Casos aislados, pero no por ello menos preocupantes. Los recintos deportivos vascos siguen siendo escenario de actitudes alejadas de los valores que, sobre el papel, se le supone a la actividad física. Uno de cada veinte partidos de fútbol amateur en Euskadi registra episodios violentos, casi siempre por insultos dirigidos desde las gradas a los árbitros.

También se suceden las agresiones verbales entre los propios jugadores, y no faltan los encontronazos entre delegados y delegadas de campo. Situaciones que son motivo de reflexión permanente en el seno del Comité Vasco contra la Violencia en el Deporte, y que vuelven a serlo estos días tras el eco mediático alcanzado por los insultos racistas recibidos por el delantero brasileño Vinicius el pasado domingo en el estadio del Valencia.

Un episodio ante el cual se ha llegado a pronunciar incluso la ONU, que denuncia "la prevalencia del racismo” en el deporte. La sección de delitos de Odio de la Fiscalía Provincial de Valencia ha acordado, por su parte, remitir al juzgado la investigación abierta por unos hechos que tampoco han pasado desapercibidos en Euskadi.

“Son muchas las iniciativas desarrolladas para que desde las etapas formativas hasta el deporte profesional no se repitan este tipo de actitudes violentas. El problema es que cuesta erradicar algo que está bastante interiorizado entre una parte de la población”, reconoce a este periódico Gorka Iturriaga, director de Actividad Física y Deporte del Gobierno Vasco.

Mayor "sensibilización social"

Afortunadamente, según se viene constatando temporada tras temporada, se percibe “una mayor sensibilización social”. Hay menos tolerancia a esos excesos verbales naturalizados en otro tiempo. Desde que se creó la figura del delegado protector del menor -expone Iturriaga a modo de ejemplo- un total de 1.500 integrantes de clubes han recibido en Euskadi la formación necesaria a través de Kirol Eskola, en colaboración con las tres diputaciones forales y las federaciones.

En total, 4.000 personas han participado en cursos de prevención. El objetivo, generar protocolos de detección de situaciones de violencia. Se pretende así facilitar y potenciar la comunicación no solo con los menores, sino también con sus progenitores o tutores legales, además de sus técnicos, entrenadores, monitores y responsables de tantas actividades deportivas que desarrolla actualmente la Federación.

"Por la importancia que tiene el hecho deportivo en sí mismo, y por su repercusión mediática, esta serie de episodios violentos alcanzan unas cotas que esta sociedad no se puede permitir"

Gorka Iturriaga - Director de Actividad Física y Deporte del Gobierno Vasco

Una labor de prevención a la que se suma un riguroso seguimiento de aquellas conductas inapropiadas que tienen lugar en los recintos deportivos. El Comité Vasco contra la Violencia en el Deporte monitoriza los encuentros para analizar cuál es el clima en el que se desarrollan los partidos en el fútbol aficionado en colaboración con la Federación Vasca de Fútbol.

Las competiciones que se evalúan en este programa de monitorización son dos ligas: Grupo 4 de tercera división y Liga Juvenil. En la temporada 2021-2022 se analizaron 37 equipos y 652 partidos. Se tomaron para ello como referencia las actas de árbitros y árbitras que dirigen los encuentros y que han recibido formación específica en la sensibilización de la violencia.

El estudio de todo ello revela que el 84,4% de los eventos son “altamente deportivos”. El problema reside en “un porcentaje reducido” de casos que revisten de cierta gravedad. “Precisamente, por la importancia que tiene el hecho deportivo en sí mismo, y por su repercusión mediática, esta serie de episodios alcanzan unas cotas que esta sociedad no se puede permitir”, recalca el director de Actividad Física y Deporte del Gobierno Vasco.

Violencia "inadmisible"

En concreto, se detectan situaciones antideportivas en el 5% de los partidos de fútbol amateur vasco, como revela la monitorización de casos entre 2018 y 2022. Una situación que no ha pasado desapercibida para el consejero de Cultura del Gobierno Vasco, Bingen Zupiria, que ha tachado esta semana de "inadmisible" la violencia que persiste en el deporte. El portavoz del Ejecutivo ha llegado a reconocer que vería "lógico" impedir el público en ciertos partidos, si así lo deciden federaciones y clubes. Encuentros especialmente tensos, como los que tienen lugar por esta época del año, coincidiendo con el final de temporada y en los que están en juego descensos y ascensos.

