, a quienes en su día se trasladó por motivos tratamentales o regimentales. Hemos ido acogiendo a más personas que las que, por falta de arraigo, se ha trasladado a cárceles de fuera del País Vasco. Si el año pasado eran 333 reclusos, actualmente son 337.

Una sobreocupación del 10%

¿No son muchos para una cárcel como la de Martutene?

Bueno, estamos hablando de datos totales. De esos 337, hay 120 en tercer grado y otros diez en segundo grado flexible, que o bien vienen a dormir al centro o están en su domicilio sometidos a un control telemático a través de un software. El número de internos oscila entre los 195 y 200, una cifra que se ha estabilizado en los dos últimos años. Es cierto que hay una ligera sobreocupación, en torno a un 10%.

¿Y no supone un tensionamiento para la prisión?

No es acusado. Recuerdo épocas de más internos. Es una ligera sobreocupación.

¿El centro penitenciario se está viendo obligado a rechazar la demanda de traslados voluntarios a Euskadi de personas internas en prisiones de otras partes del Estado?

Esas peticiones llegan desde los servicios centrales del Gobierno Vasco a la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias. Nosotros no lo podemos saber. Es posible que haya internos guipuzcoanos fuera del País Vasco a la espera de que se abra Zubieta. Lo cierto es que vamos a tener el doble de capacidad.

¿Cuándo tienen previsto el traslado?

La obra la ejecuta el Ministerio del Interior a través de Siepse, la Sociedad de Infraestructuras y Equipamientos Penitenciarios y de la Seguridad del Estado. Es competencia suya. La última previsión oficial es que la cárcel esté construida hacia abril o mayo de 2024, pero parece que hay un pequeño retraso e igual nos podemos ir al verano.

¿Y el traslado?

La cárcel viene equipada, completa, pero hay que probar toda la infraestructura, y en el traslado están involucrados otros departamentos del Gobierno Vasco, como Educación y Salud. Aquí hay profesores de la Escuela Para Adultos (EPA) que imparten clases de Primaria y Secundaria. También sanitarios, que dependen de Osakidetza. Hay que coordinar con todos el traslado. Aunque oficialmente no hay nada confirmado, la previsión es que nos traslademos después del verano. Lo más complicado va a ser poner en funcionamiento el centro.

En Martutene hay actualmente 337 reclusos, 305 hombres y 32 mujeres, de los que 272 son penados, con una sentencia firme, y otros 65 se encuentran en prisión preventiva

¿A qué se refiere?

A que adquiera una inercia de funcionamiento y nos coordinemos entre todos. Aquí estamos trabajando 150 funcionarios en casi 30 puestos diferentes. Todo está muy mecanizado. En Zubieta nos vamos a un centro modular, donde cada módulo es una pequeña prisión en sí misma, lo que exige crear unos protocolos. El traslado lo haremos prácticamente en un día, pero va a ser necesario poner en funcionamiento todo, y nos vamos a ver obligados a ir modificando sobre la marcha hasta alcanzar el punto óptimo.

"Un centro pequeño facilita el trato cercano con los internos, pero si hasta ahora ha sido así, ha sido gracias a la implicación de los funcionarios"

¿Se va a perder en Zubieta el trato cercano con los internos que existe en Martutene?

Que hasta ahora haya sido un centro pequeño ha facilitado, casi ha obligado, ese trato cercano. Pero en el fondo, para que así sea, hay mucho de implicación de los funcionarios con los internos. En Zubieta, arquitectónicamente, es evidente que no va a ser igual. Va a ser necesario atravesar más barreras físicas, pero por encima de todo, está la actitud del profesional a la hora de garantizar ese trato cercano.

¿El número de funcionarios es suficiente?

No, no vamos a poder abrir el centro nuevo con la plantilla que tenemos actualmente. Es necesario aumentarla. Es un tema de función pública. La dimensión de la plantilla la estarán calculando, y para ello existe la referencia de la prisión de Zaballa, en Araba, una cárcel similar, modular también. Para esta primavera está previsto que ya esté completada la nueva relación de puestos de trabajo. A partir de ahí se podrá contratar personal interino para poder abrir el centro, y luego será necesaria una OPE para regularizar la plantilla. 

¿Martutene es un centro penitenciario digno hoy en día?

Es una cárcel digna. La prisión, en cuanto a su estado de conservación y mejora de las dependencias, está en unas condiciones mucho mejores que hace 25 años. Estamos haciendo continuamente reformas a todos los niveles. Permite cumplir las penas en condiciones dignas, respetando los derechos de los internos y la intervención tratamental para lograr una reinserción. 

¿Y no hay carencias?

Sí, por supuesto. A nivel de ofertas de puestos de trabajo productivos, no tenemos espacio para que empresas del exterior se instalen en el centro. En Zubieta vamos a mejorar mucho en ese sentido.

¿Qué papel va a jugar el Centro de Inserción Social en la nueva prisión? 

Es un espacio destinado a los internos clasificados en tercer grado, que van a pernoctar en el centro, o aquellos que están en un segundo grado flexible. Para todas estas personas no hay ahora mismo un espacio adecuado, un patio o una sala, en el caso de que tengan que estar durante el día. Es un problema que resuelve Zubieta con un módulo autosuficiente, que va a permitir una mayor flexibilidad, potenciándose así el régimen abierto.