Trasladamos esta misma cuestión al director de Actividad Física y Deporte del Gobierno Vasco. “La sociedad ya no está dispuesta a asumir muchas cuestiones que nos parecían normales. Seguramente, las instituciones, las federaciones y los clubes nos vamos a ver obligados a tomar medidas que podrían ser así de drásticas”, reconoce Iturriaga, que comparte la lectura del consejero de Cultura.

"Seguramente, las instituciones, las federaciones y los clubes nos vamos a ver obligados a tomar medidas que podrían ser drásticas"

“En su día surgió la iniciativa tarjeta negra por la cual, en un momento determinado, si había comportamientos intolerables por parte de padres y madres, existía la posibilidad de expulsarlos de la grada. Los clubes, sin que tengan la responsabilidad, son los que tienen que velar por esa seguridad”, admite el director del Gobierno Vasco, quien apunta a que está en manos de los árbitros poder llegar a suspender un partido o desalojar a una parte de la grada.

Pilotaje para una evaluación "de bisturí"

Junto a la monitorización de partidos amateur y juveniles, la dirección de Deporte ha iniciado este año un pilotaje con la Federación alavesa de fútbol y la Diputación Foral de Araba para hacer una evaluación “más quirúrgica, de bisturí”. Se vale para ello de un sistema informático utilizado por “todos los intervinientes en categorías cadetes -jugadores, cuerpos técnicos, gradas, clubes- para analizar el grado de violencia registrado en los encuentros deportivos.

Una información que, a la larga, entienden que puede resultar muy valiosa para que los jóvenes deportistas no reproduzcan esos comportamientos inadecuados cuando vayan subiendo de categoría. “En caso de que se vea que hay una situación de violencia, lo primero que se hace es llamar al club, al cuerpo técnico, para poder intervenir con ellos”. Si esos episodios se repiten en el tiempo, se interviene con una “formación específica” para buscar una solución. “No son muchas las veces que vemos esos comportamientos, pero pese a todo hay que insistir en la necesaria formación”, recalca Iturriaga.

La Diputación Foral de Gipuzkoa anima a trabajar en esa misma dirección fomentando en la sociedad “el deporte con valores”. “Siempre lo hemos hecho, ofreciendo esa oportunidad a todos los niños y niñas del territorio. A partir de ahí, cuando puntualmente ocurre algún incidente, son las federaciones las que responden y nuestro papel es acompañarles”, explica María José Telleria, diputada foral de Cultura, Cooperación, Juventud y Deportes.

La responsable indica que han decidido recuperar esta temporada -“sobre todo para concienciar a las familias”- la haka previa a cada partido de deporte escolar, una iniciativa que se implantó hace unos años para que los jóvenes deportistas de Gipuzkoa “cuenten con una sola voz”, reivindicando así su derecho a disfrutar de los verdaderos valores del deporte.

El Gobierno Vasco recuerda que la violencia verbal es solo una de las caras de esos comportamientos intolerables a los que se quiere poner freno. Las agresiones sexuales también son motivo de preocupación. Zure Taldekoak Gara es un servicio de atención ante el abuso y acoso sexual en el deporte puesto en marcha por el departamento de Deporte y Actividad Física del Gobierno Vasco y la Fundación Basque Team. “Toda víctima, sea mayor o menor, puede ponerse en contacto con nosotros para trasladarnos el problema, y en función de la gravedad le damos ayuda y soporte, siempre manteniendo su anonimato”, recalca Iturriaga, quien aboga por aumentar la formación y sensibilización contra la violencia. “Ni por arbitrar ni por jugar, nadie se merece que se metan con sus cualidades físicas, o que le vejen. Y menos aún -recalca- en un espacio donde queremos promover valores de solidaridad, esfuerzo, compañerismo y superación".